lunes, 15 de diciembre de 2025

Los pilares de la sociedad

 

              La filosofía griega y la escolástica cristiana enfatizaron los trascendentales del ser (la verdad, la bondad y la belleza), así como la ley natural (no matar, no robar, no mentir). Todo ello radica en la dignidad de la persona humana. Kant, el filósofo de la modernidad, habló de unos imperativos categóricos que emanan de la razón humana y que, también, se presentan como valores universales e incondicionales. La sociedad se autodestruiría si los principios que rigen mi conducta egoísta o la de gobernantes corruptos se convirtieran en norma general. Si tú eres el único que roba es posible que te hagas rico en poco tiempo, pero si robar se convierte en moda, todos acabarán siendo unos miserables.

              Los tiempos han cambiado … para nuestra desgracia. Hoy todo es bello, incluido lo más vulgar y asqueroso. Todo es bueno si sirve para mi bien o el de mi partido. Todo es verdadero, lo que implica que no podemos distinguir entre la verdad y la mentira. Solo tenemos “opiniones” que pueden cambiar de un día para otro, aunque ataquen el veredicto de la ciencia y de una conciencia libre del propio interés. La decadencia de nuestro tiempo se explica por olvidar la verdad y sus principios, por normalizar el relativismo y el pragmatismo.

              Si el lector lee las páginas políticas de cualquier diario, se topará con una retahíla del siguiente tenor. La OCU descubre una red mafiosa que se enriquecía en la adjudicación de obras públicas. Los delincuentes niegan categóricamente tales cargos, borran el contenido del móvil y denuncian la manipulación de las fotos y audios incriminatorios. Cuando se sientan acorralados por la opinión pública, alegarán que cualquier medio es bueno si les ayuda a mantenerse en el poder. En los mítines políticos asegurarán que la alternativa sería una vuelta a la caverna de la mano de los partidos de la oposición.

              El relativismo y pragmatismo han triunfado en la política. Los conformistas se consuelan esperando que esos grupos se devoren unos a otros. Yo aprovecharía la espera para apuntalar los pilares de la convivencia tanto a nivel institucional como personal. ¿Pero cómo hacerlo se hemos sepultado la familia y la religión?

La Tribuna de Albacete (15/12/2025)

domingo, 30 de noviembre de 2025

Datos, relatos y verdad

 

“Dato mata relato”. Así reza uno de los eslóganes políticos más repetidos en los últimos meses. Su aplicabilidad es muy limitada, sin embargo, pues no tenemos un dato sino muchos datos ni un relato, relato, sino muchos relatos. Lo único que estamos autorizados para escribir en singular es la palabra “verdad”. Lamentablemente, hace tiempo que la Modernidad enterró esa palabra como contraria al progreso. ¡Y así nos va!

Al margen de su ideología política, mis lectores no tendrán dificultad para identificar los datos, los relatos y la verdad en los tejemanejes de la actual política española. Por no aumentar su hastío, yo proyectaré la trilogía anterior a un tema más popular y prosaico: el fútbol. En el ejemplo que vamos a considerar hay dos datos incontestables: primero, el balón entró en la portería del equipo anfitrión; segundo, el árbitro anuló el gol del visitante porque el responsable del VAR insinuó “fuera de juego”. Como es de esperar, el relato del equipo beneficiado por la anulación del gol, se aferrará a la regla básica del fútbol: el árbitro tiene siempre la última palabra. El relato del equipo visitante a quien anularon el gol cargará las tintas en la imprecisión de las imágenes del VAR. Su último argumento será que el árbitro estaba comprado o que les tenía una ojeriza manifiesta.

La verdad podría descubrirse tas un gesto de sinceridad de cada uno de los agentes implicados. El responsable del VAR sabe que él mismo ha trucado la inteligencia artificial para que adelante el pie del jugador visitante preparado para rematar. El árbitro sabe que su predilección por el equipo anfitrión le viene de cuna y que él venía predispuesto a echarle una mano.

Todos debemos saber que si no respetamos la verdad en el fútbol, en la política y en otros ámbitos de la vida social todos saldremos perdiendo. Tanto el fútbol profesional como el estado de derecho y la democracia perderían credibilidad, y nadie puede descartar que acaben extinguiéndose.  

La Tribuna de Albacete (1/12/2025)

domingo, 23 de noviembre de 2025

La corrupción, semilla de liberales

 

Los políticos intervencionistas (¿hay alguno que no lo sea?) suelen arrogarse la facultad de identificar el interés general con el suyo propio. La ética con su estilo de vida. Por desgracia, el mejor político es aquel que logra conquistar el poder, aumentarlo día a día y perpetuarse en la poltrona. La deriva hacia el autoritarismo y la corrupción vienen de forma natural. Ya lo dijo Lord Acton: “Todo poder tiende a corromperse y corromper; el poder absoluto lo hace absolutamente”. La corrupción económica se aprende en el ejercicio del poder. Suele estar correlacionada con el volumen de dinero a disposición de los políticos y la discrecionalidad con la que se les permite manipular el dinero ajeno.

El liberalismo económico clásico nació para atar de pies y manos al Estado intervencionista.  Los presupuestos generales del Estado se concibieron como la horma para limitar el gasto público y los impuestos a lo estrictamente necesario. De no existir unos límites claros, hemos de temer que el Estado se expandiría sin límite. Las instituciones “inclusivas” de las que habló el premio nobel de Economía, Daron Acemoglu, se convierten en instituciones “extractivas”. La economía pasa a ser un juego de suma cero en el que las ganancias de uno se consiguen, necesariamente, a costa de otro. Al final todos acaban perdiendo pues desaparece la iniciativa económica privada, fuente del empleo, la riqueza y los mismos impuestos. ¿Quién se va a molestar en innovar, invertir y trabajar con denuedo si puede vivir a base de subvenciones? O si le quitan más del 50% de sus beneficios y salarios con impuestos.

El lector ecuánime me advertirá que no todos los políticos son así. De acuerdo. Pero todos están expuestos a las mismas presiones. Cada día ven en las portadas de la prensa una fechoría más alarmante … y no pasa nada. Todas estas cosas explican la creciente atracción hacia partidos liberales de jóvenes que tienen muy poco que perder.

La Tribuna de Albacete (24/11/2025)


lunes, 17 de noviembre de 2025

¿Judicialización de la política o politización de la judicatura?

 

La semana pasada se entabló la siguiente conversación entre mis compañeros de trabajo a raíz del juicio al fiscal general del estado. -Nunca pensé que un juicio retransmitido en directo por televisión me engancharía más que una serie de Netflix. -La culpa de esta tragicomedia la tiene la oposición. No aceptó el resultado de las elecciones del 2023 y, para maniatar al gobierno, todo lo lleva a juicio. -¿Qué dices? La culpa la tiene el gobierno que está colonizando todas las instituciones para dar un golpe de estado desde dentro. No nos queda más remedio que pararle los pies en los tribunales, en internet y en la calle...

El estado de derecho nació para controlar al más peligroso de todos los poderes: el ejecutivo. El poder legislativo pierde su capacidad de control cuando la coalición mayoritaria está liderada por el partido gobernante. Solo nos queda el poder judicial para sancionar las tropelías del ejecutivo. Cierto que cada juez adolece de un sesgo ideológico, pero como las sentencias las dicta un tribunal colegiado y pueden ser recurridas a una instancia superior, lo normal es que se imponga una interpretación objetiva de la legislación vigente.

