lunes, 25 de abril de 2016

Brasil y la veleta política

Cada vez más, la veleta política 
está movida por los vientos de la indignación popular

La primera dama de Brasil, Dilma Rouseff, todavía no acaba de creerse lo que vio la semana pasada. Los 513 miembros del Congreso desfilaron uno tras otro ante la urna para sentenciar su destitución. Ella que había sido reelegida para presidir el estado de Brasil apenas hacía un año y medio. Ella que como líder del Partido de los Trabajadores (PT), había continuado con las políticas progresistas de su antecesor, Lula da Silva. Ella que había puesto a Brasil en el centro del mapamundi organizando el mundial de fútbol y las olimpiadas.  “Esto no es un impeachement, se lamentó impotente, es un golpe de estado so pretexto de un amaño en las cuentas públicas”. 
Lo que no cuenta la Presidenta de Brasil es que por un procedimiento similar cesaron a Fernando Collor y a Fernando Cardoso, abriendo las puertas PT hace 13 años. Lo que no cuenta la Presidenta es que aunque la corrupción ha existido siempre, su tamaño guarda proporción con el de los presupuestos públicos que el PT ha disparado. También con la discrecionalidad tolerada en el control de las empresas públicas.
Petrobás, la gran petrolera brasileña, ha sido la principal fuente de sobornos. Al hundirse el precio del crudo muchos negocios sucios han salido a la superficie. En una situación de recesión económica (el PIB cayó un 5% el año pasado) el tamaño de estos escándalos resalta más. La clase media ve como sus pequeñas empresas son acribilladas a impuestos para tapar un déficit del 10% del PIB y sus hijos pierden sus puestos de trabajo. Ante tales calamidades esa mayoría silenciosa se indigna contra el Gobierno de turno por mucho que se llame “Partido de los Trabajadores”.


En un régimen presidencialista, como el brasileño, el Gobierno puede tomar muchas decisiones al margen del Parlamento. Pero éste puede echar al Presidente si alía en su contra a 2/3 de los parlamentarios. No hace falta que se lleven bien entre ellos. Basta con que anticipen algún rédito electoral de la indignación popular. Cada vez más, la veleta de la política está movida por los vientos de la indignación popular. Vientos que los partidos políticos y los medios de comunicación de masas se encargan de magnificar pero que difícilmente pueden controlar.  
La Tribuna de Albacete 25/04/2016

lunes, 18 de abril de 2016

Paraísos fiscales

La transparencia es el remedio 
más simple, barato y efectivo contra la corrupción

Hasta que se publicaron los “Papeles de Panamá”, nadie había oído hablar de la sociedad de sociedades financieras, Mossak Fonseca. Hay miles como ellas. Atraen, protegen y rentabilizan los ahorros de quienes huyen de la vorágine fiscal de sus gobiernos. Y, haciendo gala de la discreción bancaria, ocultan los nombres de los propietarios, la mayoría de los cuales invierte bajo la cobertura de una entidad fantasma. Los documentos filtrados hace unos días por un grupo de periodistas ponen a la luz los nombres de estos propietarios o de los amigos que prestaron su firma. Los hay de todas las condiciones y colores; el único factor común es “exceso de liquidez”, no saben dónde guardar tanto dinero como tienen.
“Nada ilegal hemos hecho”, dicen todos los implicados. Esto habrá que verlo. Porque los paraísos fiscales no solo protegen a ricos que desean un lugar seguro para ahorros previamente declarados a Hacienda. Esconden también a quienes evaden impuestos y a quienes blanquean dinero procedente de actividades delictivas.
Los paraísos fiscales se sostienen por la hipocresía. Me recuerdan a las legislaciones que prohíben la prostitución pero toleran los prostíbulos como mal menor. Gran Bretaña utiliza sus colonias (con nombres tan paradisiacos como “Islas Vírgenes”) como plataforma para esta modalidad de “banca a la sombra”. Estados Unidos no tiene problema en tolerar que un edificio en Delaware albergue a 217.000 sociedades financieras. Ahí se dirige la mayoría de las inversiones “off shore” de nuestras empresas del IBEX, los buques insignia de la economía española.
                En el mes de mayo se celebrará un congreso en Londres para controlar los flujos internacionales de capitales. La fecha estaban fijada antes de los Papeles de Panamá pero pueden ser una oportunidad para transformar en medidas vinculantes la indignación que su filtración ha generado. Como siempre, la fragmentación política de una economía globalizada es el principal escollo para llegar a una solución operativa. Que no sea una excusa. Así como la participación en el comercio internacional de mercancías obliga a la aceptación de los acuerdos de la OMC, las instituciones que acojan capital internacional también debieran aceptar ciertas normas. La primera, dejar claro el nombre de las personas que hay detrás de todas y cada una de las sociedades registradas. La transparencia es el remedio más simple, barato y efectivo contra la corrupción.
La Tribuna de Albacete (18/04/2016)

