domingo, 28 de abril de 2024

La tinta del calamar

 

Escribo este artículo 24 horas antes de que Pedro Sánchez decida entre (1) mantenerse en la presidencia del Gobierno español, (2) dimitir y seguir haciendo política desde otros puertos más tranquilos, (3) abandonar la política de una vez por todas. Me tomo la licencia de darle un par de consejos para evitar el acoso que está sufriendo en los últimos meses y la desafección del pueblo español, socialistas incluidos. Vaya por delante, que estos consejos son aplicables a cualquier otra persona que le pueda suceder en la presidencia de la nación, no importa el partido político.

Primer consejo: Sea sincero y transparente. Lo mejor para evitar los bulos sería informar a la nación el contenido de los móviles hackeados por Pegasus (el suyo y el de su esposa). Aproveche la ocasión para dar una explicación creíble de la cesión a Marruecos de las competencias que nos otorgó la ONU sobre el Sahara. Por favor, no mienta a sus votantes y al pueblo español, ni cambie de principios tantas veces. ¿Se acuerda de la fábula de Pedro y el lobo?

Segundo consejo: Respete el Estado democrático de derecho. La CE de 1978 admite a partidos republicanos y separatistas siempre que estén dispuestos a reformarla siguiendo los cauces constitucionales. Lo que usted promueve es un “golpe de estado desde el propio Estado”. Un golpe que solo se puede combatir desde la calle o la prensa desesperada.

Más de lo mismo. Respete la independencia del poder judicial. Deje que los jueces elijan a los jueces. No se engañe a usted mismo ni trate de engañarnos asumiendo que es constitucional todo lo que aprueba un Tribunal cortado a la medida de los intereses cambiantes del Gobierno.

El calamar busca confundir y encrespar a los adversarios arrojándoles tinta negra. ¡Demuéstrese a sí mismo que usted no es un calamar!

domingo, 21 de abril de 2024

De elecciones y guerras

 Me pongo a escribir este artículo sin tener claro cuál es el tema más importante de la semana, un tema sobre el que yo pueda decir algo que ayude a tocar fondo. Dos son las noticias que copan las portadas: las elecciones en el País Vasco con las que se inaugura el ciclo electoral en España y Europa, y los tambores de guerra que llegan desde Oriente Próximo. Después de dar un par de vueltas al dilema, me he percatado que las dos noticias tienen algo en común. Son dos formas de resolver los problemas de convivencia política que surgen en todo tipo de sociedades, desde la comunidad de vecinos, hasta los entes políticos del máximo nivel.

Las elecciones son el primer eslabón del estado democrático de derecho consagrado en la mayoría de las naciones. De ellas sale el parlamento y el gobierno que marcarán el rumbo político durante los próximos cuatro años. Una democracia plena admite cambios profundos siempre que todos respeten las reglas de juego marcadas por la propia Constitución y otras leyes fundamentales. ¿Pero qué pasa si los rebeldes no se someten a los preceptos constitucionales? ¿Y si los políticos utilizan su legítimo poder para enriquecerse personalmente al tiempo que aniquilan a la oposición? A nadie se le escapa que la corrupción y la injusticia son el caldo de cultivo para un enfrentamiento bélico.

El derecho internacional admite las imposiciones del ganador de un guerra como un título válido de dominio. Lamentablemente, si no surge un acuerdo justo y practicable, el segundo asalto de la contienda no tardará en llegar. El conflicto Palestino-Israelí se arrastra desde 1960. ¿Tiene solución? Los economistas sostienen que para que un acuerdo llegue a feliz término se requiere que las dos partes salgan ganando con respecto a la situación actual. Esto debiera moverlo la ONU pero por el momento no parece estar por  la labor.

La Tribuna de Albacete (22/04/2024)

domingo, 14 de abril de 2024

¿Quo vadis, Europa?

  Esta semana el Pleno del Parlamento Europeo ha elevado el aborto a la categoría de derecho fundamental e instado a la Comisión y al Consejo que lo incluyan en la Carta Europea. Los votos a favor fueron 336; en contra, 163; abstenciones, 39. Es difícil que esta propuesta se haga realidad pues para ello requeriría la aprobación de todos y cada uno de los países de la UE. Sí servirá para que los países donde el aborto ya está aprobado se apresuren a blindarlo en su Constitución para evitar futuras restricciones. Lo peor ya se ha hecho: banalizar el derecho a la vida, fundamento de los restantes derechos humanos.