A mi entender, el problema no radica en la “judicialización de la política”, sino en la “politización de la judicatura”. La mejor muestra (y la más nociva) consiste en haber convertido la corte Constitucional en el tribunal de última instancia, cuando en realidad solo debía garantizar el respeto a los derechos y libertades fundamentales. El paso previo del gobierno socialista consistió en asegurarse en esa corte una mayoría de magistrados afines e imponer como presidente al jurista de cabecera del PSOE.

Ignoro si el juicio que acabamos de presenciar en directo acabará en la absolución o condena del fiscal general del estado. Sí me atrevo a predecir que, en caso de condena, el Tribunal Constitucional le absolverá y el Gobierno le condecorará con un ministerio o la presidencia de una empresa pública.

La Tribuna de Albacete (17/11/2025)

domingo, 9 de noviembre de 2025

Golpes bajos en el Ministerio de Justicia

        La semana pasada Albacete acogió el XXI aniversario del Foro Judicial Independiente (FJI). Su presidente, el magistrado Fernando Portillo, empezó agradeciendo al ministro de Justicia, Sr. Bolaños, su presencia al acto. El único objetivo del FIJ, abrió el Sr. Portillo, consiste en blindar la independencia del poder judicial frente a los tentáculos del Gobierno. El Foro, aclaró, no está adscrito a ninguna de las asociaciones judiciales claramente alineadas con los bandos políticos. Asume las indicaciones del Consejo General del Poder Judicial, pero critica que también allí los políticos esgriman sus cuotas de poder.

Las bofetadas siguieron durante media hora. El ministro solo tenía fuerzas para cambiar la mejilla expuesta. Su perenne sonrisa acabó hueca. Tras agradecer la disposición del ministro a resolver todos los problemas, Portillo espetó a no repetir la práctica de los años anteriores: cambiar el nombre de las salas sin aumentar los medios humanos y materiales de la Justicia. Peor sería que culminara su intento de multiplicar el número de jueces sustitutos que el ministerio se encargaría de preparar y asignar. El veterano juez ratificó que las oposiciones judiciales y la experiencia en el cargo habrían de ser los únicos requisitos para la entrada y el ascenso en la carrera judicial.

El ministro no se libró de un serio varapalo por la segunda de las reformas que auspicia: quitar la instrucción judicial de las causas penales a los jueces para asignárselas a los fiscales. La propuesta, advirtió, es especialmente peligrosa en España donde la fiscalía sigue un esquema piramidal que culmina en un fiscal general directamente nombrado por el presidente del Gobierno.

Agradezco a D. Fernando Portillo que me haya prestado sus palabras para escribir mi columna semanal para la Tribuna de Albacete. Hace tiempo que deseaba poner de manifiesto que su intento de sojuzgar al poder judicial, es el peor de sus propósitos. Nadie mejor que un magistrado de carrera para denunciar tales tropelías. 

La Tribuna de Albacete (10/11/2025)

lunes, 3 de noviembre de 2025

Había una vez un circo.

 

El Presidente de España compareció el 30 de octubre ante una Comisión de Investigación del Senado para esclarecer si era el número uno de una trama de corrupción donde están implicados los más altos cargos del PSOE, amén de sus familiares más allegados, los que comparten mesa y techo en el Palacio de la Moncloa. Entre los temas a dilucidar: ¿cómo justificar que en Ferraz entregaran a esos gerifaltes sobres llenos de dinero en efectivo?

Los portavoces aprovecharon para restregar en la cara del Presidente tales obscenidades, antes de lanzarle preguntas que había de responderse con un monosílabo: “SÍ o NO”. So pretexto de contextualizar las acusaciones, el compareciente aprovechó para revertir las acusaciones al PP, y aseverar que el PSOE de Zapatero y Sánchez es lo más limpio y transparente que ha conocido la democracia española. Cuando el compareciente ya había olvidado la pregunta que le había formulado, el portavoz de turno vociferaba: “SÍ o NO”. Sánchez respondía complaciente: “ese detalle no me consta, del otro no me acuerdo”. Así hasta 50 veces.

Nuestro Presidente espetó que se sentía en una comisión de difamación en el circo del Senado. Posiblemente, lo del circo fue su única verdad, y bien que se empeñó en hacer durar el espectáculo cinco horas. Yo, que estaba celebrando mi cumpleaños, puse como música de fondo a los payasos de la tele: “Había una vez un circo…”. Recordé los “Esperpentos” de Valle Inclán y la película de Cantinflas, “Su excelencia”, donde un político gana el premio de hablar más horas seguidas sin decir nada. Recordé también aquella frase de Gila: “Oiga, si usted no es el asesino, por qué lo mató”. El inminente sketch de Mota sugiero que se titule “De cómo esquivar la verdad sin que te tiemble la voz”. ¡He ahí el mayor mérito del Presidente.

Mi conclusión. Carpetazo definitivo a las comisiones de investigación. Los hechos presuntamente delictivos, directamente al juzgado.

La Tribuna de Albacete (3/11/2025)

domingo, 26 de octubre de 2025

Huelgas preconstitucionales

 

Los que vivimos la transición política en la universidad sabemos lo difícil que fue hasta que la Constitución de 1978 iluminó el panorama. El un curso fue imposible disfrutar de cinco días seguidos de clase. Los estudiantes pensaban que les correspondía a ellos solucionar todos los problemas de la humanidad con la misma receta: huelgas. Los profesores (en particular, los “penenes”) se instalaron en la huelga permanente. Sabían que, siendo ilegal cualquier huelga, nadie se atrevería a reducirles el sueldo.  

La Constitución de 1978 reconoció el derecho de huelga y la hizo suficientemente gravosa para asegurar su seriedad. Cada hora no trabajada descontaba. ¡Sorpresa!, se acabó la epidemia de huelgas. Los problemas siguieron, por supuesto, pero la mayoría de la gente comprendió que habían de resolverse siguiendo los cauces del Estado democrático de Derecho.

En el inicio del curso actual tuve la impresión de que volvíamos al régimen preconstitucional. En septiembre, un puñado de extremistas, que no representaban para nada a la sociedad española (mucho menos a la palestina), se amotinaron para reventar la Vuelta ciclista. En octubre, los sindicatos convocaron paros de baja intensidad que se convertirían en huelgas generales si lograban implicar al transporte.  El comunicado sindical rezaba: “buscamos una redistribución del gasto público en favor de los trabajadores y de las trabajadoras, y luchamos contra el auge de la inversión pública en partidas destinadas a la defensa y a la militarización”. ¿Alguno de los que se cruzaron de brazos sabría interpretar esta frase? ¿Alguno de los huelguistas asumió la reducción del sueldo por las horas no trabajadas?

Me desvelé. Era como si volviéramos a los años preconstitucionales, donde no había un estado democrático de derecho, ni democracia, ni nadie asumía responsabilidad personal del deterioro de la convivencia social.  

