El 21 de febrero la Facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales (FCEE) de Albacete celebró su trigésimo aniversario. Yo tuve el
honor de dirigir unas palabras en representación del profesorado. Me pregunté
por “el secreto de la eterna juventud”, tanto de las personas como de las
instituciones. Respondí: “el espíritu de superación”.
El
periodo 1990 a 2020 está dominado por la revolución de las TIC. Todo ha
cambiado. Desde los contenidos a estudiar, a los métodos de enseñar y la mentalidad
del alumnado. Los profesores de la FCEE se han adaptado a tales cambios, aprendiendo
de sus propios errores. Este es el primer ingrediente del espíritu de
superación.
La
carrera académica se ha vuelto más exigente. Antes la promoción de un profesor se
confiaba a la benevolencia del catedrático. Ahora depende fundamentalmente de su
capacidad de integrarse en buenos equipos y de publicar en las mejores revistas
del mundo. Internet ha facilitado este salto existencial. No menos necesario ha
sido su espíritu de superación espoleado por un entorno cada vez más
competitivo.
Superarse
y progresar, sí, ¿pero en qué dirección, hacia qué meta? La universidad no debiera
ser una fábrica de títulos ni una caja negra donde se meten datos y salen
publicaciones. Esa función acabarán haciéndola mucho mejor las máquinas
inteligentes. La universidad debe aspirar a tratar los asuntos más relevantes
en cada momento con la profundidad y el rigor que le es propio. Sus profesores
e investigadores deben ser “pensadores”, personas conscientes de lo que están
buscando y de los límites del instrumental que manejan.
Mantener
vivo el espíritu de superación sin perder de vista la meta que da sentido al
largo y empinado camino que hemos escogido. Ese es el secreto de la eterna
juventud de las personas y de las instituciones que dirigen. ¡Larga y joven
vida a la FCEE de Albacete y a la UCLM!
La Tribuna de Albacete (24/02/2020)