Sorprende (y duele) que Europa se jacte de constitucionalizar el derecho a eliminar la vida de un ser humano indefenso, acabar con el derecho de objeción de conciencia del médico y con la libertad de pensamiento y expresión los discrepantes. Sorprende que la U.E. no enfoque sus energías y recursos en ayudar a las mujeres, al nasciturus y al recién nacido. La sociedad que de verdad desee ayudar a la mujer ha de estar dispuesta a adoptar esos niños en caso de que la madre se vea incapaz de criarlo y educarlo.  

Además de destruir los pilares de Europa (derecho a la vida, la igualdad entre nacidos y no nacidos y la libertad de objetar), la constitucionalización del aborto propina una patada en la boca a todos los médicos que desde el 500 a.C. hasta hoy han pronunciado el juramento hipocrático.  A saber: “… Jamás daré a nadie medicamento mortal por mucho que lo soliciten ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna”.

¿Quo vadis, Europa?

(La Tribuna de Albacete, 15/04/2024)

domingo, 7 de abril de 2024

El aborto, cada vez más cerca de la caverna

 El 4 de marzo de 2024 la Asamblea Legislativa Francesa constitucionalizó el aborto. La Unión Europea tiene planeado hacerlo el 11 de abril. La historia de la regulación del aborto ilustra elocuentemente el avance de nuestra civilización hacia la oscuridad más peligrosa.

 Desde tiempos remotos, la humanidad ha practicado el aborto, asesinato, robo y prostitución. Ello no impidió a nuestros ancestros reconocer que todas esas conductas eran inmorales e ilegales, algo a evitar.

 En 1973 la Corte Suprema de los EE.UU. justificó el aborto en casos extremos. Los países que se preciaban de "avanzados", pronto legalizaron el aborto inducido. El eufemismo escogido (“interrupción voluntaria del embarazo”) ponía en evidencia que el aborto seguía considerándose como algo inmoral. Atentaba contra el derecho constitucional a la vida, el primero de los derechos fundamentales recogido en la DUDH de 1948.

 A finales del siglo XX, la mayoría de los países aceptaron el aborto a discreción. No es necesario buscar una causa legitimadora si negamos al feto su condición de ser humano. La nueva legislación se daba de bruces con la verdad científica. Difícilmente encontraremos en el mundo 3 genetistas que sitúen el origen de la vida humana en un momento diferente a la unión entre el espermatozoide y el óvulo. Matar a una persona era y seguirá siendo inmoral.

 La actual inclusión del aborto entre los derechos fundamentales de la Constitución pretende despejar toda sombra de inconstitucional e inmoralidad. ¡Imposible juntar en el mismo lienzo el día y la noche! Semejante pretensión choca directamente con el derecho a la vida y la igualdad allí recogidos. La verdad es la que es. No depende de mayorías parlamentarias, modas culturales o neologismos.

 La noche seguirá siendo noche por más que la iluminemos con fuegos artificiales. ¡Malos augurios para la sociedad que se empeñe en vivir de noche! El mal se esconderá más fácilmente pero sus estragos se multiplicarán.

La Tribuna de Albacete (8/04/2024).


lunes, 1 de abril de 2024

Domingo de Resurrección

 Entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección pasaron muchas cosas. La muchedumbre que le aclamaba días atrás acabó pidiendo su crucifixión, acosada por los líderes religiosos y políticos del país. Hasta sus discípulos le abandonaron. Solo se salvó el más joven, Juan, arropado por la Virgen María y unas pocas mujeres. Cristo fue flagelado y condenado a muerte. Murió el viernes, sobre las tres de la tarde, entre dos malhechores.

 Pero la historia no acabó aquí. A primera hora del domingo, Cristo resucitó y se apareció a los discípulos en varias ocasiones para explicarles las Escrituras.  Les advirtió que era necesario que el Mesías muriera para que conociéramos la gravedad del pecado. Que muriera en una cruz para dignificar las cruces con las que inevitablemente habremos de enfrentarnos en nuestro camino por este valle de lágrimas.