La Tribuna de Albacete (27/10/225)

domingo, 19 de octubre de 2025

El aborto, arma arrojadiza recurrente

 

El aborto ha vuelto a hacer acto de presencia en la política española. No vayan ustedes a creer que es para repensar con criterios científicos cuándo comienza la vida humana. Sería una pregunta incómoda. Tampoco para ampliar el espectro de causas que justifican la aniquilación de un embrión humano. Ya están todas las imaginables. Ni para alargar el plazo del aborto que, prácticamente, ha llegado al fin del embarazo. Que nadie se rasgue las vestiduras si algún día se admite el aborto tras el nacimiento, solo porque se han percatado que el niño tiene alguna deficiencia oculta o que ellos son incapaces de soportar los problemas de crianza. No hablo por habar. Recuerdo haber comentado en esta misma Tribuna, veinte años ha, la propuesta de un partido holandés en este sentido. Lo que más me molestó del caso fue que esperarían lanzar la propuesta durante la nueva campaña electoral a fin de que tuviera más gancho.

La reapertura del tema del aborto huele a elecciones. Hay que colgarse la medalla de ser el segundo país que, además de despenalizar el aborto, lo incluye en la categoría de los derechos fundamentales recogidos en la Constitución. Francia fue el primer país en hacerlo en 2023 alegando que había que defenderse de los provida. La España de Sánchez sería el segundo. ¡No sería esto suficiente para votarle a ojos cerrados!

Afortunadamente la Constitución Española, ya previó este tipo de tropelías. El art. 53-1 dice: “Los derechos y libertades reconocidos en el Capítulo segundo del presente Título vinculan a todos los poderes públicos. Solo por ley, que en todo caso deberá respetar su contenido esencial, podrá regular el ejercicio de tales derechos y libertades”. Podrá escribirse el derecho fundamental al aborto al lado del derecho fundamental a la vida. Ahora bien, hay mil maneras de respetar la libertad de la madre a olvidarse de su hijo (por ejemplo, darlo en adopción), pero no es posible abortar sin destruir la esencia del derecho del embrión a la vida.

 La Tribuna de Albacete (20/10/2025)



lunes, 13 de octubre de 2025

María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz

 

Esta semana se cierra con dos buenas, buenísimas noticias internacionales. El acuerdo de paz para la franja de Gaza y la concesión del Premio Nobel de la Paz. El limitado espacio de esta columna me obliga a centrarme en la segunda noticia, simple pero aleccionadora.

              A las cinco de la mañana, escondida en algún refugio de Venezuela, María Corina Machado recibió una llamada del Secretario del Comité Noruego quien le comunicó que había sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025. La razón: “por su incansable lucha por restaurar la democracia y los derechos humanos al pueblo de Venezuela, y su compromiso por asegurar una transición justa y pacífica entre la dictadura y la democracia”.

              Embargada por la emoción, Corina aclaró que el premio correspondía al pueblo venezolano que había sufrido la tiranía del Chavismo y el hambre que obligó a ocho millones de venezolanos a huir del paraíso socialista en busca de pan.   

              El Premio será, sin duda, un espaldarazo para la resistencia venezolana y para Trump, harto de los naco-estados. Corina se retiró a la sombra cuando Maduro se autoproclamó ganador de los últimos comicios sin dignarse publicar las actas que contradijeran lo que el 80% de los venezolanos dijeron con su voto y a pie de urnas. Su retirada de la línea política, era posiblemente la única manera de evitar un baño de sangre y de reforzar el apoyo de la comunidad internacional.

              Las reacciones a la concesión del Nóbel han puesto en su sitio a las fuerzas políticas internacionales. En contra de Corina Machado ha vociferado lo que queda del comunismo clásico (Cuba y Corea del Norte), los narco-estados latinoamericanos y los partidos políticos europeos encandilados por lo que Hugo Chávez bautizó como “socialismo siglo XXI”. Tanto las proclamas de los fundadores de Podemos (Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias) como el silencio del Gobierno español y el PSOE aclaran dónde está su corazón.

La Tribuna de Albacete (13/10/2025)

domingo, 5 de octubre de 2025

Flotillas y revoluciones de terciopelo

 

El pasado lunes, Trump y Netanyahu propusieron un acuerdo de paz para Gaza que implicaba el abandono de las armas, tanto por el ejército Israelí como por Hamás. ¡Demasiado tarde! Los pro-palestinos europeos ya habían enviado una “flotilla” que cruzaría el Mediterráneo para dejar en evidencia el genocidio israelí.

A lo largo de la semana, y sin saber muy bien el porqué, el navegador de mi ordenador empezó a llenarse de la “canción protesta” que siguió a Mayo-68. ¿Habrá alguna relación entre estos dos acontecimientos?, me pregunté.

Los revolucionarios instalados en la proa de la flotilla parecían vociferar la canción de Raimon “Al vent, la cara al vent … el cor al vent”. Lluis Llach les recordaba que “L’Estaca” de los dictadores no resistiría la presión popular. El mensaje de Paco Ibáñez era más épico, si cabe: “A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar”. Joan Baez transmitía firmeza: “No, no, no nos moverán”. Los fans de Elsa Baeza, mezclaban el credo marxista con el cristiano.  “Creo en Dios, creador de los maravillosos bosques hoy mutilados por el hacha criminal, Creo en Jesucristo proletario…”.

               Sorprende el legado cultural de aquellos cantantes y su capacidad para movilizar a la juventud de la época. Sin embargo, para llegar al fondo del asunto, habríamos de responder varias preguntas: ¿Qué frutos cosecharon aquellas revoluciones inspiradas en la lucha de clases y en un Dios revolucionario fabricado a la medida de hombre? ¿Qué fue de aquellos artistas a medida que acumularon años y dinero? Aunque los tripulantes de la Flotilla no les llegan a la suela de los zapatos, ¿tienen los mismos ideales? ¿Pretenden, acaso, volver a la época gloriosa de los setenta cuando la política se hacía en las calles y mares?

¡Revoluciones de terciopelo este es el elemento común!

La Tribuna de Albacete (06/10/2025)

domingo, 28 de septiembre de 2025

Reinventar la ONU

 

Los mandatarios de los 193 Estados que componen la ONU se reunieron la semana pasada en Nueva York para celebrar su 80 aniversario. Poco que celebrar en un momento en el que suenan tambores de una guerra mundial a raíz del recrudecimiento de los conflictos en Gaza, Ucrania y Sudán. Para llegar al fondo del problema, empezaré por recordar que un mundo cada vez más complejo y global (interdependiente) necesita de instituciones multilaterales. Si no tuviéramos la ONU habría que reinventarla. La experiencia de estos ochenta años puede ayudarnos en este proceso de renovación.

               El bautismo de la nueva ONU habría de lavar su pecado original. No se puede crear un organismo internacional donde cinco estados tienen el derecho de vetar las resoluciones aprobadas por la Asamblea General. Me refiero a los cinco miembros natos y permanentes del Consejo General: EE.UU, R.U., Francia, Rusia y China. La dignidad personal, la justicia social y el sentido común exigen que todos los países tengan al menos un voto, ampliable según el número de habitantes. Vetos: ninguno. El que no esté de acuerdo que se vaya.

               La segunda transformación es que la nueva ONU se centre en su función genuina: garantizar la paz y seguridad contra ataques externos. La ONU ha perdido apoyo popular tras convertirse en un instrumento de propagación de ideologías. Los revolucionarios de Paris-68 recalaron en el organigrama administrativo de la ONU y allí se han reproducido por pura endogamia. Tan solo un ejemplo, el más sangrante. Las ayudas al desarrollo de los pueblos (que, repito, no debieran formar parte del mandato de la ONU sino de otro organismo independiente).esas ayudaas han sido condicionadas a la despenalización del aborto y el impulso de la ideología de género.

