El miércoles
30 de agosto el Presidente del Gobierno de España recibirá en la Moncloa al
Presidente de la Generalitat de Catalunya. Están obligados a poner las cartas
sobre la mesa y ver si es posible emparejarlas de alguna manera. Rajoy tiene
todo el derecho a negar a Mas el capote que le sacaría del berenjenal donde se
ha metido por su propio pie. El problema de que se hunda CiU es que los futuros
gobiernos españoles encontrarían en la Generalitat un contrincante mucho más
agresivo: ERC.
Yo le
aconsejaría a Rajoy que tomara la iniciativa de la reforma constitucional para
solucionar el problema territorial de España con mimbres compactos y perdurables.
Es preferible un Estado federal con un reparto de poderes bien delimitado, como
ocurre en EE.UU. o Alemania, al Estado autonómico que inventó la Constitución
de 1978 pero que nunca acabó de cerrar. El colmo de la indefinición son las
“terceras vías” que nadie sabe de dónde vienen ni a dónde van.
El problema
de muchos catalanes es que, sintiéndose diferentes, no pueden manifestar sus
singularidades más allá de la lengua. Para atender esta demanda no hace falta
introducir un federalismo asimétrico como proponen desde el PSOE. Levantaría
ampollas. Bastaría con permitir a cada Comunidad federada la posibilidad de mejorar
los servicios que desee con una condición: explicar a sus ciudadanos los nuevos
impuestos que financiarían los nuevos gastos. En eso consiste la
responsabilidad fiscal; lo demás son milongas.
La reforma
constitucional se aprovecharía para extirpar uno de los tumores que arrastra la
Constitución española desde su nacimiento y que es la madre de todos los
agravios comparativos que nos han llevado a la situación actual. Estoy pensando en el régimen foral del País Vasco y Navarra
que les permite recaudar impuestos y pagar al Estado el cupo que ellos estiman
apropiado. No será fácil que vascos y navarros renuncien a sus actuales
privilegios fiscales. Confiamos que cambiarán de opinión cuando se percaten que
sólo tienen dos alternativas: o pasar a un Estado federal moderno o seguir con
el actual Estado autonómico que está dispuesto a elevar el cupo hasta que llegue a la media del resto de España.
La Tribuna de Albacete (28/07/2014)