 Antes de ascender al cielo, Cristo instituyó la Iglesia para acompañarnos en el camino hacia Dios que no es otro que la ayuda al prójimo. Dios sigue respetando nuestra libertad para elegir entre el bien y mal. Comprende nuestras caídas pues conoce bien el barro del que estamos hechos. Afortunadamente, a partir de su resurrección tenemos asegurada la luz y fuerza del Espíritu Santo que anima la Iglesia y a cada uno de nosotros.

 La experiencia vital (propia y ajena) me ha confirmado dos verdades. Los caminos del Señor no son nuestros caminos. Solo por los caminos del Señor llegamos a la verdad que otorga pleno sentido a la vida.

La Tribuna de Albacete (02/04/24).

lunes, 25 de marzo de 2024

Domingo de Ramos

 

La semana grande de los cristianos, la Semana Santa, se encuadra entre dos domingos: el de ramos y el de resurrección. Por ponernos en contexto. La historia empezó cuando la criatura (el ser humano) quiso ser como el creador (Dios). De nada sirvieron las alianzas propuestas desde lo alto. Los hombres dieron la espalda a Dios, se enfrentaron unos contra otros y se condenaron a sí mismos. Al buen Dios no se le ocurrió otra cosa que enviar a su hijo, Cristo, para redimir al hombre del pecado y enseñarle cómo debe comportarse para ser feliz conviviendo con los demás, y ayudándoles a ser felices.

Tras tres años predicando la “buena nueva”, Cristo se aventuró a entrar en la orgullosa capital de los judíos: Jerusalén. El Domingo de Ramos describe esta entrada triunfal. Le salieron a recibir las personas a las que Jesús había ayudado y los que albergaban la esperanza de convertirle en un ariete contra el invasor romano. El grito fue unánime: “Hosanna al hijo de nuestro rey David. Bendito el que viene en nombre del Señor”.

Jesús, se dejaba querer pero sin echar leña al fuego. Parecía consciente de la superficialidad de tales vítores. Cuando cambiaran los vientos alentados por los líderes religiosos y políticos, esas mismas personas gritarían: “¡Crucifícale, crucifícale!” “¿Pero tú eres rey?”, insistirá Pilatos. Jesús respondió con la poca fuerza que le quedaba: “Tú lo dices. Soy rey, pero mi reino no es de este mundo”. En el Domingo de Ramos se vio claro lo que Jesús NO había venido a traernos. El triunfalismo, la superficialidad, la venganza. Nos enseña en no confundir a nuestro verdadero enemigo.

Las procesiones de Semana Santa, empezando por las del Domingo de Ramos, hay que vivirlas en silencio. Meditando los comportamientos de Cristo Redentor que rompen nuestros pobres esquemas humanos.  

La Tribuna de Albacete (25/03/2024)

domingo, 17 de marzo de 2024

Manual de corrupción

 No deben de ser muchas las personas que se meten en la política para robar. Pero todo parece indicar que, una vez dentro, la tentación que asedia a los políticos se antoja irresistible. Justificaciones no les faltan: “Todos lo hacen, no voy a ser menos que mi compañero”. “La presión y riesgos que soportamos los políticos, bien merecen un complemento salarial”. “No busco tanto mi enriquecimiento como asegurar el futuro de mi partido, el único que garantiza el progreso del país”...

 El mejor caldo de cultivo para la corrupción se genera por la confluencia de tres ingredientes: larga permanencia en el cargo; mucho dinero para robar, discrecionalidad para manejar ese dinero. La pandemia de marzo 2020 juntó estos ingredientes y el resultado es el que estamos descubriendo en marzo del 2024.

 Larga permanencia en el cargo. En el 2020, el PSOE acababa de llegar a la Moncloa pero conocía bien los entresijos del poder y los medios para aumentarlo y perpetuarlo. A saber, multiplicar las subvenciones para captar votantes; agasajar a los partidos minoritarios hasta conseguir el apoyo de un diputado más que el bloque conservador. Tales circunstancias no solo dan para corruptelas aisladas, sino para crear una trama de corrupción.