               Para ser creíble, la nueva ONU debiera ser eficaz. Los decorativos cascos azules debieran convertirse en una  estructura militar, pequeña pero bien dotada, con capacidad de frenar cualquier invasión. De ser necesario, pediría ayuda militar a sus países miembros.

La Tribuna de Albacete (29/09/2025)

domingo, 21 de septiembre de 2025

Modernidad (y 4): El Estado-Nación

 

En el campo político, la gran contribución de la Modernidad fue la creación del Estado-Nación.  Francia y España abrieron camino en el siglo XVI. El Tratado de Westfalia de 1648 lo apuntaló. El elemento esencial del Estado-Nación es la identificación de la ciudadanía con una cultura nacional y la identificación de ese pueblo y cultura con el Estado centralizado que decía encarnarlos. 

En el siglo XIX el movimiento se generalizó por doquier, aunque pronto resultó evidente la existencia de Estados sin una Nación detrás, y naciones sin un Estado delante. En el siglo XX se impuso una economía y cultura globales que desbordaban al Estado-Nación. En un intento de mantener el status quo, los estados se encargaron de solventar los conflictos nacionales, y delegaron en organizaciones internacionales de nueva planta la solución de los globales. Los dos ejemplos que actualmente invaden nuestras pantallas son la invasión de Ucrania por Putin y el genocidio de palestinos en Gaza bajo el liderazgo de Netanyahu. Más antiguos, pero no menos lacerantes, son la huida de siete millones de venezolanos de su país; y de los 200.000 saharauis que hubieron de refugiarse en Argelia para escapar del la dictadura marroquí.

A nuestro entender, la responsabilidad de estas tropelías recae fundamentalmente en las organizaciones internacionales que fueron creadas, precisamente, para garantizar la paz y el respeto de los derechos fundamentales de todas las personas. Parte de la culpa recae también en los Estados oportunistas que azuzan los conflictos internacionales, incapaces como son de solucionar sus problemas internos o para ganar la popularidad que les falta. Lo mejor que estos políticos pueden hacer es presionar a la ONU, OTAN y demás organismos internacionales que sí tienen competencias y medios para poner fin a tales conflictos.

La Tribuna de Albacete (22/09/2025)

domingo, 14 de septiembre de 2025

Modernidad (3) - La falacia de la paz perpetua

 

Immanuel Kant, el gran filósofo de la modernidad, escribió en 1795 un ensayo titulado “La paz perpetua”. A su entender, si los hombres se guiaran por la “razón práctica” comprenderían que la guerra no favorece a nadie. Hasta los conflictos religiosos se esfumarían cuando la fe quedara subyugada a la razón. Un siglo después, el economista francosuizo, Leon Walras se auto propuso para el premio Nobel de la paz tras demostrar matemáticamente que el libre comercio internacional no es un juego de suma cero donde unos ganan a costa de otros. Todos pueden beneficiarse simultáneamente de la prosperidad económica. Las guerras por motivos económicos no tienen razón de ser.

               El siglo XX demostró la falacia de estas profecías. Dos guerras mundiales seguidas de 40 años de guerra fría. La guerra caliente continúa hoy en todos los continentes. En Europa, cerca de la ciudad de Kant, una guerra inesperada entre rusos y ucranianos. En
África, los países más pobres se desangran en guerras civiles. En el Oriente Próximo, un conflicto perenne entre árabes y judíos que hoy supura en Gaza. En las tierras colindantes, los cristianos son masacrados en sus propias iglesias a manos de musulmanes fanáticos. Por doquier, nacionalismos excluyentes que alimentan el odio, fuente de todas las guerras.

               El error de la modernidad consistió en ignorar la naturaleza del ser humano, capaz de lo mejor y lo peor. Olvidó la fragilidad de la razón y voluntad humanas, así como la necesidad de educarlas en la familia, la escuela y las organizaciones. Nadie es capaz de pensar correctamente cuando está enfadado. Tampoco actuaremos con justicia y generosidad si nuestra única preocupación es aumentar el poder y satisfacción personal. La paz perpetua es una quimera. El esfuerzo por cultivar las semillas de la paz por métodos pacíficos, eso sí que debiera ocuparnos perpetuamente a escala individual y social.

La Tribuna de Albacete (15/09/2025)

lunes, 8 de septiembre de 2025

Modernidad (2): Ciencia y universidad

 

Seguimos con el estudio de la revolución de la modernidad contra la “sabiduría” que se explicaba en las universidades de la Edad Media, una simbiosis de la filosofía greco-latina y la cristiana. En esa síntesis se enfatizaba la existencia de verdades objetivas que la razón era capaz de conocer y podía aplicar para mejorar la condición del ser humano, nunca para rebajarla.

La revolución de la modernidad alcanza su zénit en el siglo XIX con nuevas versiones de la ciencia, la tecnología y la enseñanza universitaria. La acumulación del capital hizo posible el crecimiento acelerado de esos tres elementos. Lamentablemente, faltando unas raíces saneadas, el proceso adoleció de altibajos y confusiones. La primera falla deriva de negar la existencia de verdades científicas y morales objetivas. Solo era científico (y por ende, objeto de estudio en las universidades) aquello que podía medirse y tratarse en un laboratorio. El estudio filosófico pasó a ser una rémora de tiempos oscuros. La segunda falla, fue creer que todo lo que salía de esos laboratorios era “neutral”, ajeno a cualquier valoración moral. La ciencia y la tecnología, el beneficio y la utilidad, pasaron a ser los criterios de moralidad.

La fragmentación es otra de las características de la modernidad. Es un avance que los centros de investigación se especialicen en el diagnóstico y cura de las enfermedades actuales. Nos parece un retroceso, empero, que esos centros no compartan unas bases comunes que les permitan enriquecerse mutuamente. El resultado final es que los científicos y profesores son incapaces de reflexionar sobre temas y métodos ajenos a su especialidad.

Me permito sugerir el título de un libro a escribir por profesores universitarios jubilados: “Viejos recursos para afrontar los problemas perennes de la humanidad que que la modernidad no ha hecho más que empeorar”.

La Tribuna de Albacete (08/09(2025)

lunes, 1 de septiembre de 2025

Modernidad, quién te ha visto y quién te ve

            Las vacaciones veraniegas son una magnífica oportunidad para tocar el fondo de las cuestiones cruciales que enmarcan nuestra manera de pensar y actuar. Yo las he aprovechado para recordar el cambio radical que se produjo en Europa (y, por contagio, en el resto del mundo) bajo la bandera de “la modernidad”. Desde el siglo XVI las élites intelectuales se confabularon para eliminar el legado de la Edad Media, sin discriminar entre los materiales obsoletos y aquellos que resultaban esenciales para construir personas juiciosas y sociedades pacíficas.

               Ante todo, la modernidad se afanó por diluir ese Dios que el vulgo situaba por encima del hombre. Para conseguirlo fue necesario aniquilar las religiones que decían lo contrario (el cristianismo en particular), amén de las familias que mantenían, generación tras generación, la fe en Dios y en la Iglesia.