domingo, 10 de abril de 2016

Amoris laetitia

La alegría del amor  construido y reconstruido 
cada día en cada hogar

                Con los tiempos y las ideologías que corren no parecía fácil llegar a un documento de consenso sobre la familia, ni siquiera entre el clero católico. El Papa Francisco fue valiente para pedir la opinión de los católicos de a pie. Los obispos debatieron ese material en un par de sínodos. Ahora, a dos años del primero, el Papa resume las conclusiones desde su óptica personal. “Amoris laetitia” es el título elegido para su exhortación apostólica.
                El Pontífice ha sabido escapar de la tentación casuística y pone el acento en la “Alegría del amor” que debe ser construido y reconstruido cada día en cada hogar. La función del magisterio, dice, no consiste en ofrecer soluciones permanentes y cerradas que contemplen todos y cada uno de los casos posibles para separar a buenos y malos. Lo importante es recordar a todos la belleza y la alegría del amor humano que se aprende y cultiva en la familia. Para asegurarlo hay que sentar las bases y los medios: el amor entre hombre y mujer, exclusivo, fiel y perenne, orientado a la procreación y educación de los hijos, así como a la ayuda mutua. ¿A qué pareja de novios no le entusiasma este ideal? ¿Habrá alguna que prefiera firmar una relación pasajera hasta encontrar otra persona más atractiva?
                El Papa, que es muy realista, no ignora la fragilidad del ser humano. La Iglesia ha de ayudar al hombre de carne y hueso a suplir la falta de frutos de amor sembrando más amor y a levantarse cuando cae. Aquí empiezan los problemas doctrinales que, por lo visto eran los únicos que preocupaban a algunos de dentro y fuera de la Iglesia. ¿Qué hacer con los divorciados que se han vuelto a casar? ¿Pueden recibir la comunión? El Papa les recuerda que la Iglesia está a su servicio y cuenta con su colaboración y que, si de verdad desean comulgar para cumplir mejor sus obligaciones familiares, se acerquen a un sacerdote quien valorará la seriedad del deseo y el momento oportuno. 
        ¡Sabia decisión! ¿Por qué gastar las energías buscando soluciones generales a problemas particulares y anecdóticos? Lamentablemente, los divorciados que desean reconstruir su vida cristiana son tan pocos que bien pueden ser atendidos uno por uno. Lo importante es ayudar a los millones de esposos que desean educar mejor a sus hijos y profundizar en su amor para que no se agoste ni en tiempos de sequía.
La Tribuna de Albacete (11/04/2016)

lunes, 4 de abril de 2016

Brexit

Y dejen de poner palos a las ruedas del carro europeo

El referéndum británico sobre el SÍ o el NO a la UE, está a la vuelta de la esquina: 23 de junio de 2016. La campaña pone en evidencia dos factores comunes a todo proceso separatista. Observamos, por una parte, que el esfuerzo propagandístico es mucho mayor en los que toman la iniciativa, los separatistas. Constatamos, por otra parte, que esta propaganda se simplifica en una idea tan simple como falaz: “A las ventajas que ahora disfrutamos añadiremos otras muchas, sin coste alguno”.
Los partidarios del Brexit dan por supuesto que seguirán disfrutando de un mercado único de 500 millones de habitantes, el mayor del mundo. Que gozarán de las magníficas infraestructuras europeas sin pagar nada. No como ahora que, por el mero hecho de ser más ricos, tienen un saldo negativo con la UE. Y que podrán controlar la entrada y salida de emigrantes según sus intereses. Noruega y Suiza son sus referentes para demostrar que fuera se vive mejor.
A los euroescépticos británicos habrá que recordarles que siempre han tenido abierta la puerta de salida. No podía ser de otra manera en una confederación, que eso es la UE. Hasta ahora se les ha permitido abrir algunas ventanas como la autoexclusión del euro y de las políticas sociales europeas.  Si no son suficientes, posiblemente habrá que animarles a que crucen la puerta de una vez por todas y dejen de poner palos a las ruedas del carro europeo.
Se les recordará también que al salir dejan el mercado común europeo y habrán de solicitar un nuevo proceso negociador, de final incierto. Si desean un régimen parecido a Noruega y Suiza han de saber que en estos países el libre comercio de bienes les obliga a aceptar la libre circulación de personas.
La UE debe dejar claras las consecuencias de la separación. No puede tratar de la misma manera a quienes aceptan derechos y deberes que a quienes solo reclaman derechos. De no hacerlo, el Brexit tendrá muchos imitadores. La UE y cada uno de sus estados acabarían desintegrándose. Cada país, cada región, cada ciudad podría vivir mejor si le dejaran independizarse… y el resto del territorio aceptara sumisamente repartir los mismos gastos entre menos contribuyentes.
La Tribuna de Albacete (04/04/2016)