 Cantidad de fondos que se manejan. Un pellizco aquí y otro allí pasan desapercibidos. Además, los fondos extraordinarios que estamos considerando fueron concedidos graciosamente por la Unión Europea. Aparentemente nadie pagaba ni se preocupaba por los pellizcos asociados a las mascarillas.

 Discrecionalidad en el manejo del gasto público. En circunstancias normales no resulta sencillo robar al erario público. Ha de aprobarse un presupuesto de gastos e ingresos; el gasto ha de seguir un procedimiento muy exigente; cada euro será fiscalizado por la intervención general del Estado y el tribunal de cuentas. Las urgencias de una pandemia global justificaban relajar estos controles. Así se hizo y ahora estamos viendo las consecuencias.

La Tribuna de Albacete (18/03/2024)

lunes, 11 de marzo de 2024

Dura lex, sed lex

 “El hombre es un animal político”. Si el autor de esta frase, Aristóteles, contemplara la situación española añadiría: “Y bien que se lo pasan algunos haciendo todo tipo de animaladas”.

El caso Koldo nos ha mantenido entretenidos las últimas semanas. Los contrapoderes del partido gobernante (oposición, policía y jueces) harán bien en restregar hasta depurar todas las responsabilidades. Pero no nos despistemos. Lo verdaderamente trágico en la tragicomedia española es que estamos asistiendo a un golpe de estado perpetrado por el propio gobierno de la nación con la ayuda de las instituciones que previamente ha colonizado. El Gobierno dice que la conciliación nacional bien vale la ley de amnistía redactada por los propios secesionistas. No quieren oír la advertencia de Junts: “La amnistía es un paso hacia la plena independencia. No nos importa disgustar a la mitad de la población catalana y al 90% de los españoles de las restantes comunidades autónomas”.

Lo que más me sorprende del último episodio de la tragicomedia española son las tragaderas del Gobierno para aceptar todo lo que les pide el prófugo Puigdemont, amén del silencio cómplice de los diputados y votantes socialistas. Si tan convencido está el PSOE de la bondad de las propuestas de los secesionistas, debieran atreverse a reformar la Constitución siguiendo los trámites previstos en sus artículos 167 y 168. Ya sé que son preceptos muy exigentes. Pero esa exigencia es, precisamente, la que protege el actual estado de las autonomías frente a sus detractores. Y la que impedirá que al día siguiente de declarar la independencia de Cataluña, una parte de su territorio (digamos el área metropolitana de Barcelona) decida escindirse de la República catalana.   

“Dura lex, sed lex”. La ley es exigente, pero nos protege a todos cuando a todos nos obliga. 

La Tribuna de Albacete (11/03/2024)

domingo, 3 de marzo de 2024

El poder en la sombra. ¿Quién controla al poder económico?

 

En el catecismo marxista el poder económico es el poder en la sombra que maneja todos los restantes.  La empresa capitalista nació para explotar al trabajador y lleva dos siglos campando a sus anchas y dirigiendo los hilos de la política y cultura. ¡Nadie se atreve a controlar al poder económico? A mi entender, este mantra marxista no resiste la contrastación con la historia económica. La empresa capitalista ha sido el motor de la innovación, la prosperidad económica y los impuestos que sustentan al Estado del bienestar. También del empleo y de un salario real que no han cesado de crecer.

¿Pero quién controla el poder económico de las empresas? -La competencia. Los empresarios innovadores (verdaderos héroes de la sociedad capitalista) buscan beneficios extraordinarios. Lo consiguen de vez en cuando. Pero las nuevas empresas atraídas por esos beneficios les obligan a ajustar los precios a un coste de producción cada día más bajo. Y la tasa de beneficio vuelve a la “nueva normalidad” determinada por la mejor tecnología y mayores salarios.  

Por supuesto, los empresarios pueden falsear sus cuentas para engañar y aprovecharse ilícitamente. Ahora bien, tan pronto como el mercado perciba estas anomalías, se desplomará el valor de esa empresa. Así lo ilustra reiteradamente la bolsa de valores.