            La modernidad trastocó los fundamentos filosóficos que los pensadores cristianos (San Agustín y Sto. Tomás) derivaron de la Grecia clásica. El subjetivismo y el relativismo desplazaron a la ley natural que nos permite saber quién es el ser humano y qué principios objetivos deben regir su comportamiento. Los avances científicos y tecnológicos reemplazarían la fe y esperanza que animaron a los incultos hombres del medievo.  El Estado democrático de Derecho aseguraría la justicia y la paz.

        Lamentablemente, estas ideas han sido enterradas por sus propias contradicciones dando origen a la “postmodernidad”. El ateísmo, subjetivismo y relativismo han hurtado el sentido de nuestras vidas y nos han enfrentado unos contra otros a una escala desconocida. El mejor ejemplo del sinsentido de la postmodernidad lo suministra el feminismo radical a tenor del cual ya no hay hombres ni mujeres, cada uno decide el sexo con el que se identifica en cada momento. Lo peor: a esto se le llama “progreso”.

La Tribuna de Albacete (1/09/2025)

 

domingo, 27 de julio de 2025

El Príncipe (y 3)

 

Acabo la saga de mis artículos sobre El Príncipe reproduciendo algunos consejos que Maquiavelo dirige a la persona que se atreviera hacer de Italia un nuevo Estado-Nación, a semejanza de lo que habían conseguido España y Francia.

El capítulo XXII nos recuerda el proverbio castellano: Dime con quien andas y te diré quién eres. “No es asunto de poca importancia para un príncipe la elección de sus ministros. Éstos son buenos o malos según la prudencia del príncipe mismo; de ahí que el primer juicio que nos formamos sobre la inteligencia de un señor sea a partir del examen de los hombres que tiene a su alrededor: cuando son competentes y fieles se le puede tener siempre por sabio, puesto que ha sabido reconocer su competencia y mantenérselos fieles. Pero cuando son de otra manera, hay siempre motivo para formar un mal juicio de él, puesto que su primer error ha sido precisamente elegirlos (…)”

El capítulo XXIII se centra entre los consejeros del Príncipe. “No quiero dejar sin tratar un punto importante y un error que difícilmente evitan los príncipes, excepto sin son extremadamente sabios. Se trata de los aduladores que proliferan en las cortes”.  Maquiavelo recomienda limitar las consultas a las personas que se atreven a decir la verdad, siempre y cuando se ciñan a lo que les pregunta su señor y acepten sin rechistar que su consejo sea ignorado. Por encima de todo, el Príncipe ha de dejar claro quién es el que manda.

Maquiavelo advierte que ni siquiera estos consejos garantizan el éxito permanente del golpe de Estado que, de alguna manera el príncipe trata de perpretar. El azar o un revés de la fortuna (digamos una riada) pueden arrastrar a los políticos imprudentes que no aprovecharon los años de sequía para construir diques que perpetúen su poder. No te lamentes tanto de la mala fortuna, como de tu indolencia, les dice.

Advertencia: cualquier parecido con la actual realidad española NO es pura coincidencia.

La Tribuna de Albacete (28/07/2025)

domingo, 20 de julio de 2025

El Príncipe (2)

 

En la columna de la semana pasada comentamos “El Príncipe” de Maquiavelo, ese libro iconoclasta publicado en 1532. El Príncipe desvela que, por regla general, el objetivo de los políticos es llegar al poder y perpetuarse en él (como sea). Y, de paso, acrecentar el alcance y discrecionalidad del poder (como sea). Las palabras escritas entre paréntesis reflejan el principio básico del maquiavelismo: “el fin justifica los medios”.

Hace unos días, un ministro español afirmó solemnemente que “mientras la estupidez y la codicia existan tendremos corrupción en la política”. Las redes (y los propios políticos) no tardaron en criticar las palabras del Sr. Puente por el desprestigio que podían generar hacia la actividad política y la misma democracia. Los más ortodoxos insistieron en multiplicar los reglamentos y funcionarios anticorrupción. Maquiavelo hubiera matizado que los políticos no son ciertamente los más listos, pero sí muy astutos. Tan astutos que logran convencer al pueblo que el interés general coincide con el suyo (que incluye a su familia de sangre y/o política). Para asustar a los indecisos gritan que cualquier cambio en el poder político sembraría el caos.  Por otra parte, ¿quién controlaría a los inspectores y los inspectores de los inspectores?

No todo son mensajes tóxicos en el libro de Maquiavelo. Yo aprendí tres lecciones importantes. La primera es educar en el realismo. Niños y adultos deben conocer las tentaciones a las que están sujetos los políticos y que ellos mismos tendrán que combatir si algún día se dedican a esos quehaceres. La segunda lección recomienda limitar el poder, la discrecionalidad y el tiempo de los políticos.  La tercera nos anima a castigar con nuestro voto a los políticos y organizaciones envueltos en cualquier  tipo de corrupción e hipocresías.

Lamentablemente estas tres lecciones quedarán en humo si no volvemos a prestigiar la ley natural. Esa ley que se concreta en tres líneas rojas: no matar, no robar, no mentir.

La Tribuna de Albacete (21/07/2025)

 

domingo, 13 de julio de 2025

El Príncipe (1)

 

El Príncipe es una obra clásica del Renacimiento escrita por Nicolás Maquiavelo en 1513, aunque no se atrevió a publicarla en vida. El estadista y filósofo italiano dio un giro decisivo a la Filosofía Política de la antigua Grecia y la cristiandad medieval. El típico análisis normativo se preguntaba sobre cómo debía actuar un “buen político”. Él análisis “positivo” o “realista” nos informa de cómo actúan los políticos de carne y hueso para conquistar el poder e incrementarlo a lo largo del tiempo. El Príncipe se inspiró en Fernando el Católico. A quien lo lea quinientos años le recordará otro personaje español que no hace falta mencionar.

Maquiavelo observa que para triunfar en la política es más importante la astucia que la inteligencia. La mayoría de los intelectuales son incapaces de conectar con el pueblo. El político exitoso es el que atrae al pueblo en base a promesas fantasiosas y todo tipo de prebendas. Tampoco la verdad es un valor que preocupe demasiado al político. Al pueblo solo le preocupa la seguridad y el bienestar material. Le cautivará fácilmente el político que, a base de soflamas, “asegure” la solución de todos sus problemas, para siempre y sin esfuerzo. El político exitoso reemplaza los principios por las opiniones. Y cambiará de opinión tantas veces como sea conveniente para aumentar su poder. El príncipe exitoso  debe ser amado y temido por el pueblo. El amor se reduce a un juego de apariencias. El temor, en cambio, requiere castigos reales y ejemplarizantes.

“El fin justifica los medios”. Posiblemente esta es la frase que mejor resume un libro tan iconoclasta y la que mejor presagia las consecuencias de una sociedad regida por políticos como “El Príncipe”. Entre los poderosos, una guerra sin cuartel que fomenta la corrupción, la calumnia, la cárcel y el asesinato. Entre el pueblo, pan y circo, ignorancia y hambre.

La Tribuna de Albacete (14/07/2025)


domingo, 6 de julio de 2025

Caldo de corrupción

 

“Todo poder tiende a corromperse y corromper. El poder absoluto lo hace absolutamente”. Lord Acton: Ensayos sobre libertad y poder (1895).  

