domingo, 23 de julio de 2023

Lo que el futuro presidente del Gobierno no quiere saber

 

El futuro presidente del Gobierno español, sea quien sea, deberá afrontar unos problemas económicos que nadie se ha atrevido a mencionar en la campaña electoral. Provocan sofocos con solo pensar en ellos.

Las circunstancias adversas que hemos sufrido en los últimos años, han venido como anillo al dedo a los gobiernos intervencionistas. España ha sido el país europeo que más subvenciones ha recibido de la UE. También el que más se ha endeudado con el BCE, eso sí, a un tipo de interés nulo. Nuestro país ocupa la tercera posición en términos de déficit y deuda pública sobre PIB. Lo que los políticos españoles no se atreven a mentar es que esas subvenciones se han acabado y, aunque fueran a fondo perdido, han de gastarse bien para no ser sancionados. Respecto a la deuda pública, el BCE ha dejado claro que vuelven a prohibir la compra directa por la autoridad monetaria, y que los créditos subsistentes habrán de ser refinanciados al interés de mercado. Ya está en el 4% … y subiendo.

El BCE ha recordado también que su compromiso fundamental es con la estabilidad de precios. Teniendo España la más alta tasa de inflación subyacente, la UE vigilará el aumento del sueldo de funcionarios y pensiones a jubilados. Razón: unos y otras acaban trasladándose a la inflación.

¿De donde sacará, el estado el dinero para los pagos financieros y compromisos electorales? A estas alturas de la historia todos deberíamos saber que la subida de impuestos a los muy ricos no funciona. Para bien o para mal, también ellos tienen patas y saben sortear los gravámenes. El nuevo presidente de Gobierno no tendrá más remedio que afrontar la cruda realidad económica y coger al toro por los cuernos. ¿Quién se atreve a ser Presidente?

sábado, 15 de julio de 2023

Negacionismo

 

“Negacionista” se ha convertido en un insulto de moda. Apruebo que se considere algo deleznable. El “negacionismo” implica negar una verdad objetiva sin atender a las evidencias científicas.

Negacionistas son quienes niegan el holocausto del pueblo judío por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Esas personas dejan la vía abierta para otro tipo de genocidios.

Los negacionistas del calentamiento global no aceptarán la subida del nivel del mar hasta que se ahoguen en su chalé playero. Les cuesta ver la responsabilidad que en estos fenómenos tienen los gases con efecto invernadero cuyas emisiones se aceleraron a partir de la Revolución Industrial.

Negacionistas son los que no aceptan la violencia machista. Las mujeres no se quedan atrás en el acoso sicológico. En lo que a la violencia física se refiere, los hombres tienen las de ganar. Son más fuertes y brutos. Alguna medida especial habrá que idear para sujetar a quienes se vanaglorian de esa brutalidad.

Negacionistas son quienes niegan el carácter sexuado del ser humano, tal y como se aprecia en todas y cada una de las células del ser humano. A quienes padecen disforia de género (fenómeno que tampoco puede negarse) se les hace un flaco favor recomendándoles un cambio de sexo quirúrgico o registral. Poco solucionan estos parches cuando el problema está en lo que ocurre en el cerebro.

Negacionistas son quienes no reconocen la naturaleza humana del feto. La genética ha demostrado que la vida empieza en el momento de la concepción. El cigoto es la semilla cuyo desarrollo nos dará mujeres y hombres adultos.          

Aceptemos la realidad y analicémosla de manera científica y sensata. Nos beneficiará a todos, empezando por nosotros mismos. Facilitará el progreso y la convivencia social.

domingo, 9 de julio de 2023

De la renta a la herencia básica-universal

 La semana anterior, la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aireó la propuesta de entregar 20 mil euros a quienes tengan la suerte de cumplir 18 años. ¿Está hablando de una renta básica o de una herencia básica?

 Hace tiempo que economistas de diferente credo ideológico, vienen valorando la renta básica universal para simplificar la maraña de subvenciones del estado del bienestar. En su primera versión, todos recibiríamos una renta mensual (digamos, mil euros) sin necesidad de demostrar que eres pobre de necesidad. Los ricos recibirían además un recargo de Hacienda de donde suficientes para costear las subvenciones netas a los que son pobres de verdad.

 Recientemente, T. Piketty señaló que la simplificación burocrática mejoraría todavía más si la renta mensual se transforma en una herencia vitalicia recibida al alcanzar la mayoría de edad. El valor capitalizado de esos mil euros equivaldría hoy a unos 200 mil. Los jóvenes que reciben esa cantidad tendrían la posibilidad de comprar un piso y alquilarlo por mil euros mensuales o iniciar un negocio y auto-emplearse. Nuestra ministra se ha quedado a medias entre una renta periódica y un a herencia. Lo suyo más parece un regalo para comprar el voto juvenil.

 Para que la renta o la herencia básica y universal funcionen se requiere que los receptores se animen a trabajar más e invertir mejor. Sería un desastre económico si lo derrochan en consumo o en una casa de apuestas. Otro tanto ocurriría si los ricos del país trasladaran sus empresas al extranjero o las cerraran para disfrutar de una renta básica libre de impuestos.

 Los suizos, que casi todo lo deciden mediante referéndum, fueron preguntados por dos veces consecutivas si les gustaría despertarse el día uno de cada mes con 1500 francos en su cuenta bancaria. En las dos ocasiones, y por una amplia mayoría, respondieron “NO”. Su argumento era así de simple: “Para qué arriesgarnos en experimentos tan peligrosos con lo bien que nos va ganando la renta con nuestro trabajo y dejando en herencia a nuestros hijos algo más de lo que nosotros recibimos de nuestros padres”.

La Tribuna de Albacete (10/07/2023)

domingo, 2 de julio de 2023

Mentir y cambiar de opinión

 Una de las cruces que arrastra el candidato socialista a las elecciones del 23 de julio, es la cantidad de mentiras que ha proferido en sus cinco años de Presidente. Sus adversarios no solo le acusan de mentiroso sino que lo demuestran tirando de la hemeroteca. Para deshacerse de este sanbenito Pedro Sánchez ha acudido a los medios de comunicación para aseverar: “Yo no miento, simplemente cambio de opinión”.

 No puedo menos de manifestar mi satisfacción de que la mentira se considere un pecado grave. Por favor, no nos engañemos a nosotros mismos tratando de blanquear la mentira o mezclandola con otras cosas. Seamos tan claros como el catecismo de mi primera comunión: “Mentir es decir lo contrario de lo que uno piensa con intención de engañar”.

 Todos tenemos el derecho de cambiar de opinión y rectificar al comprobar que estábamos equivocados. De la misma manera, todos tenemos la obligación de ser hombres de principios y de palabra. Ni unos ni otros debieran confundirse con las opiniones personales. La cita de Groucho Marx resulta obligatoria: “Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”. Tampoco habría que mezclar principios con objetivos personales. “Llegar al poder y mantenerse en él” es un objetivo compartido por todos los políticos. Pero solo quienes actúan siguiendo unos principios humanitarios, fuera del mercadeo político, merecen nuestro voto..

 ¿Y qué decir de quienes niegan los hechos o no quieren exponerlos por miedo a ser condenados en los tribunales o las urnas? Estoy pensando en los tejemanejes entre Sánchez y Mohamed VI que han llevado a un cambio de los compromisos de España ante el pueblo saharaui. El partido socialista, el Parlamento y el pueblo español no pueden sentirse indiferentes ante esta flagrante ocultación de la verdad.

 Una cosa es cierta: “el mentiroso tiene las patas cortas”.

La Tribuna de Albacete (3/07/2023)