La prensa también nos informa de empresarios corruptos: corrompen y se dejan corromper. Curiosamente, casi todas estas prácticas derivan del contubernio entre empresas y Estado. Estamos pensando en las contratas de obras públicas, subvenciones, rescates… La solución no consiste en agrandar al Estado, sino en aumentar la transparencia privada y pública, así como la presión competitiva.

Los lectores escépticos están invitados a invertir 100 euros en la empresa que consideren más explotadora. Si los beneficios anuales que reciben superan el 5% de la inversión podrán darse con un canto en los dientes. Convencer a los políticos y sindicalistas que las empresas son la fuente de riqueza y empleo se antoja más difícil. Mi propuesta es tan simple como pagarles en acciones.

La Tribuna de Albacete (4/03/2024, cumpleaños de mi esposa)

domingo, 25 de febrero de 2024

El cuarto poder: mass media

 

Montesquieu nos enseñó que un Estado democrático de Derecho no puede funcionar sin la independencia de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. En el siglo XX descubrimos que había un cuarto poder en la sombra: los medios de comunicación de masas (mass media, MM). La repetición continua de una noticia (verdadera o falsa) penetra en la mente de los ciudadanos hasta hacerles cambiar de opinión y voto.

Algunos consideran innecesario añadir un cuarto poder a la trilogía clásica. Discrepo. Cuantos más poderes compensen al partido gubernamental, mejor.

 Otros coartan la libertad de los MM bajo la excusa de que no están sujetos al control democrático. Discrepo. El control es ejercido (y al momento) por la competencia. Ciertamente, hay medios respaldados por grupos económicos. La parte buena de internet es que las redes sociales y las plataformas online llegan hasta los rincones más alejados de la nación y penetran en todos los estratos sociales.

 A mi entender, el verdadero peligro proviene de que estos medios de información se conviertan en una vía de desinformación, a través de las fakenews y la cancelación. “Calumnia, que algo queda”. Estos abusos pueden y deben ser atajados obligando al medio a presentar en el juzgado pruebas fiables de sus acusaciones. De no hacerlo quedaría condenado a pagar una fuerte indemnización. Todo eso en dos semanas

 Otro peligro, no menos real y grave, es que el gobierno controle y manipule los principales medios de comunicación. No veo la necesidad de una televisión pública. De admitirse alguna excepción, su director no debiera ser nombrado por el gobierno. Y los programas más delicados estarían conducidos por personas independientes. La tarea no es fácil pero tampoco imposible. La BBC es una prueba.

Conclusión: bienvenido sea el cuarto poder, y el quinto y el sexto.

La Tribuna de Albacete (26/02/2024)

domingo, 18 de febrero de 2024

Atar en corto al poder ejecutivo

 

La separación e independencia de poderes, es la piedra angular de un Estado democrático de Derecho. En las columnas de las dos últimas semanas hemos analizado las condiciones para asegurar la primacía del poder legislativo y la independencia del poder judicial. ¿De quién debemos defenderlos? -Del poder ejecutivo, que es tanto como decir, del partido político que lo encarna. Una vez alcanzada la Casa Blanca, el Kremlin o la Moncloa, la mayoría de los políticos estarán tentados de dominar la sociedad durante el resto de sus días. Hay que atar en corto al Gobierno para evitar que la democracia derive en una autocracia y el estado de derecho se convierta en un bazar persa donde se intercambian cromos.

El primer paso de la transformación consistiría en limitar el tamaño y discrecionalidad del Gobierno. Si su presidente decide doblar el número de ministerios han de saber que la asignación presupuestaria para cada uno se reducirá a la mitad. Otro tanto le corresponderá hacer al ministro que doble el número de altos cargos. Las decisiones siempre transparentes y sujetas a responsabilidad.

La corrupción de los políticos está fuertemente correlacionada con el tiempo que llevan en un cargo. De ahí la importancia de limitar la duración de los cargos políticos y exigirles un tiempo mínimo antes de volver a la política. Es difícil acabar con las puertas giratorias, pero sí podemos ralentizarlas. La política es un servicio que todos debiéramos ejercer de una u otra manera. Vivir de la política es otra cosa: un privilegio que nadie debiera tener.