La tentación de aprovecharse de la riqueza ajena sobrevuela la cabeza de la mayoría de los políticos. El caldo de cultivo que transforma estas tentaciones en actos de corrupción guarda relación directa con la cantidad de dinero y la discrecionalidad de la que disfrutan los políticos. El tiempo en el poder es otro elemento decisivo para institucionalizar la corrupción. En España, por ejemplo, los mayores escándalos se han registrado en las comunidades presididas por el mismo partido durante décadas: PSOE en Andalucía, PP en Madrid y Valencia, CiU en Cataluña...  

La ideología del Estado del bienestar ha empujado a multiplicar los recursos públicos y la facilidad para gastarlos. PSOE y PP caen dentro de este saco. La dependencia del PSOE de la izquierda marxista le ha hecho especialmente vulnerable a la corrupción pues aspiran a organizarlo todo desde arriba, controlando las instituciones y sectores más importantes. ¿Imaginan ustedes el grado de corrupción al que llegaríamos si políticos y sindicatos tuvieran el monopolio de la banca, la energía y la construcción?

Uno de los puntos fuertes de la ideología liberal es su compromiso por minimizar los recursos públicos y reducir la discrecionalidad. Esto es lo que propuso Lord Acton en el RU y está ejecutando Javier Milei en Argentina. Las obras públicas se ofrecerían a la empresa que se responsabilizara de su ejecución al mínimo coste. Los bancos se encargarían en conceder o rechazar los créditos que necesitan las empresas para funcionar. La Bolsa diezmaría el valor de las aquellas empresas incapaces de entregar las obras en tiempo y forma, amén de las envueltas en procesos de corrupción.

No acabarían aquí nuestros problemas, pero alguno menos tendríamos. Lo que está pasando en España resulta insoportable.

La Tribuna de Albacete (07/07/2025)

lunes, 30 de junio de 2025

La hora de los jueces

 

El 28 de junio de 2025 pasará a la historia como el día de la primera manifestación masiva de jueces y fiscales para pedir algo tan obvio como “la independencia judicial”. Un intento desesperado de frenar, antes de que sea demasiado tarde, la “ley Bolaños” que trata de colonizar desde dentro al mismísimo poder judicial. El culmen de las tropelías a las que el Gobierno nos ha acostumbrado.

Para empezar, la ley pretende alterar el sistema de acceso a la carrera judicial. En lugar de las horrorosas oposiciones donde se imponen las personas con mayor inteligencia y voluntad, se crearán unas academias públicas para la preparación de jueces, fiscales, abogados de estado y altos funcionarios de la administración. ¿Eugenesia política-jurídica? Me aterra pensar que el partido en el poder escoja y prepare las mentes más progresistas y dóciles para administrar la justicia en consonancia con lo políticamente correcto y para eximir de responsabilidad a unos políticos quienes, por definición, solo buscan el bien común.  

La segunda propuesta es un reforzamiento de las competencias y poderes de la cúpula del Ministerio Fiscal, a las órdenes de un Fiscal General del Estado elegido directamente por el Jefe de Gobierno. ¿O alguien osará pensar que una persona tan relevante pueda buscar su interés personal o el de quien le elevó al cargo, por encima del interés general de España?

“Nadie encontrará una sola línea del proyecto que atente contra la independencia judicial”, aseveró sonriente Félix Bolaños.  ¡Faltaría más!, Sr. Ministro. Lamentablemente, a estas alturas de la película ya sabemos que lo que el Gobierno pretende es exactamente lo contrario de lo que dicen y escriben sus voceros. La sumisión de la judicatura necesariamente ha de realizarse de una manera más sibilina, que el Tribunal Constitucional bendecirá por 6 votos contra 4. 

domingo, 22 de junio de 2025

Urnas electrónicas. Brasil marca el camino

 

       Las urnas son el último reducto de la democracia. Cada 4 años los ciudadanos depositan su voto, libre y secreto, en una urna que nadie puede manipular. La manipulación de las urnas supone un ataque fatídico al resorte crucial de la democracia. En la España del siglo XIX  el “pucherazo” se impuso a las urnas y no se conoce el caso de que un partido perdiera las elecciones que el mismo había convocado. En el siglo XXI, los ataques a las urnas democráticas provienen de la compra de votos y del voto por correo. Me llamó la atención, que poco antes de las elecciones del 2023, el Gobierno español cambiara al presidente de Correos  y encargara el recuento de votos una empresa cuasi-pública, Indra. Su presidente lo hizo tan bien que ascendió a la presidencia de Telefónica.

Brasil era uno de los países donde la adulteración del sistema electoral era más evidente. Así hasta el día que se consiguió un pacto de Estado para utilizar medios electrónicos que evitaran la manipulación del Gobierno de turno. Me voy a tomar la molestia de resumir cómo ha quedado el proceso electoral brasileño por si pudiera ayudar a los demócratas españoles.

La clave del proceso brasileño consiste en unas urnas electrónicas que no tienen conexión a internet ni pueden abrirse hasta el momento en que el propio sistema informático presenta los resultados en los terminales del sistema. De la limpieza del proceso electoral se responsabiliza una sala del Tribunal Supremo. No el Gobierno de turno, ni una junta elegida por los políticos. La verdad es que no ha hecho falta su intervención.

N Brasil, cada cuatro años hay un domingo super-electoral donde los votantes se encierran en una cabina  para teclear números que corresponden a sus candidatos a  Presidente de la Nación, Jefe de Gobierno, presidente del Estado federado, senadores  y diputados. El voto es obligatorio. No se admite el voto por correo, aunque en las embajadas sí es posible votar en otra urna electrónica con la misma seguridad. Los transportes nacionales son gratuitos ese domingo. Se vota entre las 8 y 17 horas. Tres horas después se proclaman los resultados definitivos.

¡Dios salve las urnas electrónicas de Brasil! ¡Dios inspire al legislador español algo parecido!

La Tribuna de Albacete (23/06/2025)

domingo, 15 de junio de 2025

Caballo de Troya

 

Se cumplen 10 años desde las elecciones autonómicas que encumbraron a Carles Puigdemont (CP) como Presidente de la Generalitat de Cataluña. Una oportunidad para que “*” entreviste virtualmente a “CP”.

*- Benvenido, exPresident. Da gusto entrevistar a un político que no tiene miedo de decir la verdad. ¿Cómo valora su primera etapa política? Aquel octubre del 2017 cuando lanzó un referéndum sobre la independencia y proclamó (entre dientes) la República Catalana?

CP- Una machada que supuso un enorme desgaste personal y no sirvió para nada. Es duro caminar todos los días al filo de la ilegalidad. Deprimente que nadie reconociera el referéndum. El PP y el PSOE nos castigaron con el art. 155 de la Constitución. El Rey y la UE nos condenaron sin permiso...

*- Llegaron las elecciones generales del 2023 y su partido apoyó la investidura del Sr. Sánchez? ¿Cómo valora la propuesta del Presidente y su aceptación?

CP- ¡Un milagro de esos que solo acaecen una vez por siglo! El PSOE necesitaba los siete votos de Junts para ser elegido y tragó con todo lo que le pedimos. De entrada, una ley de Amnistía que borraría los delitos por los que habíamos sido condenados. Una ley que, de impugnarse, tenía asegurado el respaldo del nuevo Tribunal Constitucional. En los meses posteriores, seguimos vendiendo nuestros votos a cambio de reformas institucionales que nos facilitaránn el gobierno de la República Catalana tras el siguiente referéndum. En resumen, la connivencia con Sánchez ha sido el Caballo de Troya que nos permitirá dar un golpe desde dentro del Estado. Todo tan legal y popular que ni el Rey ni la UE se atreverán a ponerlo en cuestión.

