domingo, 13 de julio de 2025

El Príncipe (1)

 

El Príncipe es una obra clásica del Renacimiento escrita por Nicolás Maquiavelo en 1513, aunque no se atrevió a publicarla en vida. El estadista y filósofo italiano dio un giro decisivo a la Filosofía Política de la antigua Grecia y la cristiandad medieval. El típico análisis normativo se preguntaba sobre cómo debía actuar un “buen político”. Él análisis “positivo” o “realista” nos informa de cómo actúan los políticos de carne y hueso para conquistar el poder e incrementarlo a lo largo del tiempo. El Príncipe se inspiró en Fernando el Católico. A quien lo lea quinientos años le recordará otro personaje español que no hace falta mencionar.

Maquiavelo observa que para triunfar en la política es más importante la astucia que la inteligencia. La mayoría de los intelectuales son incapaces de conectar con el pueblo. El político exitoso es el que atrae al pueblo en base a promesas fantasiosas y todo tipo de prebendas. Tampoco la verdad es un valor que preocupe demasiado al político. Al pueblo solo le preocupa la seguridad y el bienestar material. Le cautivará fácilmente el político que, a base de soflamas, “asegure” la solución de todos sus problemas, para siempre y sin esfuerzo. El político exitoso reemplaza los principios por las opiniones. Y cambiará de opinión tantas veces como sea conveniente para aumentar su poder. El príncipe exitoso  debe ser amado y temido por el pueblo. El amor se reduce a un juego de apariencias. El temor, en cambio, requiere castigos reales y ejemplarizantes.

“El fin justifica los medios”. Posiblemente esta es la frase que mejor resume un libro tan iconoclasta y la que mejor presagia las consecuencias de una sociedad regida por políticos como “El Príncipe”. Entre los poderosos, una guerra sin cuartel que fomenta la corrupción, la calumnia, la cárcel y el asesinato. Entre el pueblo, pan y circo, ignorancia y hambre.

La Tribuna de Albacete (14/07/2025)