El poder de los políticos se magnifica (y disimula) controlando el nombramiento de los directores de los organismos públicos. Le faltó tiempo al Gobierno para cambiar a los directivos de RTVE, CIS, INE, SEPI, CNMC, CNMV, Correos, Indra… La purga de altos cargos en la Administración desde 2019 alcanza al 82%. … Algo huele a podrido.

La Tribuna de Albacete (19/02/2024)

domingo, 11 de febrero de 2024

Salvar la primacía del poder legislativo

 Ya en su Preámbulo, la Constitución Española de 1978 (CE) dispone que su razón de ser consiste en “consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular” encomendada al Parlamento. Lamentablemente esto no siempre es así. Si queremos evitar el deterioro progresivo de nuestro Estado democrático de Derecho hay que proteger la primacía del poder legislativo. 

Urge reformar la ley electoral para que el voto de todos los españoles valgo lo mismo. La reforma complementaria consistiría en convertir al Senado en una cámara de representación territorial. Mezclar la representación personal y territorial, es una fuente de problemas.

La segunda tarea consiste en evitar la injerencia del poder ejecutivo. En España el Congreso elige al Gobierno lo que facilita el recorrido de las leyes propuestas por este último. Lo que no se puede tolerar es que tales propuestas se aprueben por una simple votación (SÍ/NO), saltándose los trámites establecidos para cada tipo de leyes. Más grave todavía: el Gobierno se ha acostumbrado a legislar directamente por Decreto-ley, haciendo caso omiso del requisito de “urgente necesidad”. 

Por último, pero no menos importante, las cámaras legislativas han de respetar escrupulosamente los límites marcados por sus reglamentos de actuación y los principios constitucionales. Para eso están los letrados de las cámaras y los magistrados del Tribunal Constitucional (TC). Aquí radica la principal debilidad de nuestro sistema constitucional. Tras asegurarse el control del Congreso y TC, el Gobierno actual está alterando el espíritu de la CE. Inaceptable. La Constitución solo puede ser reformada siguiendo los cauces recogidos por ella misma.  

La Tribuna de Albacete (12/02/2024)

domingo, 4 de febrero de 2024

Salvar la independencia del poder judicial

 

La separación de poderes es la clave un estado democrático de derecho. Hay que defenderla con uñas y dientes. Estas son nuestras propuestas que, grosso modo, coinciden con los principios de la CE de 1978.

(1) Prohibición de las asociaciones judiciales. Fraccionar a los jueces entre conservadores y progresistas equivale a vestir a los árbitros de fútbol con la indumentaria del equipo al que están afiliados. Lo que caracteriza a un buen juez es, precisamente, su discreción. Su único compromiso consiste en juzgar y hacer ejecutar lo juzgado aplicando la legislación vigente (art. 117 CE).

(2) Los jueces elegirán a sus compañeros que han de ocupar los altos cargos del poder judicial. Las pautas constitucionales deben ser interpretadas restrictivamente. Por concretar, el art. 122.3 CE señala que, de los 20 miembros del CGPJ, 14 serán elegidos por propios jueces y ocho serán propuestos por el Congreso y el Senado contando con la mayoría de 3/5 de cada cámara. El “atajo” que se le ocurrió a Felipe González en 1985 sólo funcionó mientras los dos partidos mayoritarios apreciaban tanto el valor de la independencia que a nadie se le ocurrió proponer un exministro o el juez de cabecera de un partido.

(3) Las sentencias solo pueden ser modificadas por tribunales superiores o por los jueces que les toca juzgar un caso de prevaricación. Ni el ejecutivo ni el legislativo pueden atribuirse la función de controlar a los jueces. El lawfare y las comisiones-tribunales legislativas suponen un ataque frontal al Estado de Derecho.

(4) Cada tribunal debe atenerse a sus competencias, respetando la jerarquía jurisdiccional. Según el art. 123 CE, el Tribunal Supremo es el órgano superior, salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales. La peor de las trampas en la que pudiéramos caer sería aceptar como constitucional todo lo que sentencie el Tribunal Constitucional, con independencia de lo que disponga la propia Constitución.