*- E. Kant, sentenció que una propuesta política es moralmente condenable cuando, de generalizarse, llevaría al caos social. ¿No le parece que el actual gobierno “Frankestein” nos aboca a ese desenlace?

CP- ¡Miel sobre hojuelas! Si además de la independencia política de Cataluña hundimos el Estado español habremos vencido por partida doble.

La Tribuna de Albacete (16/06/2025)

lunes, 9 de junio de 2025

Amnistía, porque lo digo yo

 

               La semana pasada se filtró el borrador de la sentencia redactada por la vicepresidente del Tribunal Constitucional (TC) sobre la ley de Amnistía de 2023.  Con la radicalidad propia de un converso, María Luisa Berenguer lanzó varias invectivas para defender la amnistía. Hacen temer lo peor para nuestro frágil Estado de Derecho y la propia Constitución abierta a su reforma ... siempre que se sigan los cauces constitucionales.

Primero, sin necesidad de reformar la Ley Fundamental, el Parlamento español puede aprobar cualquier cosa que no esté expresamente prohibida en ella. Me pregunto yo, ¿también la vuelta al Estado unitario que borraría las actuales autonomías? ¿Y la reducción del TC a una sala del Supremo especializada en derechos humanos? No faltará quien defienda este argumento para asegurar la independencia política del TC.

Segundo, el derecho “alternativo”, “progresivo” o como se le quiera denominar, ha de adaptarse a las necesidades e ideas de los tiempos. Lejos quedó el arduo proceso de reforma constitucional. Los magistrados del TC se prestan a interpretar los artículos de la CE a conveniencia de la voz de su amo. ¿Dónde se anclará la seguridad jurídica que todos necesitamos?

Tercero, el fin justifica los medios. El Gobierno que aprobó la Ley y el Tribunal que la respalda aseguran que solo pretenden superar las tensiones sociales y mejorar la convivencia en Cataluña. ¿Qué pasará con el 50% de catalanes y el 80% de los españoles (incluyendo muchos socialistas) que opinan lo contrario pero se quejan menos? Si esta mayoría se rebelará, por las buenas o las malas, ¿habría otra ley de amnistía que les eximiera de cualquier delito?

Cuarto, los motivos de los políticos no son susceptibles de valoración. No importa que los socialistas cambiaran su opinión cuando se percataron que necesitaban los siete votos de Junts. Ni que estos insisten, micrófono en mano, que la amnistía era el primer paso hacia la independencia perseguida por el Procés. Me pregunto yo, ¿acaso la justicia no puede y debe adelantarse a la comisión de los delitos, máximo si van contra los pilares del orden constitucional?

La Tribuna de Albacete (09/06/2025)

domingo, 1 de junio de 2025

La ciencia lúgubre

 

En enero de 2005, Hugo Chávez lanzó a toda Latinoamérica la propuesta del “Socialismo Siglo XXI”. La España de Zapatero y Sánchez no tardaron en subirse al carro del “nuevo populismo” liderado por el Grupo de Puebla. Las realizaciones prácticas allende el mar han sido desastrosas, tanto en lo económico como en lo social. A España, por el momento, le ha salvado la UE. La estrategia de Sánchez consiste en financiar con deuda un gasto público insaciable (como insaciables son las demandas de quienes le apoyan). Esa deuda se coloca en el BCE a un interés mínimo. Invocando la Teoría Monetaria Moderna, dan por supuesto que la deuda pública no se devuelve. Llegado el vencimiento, el Estado pedirá nuevos créditos que el BCE concederá sumisamente. ¿Cómo podría dejar quebrar a un Gobierno que hace tanto por el bienestar social?

Este discurso “populista” es el que viene denunciando el Servicio de Estudios del BE desde sus oficinas de la plaza de Cibeles, que el nuevo Gobernador quiere convertir en un museo. El prestigio que ha conseguido ese servicio puede perderse en unos meses si se despide al personal más cualificado o le subyuga al Gobierno. Los resultados se nos antojan graves. Lo primero que hará el BCE es asegurarse que los créditos y subvenciones al Gobierno se han destinado a los fines propuestos. Lo segundo, cobrar los intereses y aumentar los tipos a la par que el peso de la deuda. Lo tercero, cortar la fuente de financiación y enseñar la puerta de salida. Así hasta intervenir la economía española como hizo con Grecia en el 2018, al inicio de la crisis financiera global, cuando el agujero de las pensiones amenazaba las finanzas europeas.

Una vez más la Economía vuele a entrar en escena como la “ciencia lúgubre”.  Bien que lo siento.

La Tribuna de Albacete, (2/6/2025)

lunes, 26 de mayo de 2025

Ojos que no ven...

 

El Banco Central  es la institución económica más importante de un país. De él depende la creación de dinero legal, esos billetes que lubrican la economía real pero también pueden sumergirla en el caos de la inflación. De ahí que a los bancos centrales de cada nación se les otorgara una independencia política solo equiparable a la de los jueces.

La creación de la UME y el euro eliminó las competencias monetarias del Banco de España (BE) y demás bancos nacionales. Siguen quedándoles dos funciones claves que reclaman su independencia. La primera es la regulación y control de los bancos comerciales que, a través del engranaje créditos-depósitos, suministran más del 90% de los medios de pago. Esto es el dinero bancario. La segunda, es el estudio riguroso y actualizado de la situación de la economía nacional, de su potencial de crecimiento no inflacionista y de sus riesgos. Lo hace a través de su Servicio de Estudios que en el caso de España publica regularmente varios documentos entre los que destacan: el “Informe Anual” y las “Cuentas Financieras”.  Nuestra confianza en estos documentos como profesores o gestores de la economía, se basa en la calidad científica de su personal y la independencia política de la institución.

Lo que sucedió la semana pasada puede marcar un antes y un después. La alarma sobre la colonización política del BE saltó en Septiembre de 2024, cuando P. Sánchez nombró Gobernador del BE a uno de sus ministros, José Luis Escrivá. La intromisión política se evidenció la semana pasada con la dimisión de Ángel Gavilán, Director General de Economía del BE y responsable de su Informe Anual. Al parecer, Escrivá eliminó del Informe el capítulo de pensiones que cuestionaba la reforma que él mismo había introducido dos años atrás. Las referencias críticas al déficit y deuda pública, o las propuestas sobre políticas de productividad vivienda quedaron aguadas.  

Una vez más, se impuso la táctica del avestruz: ojos que no ven…

La Tribuna de Albacete (25/05/2025)

domingo, 18 de mayo de 2025

El dólar, ese privilegio exorbitante de los EE.UU.

 

Tras la II Guerra Mundial, los “aliados” se reunieron en Bretton Woods para organizar el sistema de pagos y finanzas internacionales. El Plan Keynes apoyaba la creación de una divisa internacional (el bancor) gestionada por un organismo independiente. El representante del Tesoro Americano, Mr. White, consiguió imponer una plan creado a medida de sus intereses.  La moneda internacional sería el dólar, si bien EE.UU. se comprometía a canjear dólares por oro a un tipo fijo. ¡Puro farol! Cuando, el general De Gaulle viajó desde Francia para que le cambiaran sus reservas de dólares por oro, EE. UU. reconoció que no era factible y poco después (1971) abolió la convertibilidad. El patrón oro llegaba a su fin.