La Tribuna de Albacete (05/02/2024)

domingo, 28 de enero de 2024

Líneas rojas al liberalismo

 Seguimos hablando de los puntos fuertes y débiles del liberalismo. Los liberales se justifican a sí mismos por razones de utilidad. La sociedad es tan compleja, dicen, que resulta imposible ponernos de acuerdo en casi nada. Lo mejor que podemos hacer es consagrar el derecho a la propiedad privada y dejar libre a la iniciativa privada. Los empresarios que producen los mejores bienes al mejor precio obtendrán beneficios al tiempo que generan empleo y sueldos. En caso contrario, pronto serán barridos por la competencia.

Dos dudas me asaltan cuando rasco el fondo del dilema. Desde el punto de vista antropológico hay que recordarles que no tratamos con individuos aislados, sino con personas, seres sociales que necesitan organizarse para tomar decisiones colectivas. Se hace imprescindible, una regulación mínima y una lista de servicios sociales bastante más amplia de la admitida por los liberales-libertarios. La recaudación de los impuestos necesarios para su financiación no es un robo, como insinúa Milei, sino un acuerdo social libremente consensuado. 

Desde el punto de vista ético todos (liberales e intervencionistas) estamos obligados a fundar nuestras decisiones sobre unas bases morales firmes. Cada persona y grupo social debiera considerar las consecuencias de sus decisiones para sí mismo y los demás, en el corto y el largo plazo. La ley natural las expresa en unos mandamientos negativos, a modo de líneas rojas: “no matarás, no robarás, no mentirás”. La DUDH de 1948 las recoge en un catálogo de principios o derechos fundamentales: vida, libertad e igualdad.

A mi entender, la ignorancia de estas líneas rojas es la piedra de tropiezo de muchos liberales. La defensa ciega de la libertad individual. les lleva a admitir la producción y consumo de drogas, o la tenencia de armas, o los ataques a la vida e igualdad de quienes nos molestan. Los corrosivos resultados están a la vista de todos.  

La Tribuna de Albacete (29/01/2024) 

domingo, 21 de enero de 2024

Las sinrazones del liberalismo

 La semana pasada hablamos de las “razones del liberalismo”. Para completar la foto, hoy nos corresponde escudriñar sus “sinrazones”. En el ínterin ha tenido lugar el discurso de Javier Milei en Davos. Con la claridad y fuerza que le caracterizan, el presidente argentino puso de relieve la deriva del mundo occidental por capitular ante las ideologías y prácticas intervencionistas que tratan de regular la economía y sociedad desde arriba. Nada dijo de los límites y peligros de las economías de mercado.

 Milei dio a entender que los intervencionistas parten de una teoría económica equivocada. ¿Insinúa, acaso, que la verdad es patrimonio exclusivo de la Escuela Austriaca de Economía (EAE) ideada por un puñado de economistas del siglo pasado (Menger, von Mises, Hayek)? A mí me chirrían dos de sus columnas fundamentales: la teoría subjetiva del valor y el carácter exógeno del dinero. La primera rechaza que pueda haber desempleo involuntario. La segunda responsabiliza de todas las crisis financieras al Banco Central. ¿Absolvería a las instituciones financieras privadas en la crisis financiera global del 2008?

 Pasemos al terreno práctico. El primer error de los liberales-libertarios, aquí representados por Milei, deriva de suponer que el capitalismo de mercado es un sistema estable, capaz de conseguir y mantener el equilibrio de pleno empleo. Tras la Gran Depresión de 1929, Keynes arguyó que, aunque bajaron los salarios, la economía podía estabilizarse por debajo del pleno empleo.

 El segundo error consiste en cerrar los ojos a los “fallos del mercado”, esto es, los generados por agentes económicos que maximizan la eficiencia. Esta conclusión me parece falsa. En ausencia de regulaciones, no quedaría ningún espacio verde dentro de las ciudades y estaríamos obligados a respirar los humos del vecino. ¿Y qué diremos de las personas descartadas del mercado de trabajo por circunstancias ajenas a su voluntad? ¿Les obligaremos a emigrar a otro planeta?

 ¡Viva la libertad, carajo! … pero con sensatez.

La Tribuna de Albacete (22/01/2024)

domingo, 14 de enero de 2024

Razones del liberalismo

 España y Argentina comparten dos rasgos significativos: una población de 47 millones sometida a una regulación asfixiante y creciente. El nuevo año, parece haber provocado un cambio de agujas. El Gobierno socialista de Sánchez ha aprobado un “decreto-ley ómnibus”. Cientos de páginas “engrosarán” la ya abigarrada regulación de la justicia, función pública y mecenazgo cultural. Por las mismas fechas, el gobierno liberal-libertario de Milei ha aprobado una “ley ómnibus” que deroga importantes regulaciones contenidas en 360 leyes peronistas.

 El liberalismo tiene sus razones y sinrazones. Hoy me referiré a los argumentos socioculturales y económicas esgrimidos por los liberales. Las personas que pueblan el mundo y cada una de sus naciones son tan diferentes que una regulación uniforme sería contraproducente por no decir imposible. Más sencillo y justo parece dejarles asociar y organizar libremente. Al Estado solo le correspondería el papel de constitucionalizar unos derechos fundamentales como la igualdad ante la ley e igualdad de oportunidades, la libertad civil y económica, amén de la propiedad privada. Por supuesto, la colaboración siempre es posible. Los liberales moderados aceptan que el Estado organice una educación infantil obligatoria y gratuita, señalando unos contenidos científicos mínimos. Critican, sin embargo, que Estado aproveche esta rendija para eliminar los centros educativos privados y adoctrinar a los niños en materias de fuerte contenido ideológico.

 Las razones económicas del liberalismo se justifican por la mayor eficacia de las empresas y organizaciones privadas. Para obtener beneficios, los empresarios han de mejorar la calidad del servicio que ofrecen al tiempo que reducen su coste. De lo contrario, pronto serían barridos por la competencia. Esta restricción no rige para los centros de gestión pública. Los políticos y gestores administrativos no sufren penalización alguna cuando sus organismos dejan de funcionar. Posiblemente utilizarán esta ineficiencia como un motivo para solicitar el aumento de su asignación presupuestaria.

La Tribuna de Albacete (15/01/2024)

domingo, 7 de enero de 2024

El precio a pagar

 

Estas navidades, los Reyes Magos me han obsequiado con un libro autobiográfico: “El precio a pagar” de Joseph Fadelle (Rialp, 2012). El verdadero nombre del autor es Mohamed Al-Sayid. Nació en Irak en 1964 en la dinastía chiita de los Moussaoui, una de las más poderosas del Islam. A los 14 años dejó de estudiar para centrarse en las funciones de un líder religioso: mandar sobre todos, criticar a los sunitas y perseguir a los cristianos.

En la dictadura de Hussein, hasta los líderes religiosos debían realizar un campamento de tres meses para librarse del servicio militar. El compañero de habitación de Fadelle resultó ser un cristiano que pronto le cautivó por su amabilidad. En lugar de entrar en discusiones teológicas, recomendó a Fadelle leer el Corán pensando en las máximas allí propuestas y en las consecuencias de aplicarlas al pie de la letra como proponía Mahoma. A continuación, le invitó a leer y practicar el Evangelio que empieza en el nacimiento de Jesús en Belén y acaba con su muerte en la cruz, perdonando a sus enemigos. Fadelle se convirtió al cristianismo y atrajo por el mismo método a su esposa Anouar: Primero lee el Corán, luego lee y practica las enseñanzas del Evangelio que Jesús las resume así: “Amad a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como yo os he amado”.

La reacción chiita no se hizo de esperar. Sus hermanos le persiguieron a muerte por Irak y Jordania. Hasta que le dieron por muerto no pudo exiliarse a Francia. Hoy Joseph vive en Paris, bajo protección policial, junto a su esposa y sus dos hijos. Preguntado por lo que más le había costado en su proceso de conversión no dudó en afirmar: “El perdón a mis propios hermanos. Fue el precio que Dios me pidió para cimentar la reconciliación entre las grandes religiones monoteístas de la humanidad”.

Una historia muy navideña en un mundo cada año más bélico.

La Tribuna de Albacete (08/01/2024)