            El privilegio económico más exorbitante de los EE.UU. ha consistido en poder pagar en cualquier parte del mundo imprimiendo su propia divisa. Hasta el presente, la sobreimpresión no le ha generado problemas de hiperinflación, pues son muchos los países que desean atesorar en dólares sus reservas monetarias. Las cosas están cambiando en el siglo XXI. El privilegio americano ha empezado a erosionarse desde el momento que algunos prefieren monedas de países más solventes como el euro o el yen. Cuando la ventaja monetaria desaparezca por completo, EE.UU. comprenderá que no le queda más remedio que competir con el resto de países mediante mejoras tecnológicas a las cuales van ligados salarios y consumo. El aumento de aranceles que propone Trump parecerá, entonces, tan ridículo como declarar una nueva guerra mundial enseñando los tirachinas.

Entendemos que, para acabar con este tipo de privilegios monetarios, la solución consiste en introducir una criptomoneda controlada por un organismo independiente que la proteja de hackeos, especulación y manipulación política. Ese día, Keynes se levantaría de su tumba para afirmar: “Algo parecido propuse yo en 1944”.

La Tribuna de Albacete (19/05/2025)

domingo, 11 de mayo de 2025

Los aranceles de Trump. Error en el diagnóstico y en la terapia

 

Make America great again (“Devolvamos la grandeza a América”). Este es el slogan que llevó a Trump a la presidencia de los EE.UU. Lamentablemente. ninguno de sus asesores le advirtió que el declive de EE.UU. no es solo de índole económica y que su crisis económica no se debe solo al déficit comercial. La solución que le proponen es decepcionantemente simple. “Elevar los aranceles de cada producto en proporción al déficit comercial con cada país hasta conseguir el equilibrio en la balanza de pagos". Con la UE bastaría subir los aranceles un 10%. La media de aranceles con China habría de subir un 100%. Una auténtica sentencia de muerte al libre comercio internacional.

Los inspiradores de estas propuestas demuestran el desconocimiento de los principios económicos básicos. El primero es la emigración del capital financiero y de los trabajadores hacia los países que ofrecen mejores remuneraciones. Si los políticos no cortan tales movimientos hemos de esperar una igualación de la tasa de beneficio y el salario. En caso contrario, serán las propias empresas americanas quienes se trasladen a países con unas condiciones de seguridad aceptables, como China. Con el tiempo las empresas chinas aprenderán a producir todos los bienes con la tecnología y la eficacia de la mejor empresa americana, conservando la ventaja de unos salarios mucho más bajos. Ahí está la ventaja china que también tenderá a erosionarse, a no ser que algún dictador lo impida.

Los estadounidenses y europeos, debemos ser conscientes que liderar la innovación tecnológica es la única manera de mantenerse en la cabeza de la carrera económica y militar. Más importante, EE.UU. y la UE deben saber que la grandeza de un país se mide, fundamentalmente, por el grado de protección de la libertad, la democracia y los derechos humanos. Y que la felicidad de las personas depende de variables que escapan a las manipulaciones de economistas y políticos.

En conclusión, la guerra arancelaria de Trump yerra en el diagnóstico de la enfermedad norteamericana y en la terapia para curarla.

La Tribuna de Albacete (12-05-2025)

domingo, 4 de mayo de 2025

No politizaréis la energía

 

La semana pasada advertimos que la creciente politización de nuestras vidas es la carcoma que está destruyendo nuestra civilización. Lo ilustramos con la invasión política de la justicia, la religión y el fútbol. El apagón total del pasado lunes negro pone en evidencia los peligros de politizar el sistema energético.

En nuestro compromiso por llegar al fondo de los temas, no vamos a buscar el chivo expiatorio del apagón sino reflexionar sobre las características de un buen sistema energético. Los objetivos a cumplir son: eficiencia para atender las necesidades energéticas del país, seguridad en el suministro y en la protección de vidas humanas, sostenibilidad ecológica y precio asequible. Francia presume de haber conseguido la máxima calificación con una sola fuente, la nuclear. Otros países, empezando por España, prefieren un “mix” de fuentes que se compensen entre sí.

               Las energías renovables tradicionales (hidroeléctrica y nuclear) deben suministrar la energía de base. Su inercia y potencia mantienen operativo cualquier sistema y son capaces de recuperarlo en cuestión de minutos. Gracias, nucleares francesas, por venir a nuestro rescate hace una semana.

               La energía de origen fósil (carbón, petróleo y gas) es la más cara y contaminante, a la vez que nos hace depender de otros países. La estrategia suicida de España consiste en abandonar la nuclear comprando gas ruso y montando ciclos combinados bajo presión de los poderes energéticos tradicionales.

               Las energías renovables de nueva generación (parques solares y eólicos) son tan baratas y limpias como la nuclear. Lamentablemente son intermitentes y carecen del potencial e inercia suficientes para compensar los desajustes entre oferta y demanda. Están llamadas a desempeñar un importante papel en el sistema energético español. Pero de ahí a suministrar el 81% de la energía, desplazando al resto de las fuentes, como ocurrió el 28 de abril…

               Mensaje del lunes negro para para los políticos:  no politizaréis la energía.

La Tribuna de Albacete (06-05-2025)

Aranceles, un retroceso de cien años

           La ciencia económica nació a principios del siglo XIX con la demostración de que la Economía no es un juego de suma cero. Cuando una empresa o un país producen más y mejores bienes, no lo consiguen  a costa del trabajo, o de las empresas competidoras o del resto de países. Todos pueden salir ganando. Los  los ciudadanos y empresas del país importador disfrutarán de bienes de consumo y de capital mejores  y más baratos. El equilibrio macroeconómico requerirá, eso sí, que esos países sean capaces de exportar los bienes y servicios sobre los que tienen algún tipo de ventaja comparativa. La competencia internacional les estimulará a ser más eficientes para conseguirlo. En eso consiste el progreso de las naciones.

Aunque la teoría clásica sobre las ventajas del comercio internacional fue rápidamente aceptada por los economistas de todas las escuelas, los políticos siguieron en sus trece: era necesario proteger la industria nacional con prohibiciones y aranceles.  No fue hasta 1947 cuando la comunidad internacional organizó el GATT, un sistema de acuerdos arancelarios entre naciones que habrían de generalizarse a todos los países  y productos. A través del "principio incondicional de la nación más favorecida”, cualquier país tenía derecho a que se le aplicaran las ventajas concedidas a otros. Despacio, pero sin pausa, la media de aranceles fue bajando en todo el mundo.

En 1995, el sistema de acuerdos nacionales del GATT dio paso a un organismo internacional con fuerza para imponer unos principios generales y resolver los posibles conflictos. Es la Organización del Comercio Internacional, OMC.

La plena apertura al comercio internacional sigue siendo difícil. Todos entienden, sin embargo, que salirse del sistema implicaría una renuncia a las muchas ventajas del comercio internacional. Temen, además, que otros países reaccionen con represalias. Como las que generaron las guerras comerciales de principios del siglo XX, antesala de las guerras mundiales.

Así hasta que llegó, Mr. Trump.

La Tribuna de Albacete (21/'4/2025)