domingo, 28 de marzo de 2021

Subvenciones y créditos

 

            La maquinaria monetaria-financiera de la UE empieza a moverse. El BCE se ha comprometido a conceder créditos por valor de 1,85 billones de euros; la UE concederá subvenciones por valor de 750.000 millones, de los cuales a España le corresponden 172.000. 

          Las diferencias entre créditos y subvenciones son conocidas de todos, aunque cada día quedan más desfiguradas. Desde el 2014 el BCE ha empezado a comprar directamente la deuda emitida por los gobiernos a un interés cercano a cero y para cualquier fin. El siguiente paso, que ya lo reclaman muchas voces, sería la condonación de esa deuda. ¡Hemos descubierto la piedra filosofal: un banco que crea dinero para repartir subvenciones!

           Me parece conveniente mantener las formas. Que el BCE siga en su oficio de dar créditos a la banca para que esta los multiplique en créditos a la inversión empresarial. Y que la UE dé subvenciones extraordinarias a los Gobiernos para tapar los agujeros que ha dejado la pandemia. Es lo mejor que podemos hacer, aunque nada garantiza una pronta recuperación.

             La mezcolanza actual entre créditos y subvenciones alimenta la confusión. Confusión económica y también política. El viernes pasado el Tribunal Constitucional alemán acepto la demanda de un grupo de ciudadanos que impugnaba el plan de los 750.000 millones. Obligará, dicen, a que la Comisión Europea se financie con deuda o recurriendo al BCE lo cual está expresamente prohibido por su Constitución económica. Dado que ese plan requiere la aprobación de todos y cada uno de los Estados de la UE, es posible que las subvenciones tarden más tiempo en llegar a España que las vacunas.

  “A río revuelto, ganancia de pescadores (de los pescadores más pillos)”, dice un refrán. “Río revuelto, río muerto”, responde el refrán complementario.

La Tribuna de Albacete (29/03/2021)

lunes, 22 de marzo de 2021

De las mociones a la reforma electoral

 

Terremoto de mociones de censura. A Murcia le cabe el “mérito” de ser el epicentro, aunque las réplicas no se hicieron esperar. El espectáculo bochornoso que hemos vivido esta semana pone en evidencia la falacia de gobernar a base de diálogo y consensos. Si no sabes dialogar con los de tu propio partido, ¿cómo vas a dialogar con tu rival político? Apremia la aprobación de una nueva ley electoral que permita la gobernabilidad del país y la propia democracia.

                Cuatro son los ingredientes de una ley electoral útil.

1º Hacer coincidir las circunscripciones electorales con el ámbito territorial de la consulta. España para las elecciones nacionales; Castilla-La Mancha para las regionales; Albacete para las municipales.

2º Que todos los votos valgan lo mismo. Si un partido consigue el 25% de los votos “efectivos”, tendrá derecho al 25% de los escaños (no cuentan los votos a partidos que no llegan al mínimo exigido).

3º Al partido que consiga más del 40% de los votos se le regalarán los escaños que precisa para poder gobernar.

4º Si ningún partido llega al 40% de los votos, se convocará una segunda vuelta entre los dos partidos más votados. El resto, una vez que conoce su peso político, pactará con quien prefiera. Durante esas dos semanas hemos de esperar cuchilladas entre bastidores. Menos malo que estar cuatro años de bronca continua y televisada

                Una reforma electoral de esta guisa es la mejor manera de defender la democracia de las urnas frente a las mociones de los más descarados; la mejor manera de asegurar gobiernos eficientes y responsables. Cuatro años después, el electorado valorará lo que el Gobierno ha hecho o dejado de hacer, sin que valga la excusa “mis socios me impidieron gobernar”. Hemos de esperar la oposición de los partidos nacionalistas, hoy sobrerrepresentados. Afortunadamente, estos grupos carecen de fuerza para frenar una ley orgánica necesaria para la democracia y la supervivencia del Estado.

La Tribuna de Albacete (22/03/2021)

lunes, 15 de marzo de 2021

El crematorio de la deuda pública

 

Hace un par de semanas hablé del “cementerio de la deuda pública”. Me equivoqué de palabra; quería decir “dormitorio”, el lugar donde dormía la deuda soberana comprada por el BCE. Una deuda barata, pero deuda, al fin y al cabo, que habrá de amortizarse cuando la economía se recupere. Hoy voy a hablar del “crematorio” de la deuda publica propuesto en el manifiesto presentado el pasado 8 de febrero por 100 economistas europeos. Exigen al BCE la quita total de la deuda soberana con el único compromiso de invertir la misma cantidad de dinero en la superación de la crisis sanitaria y medioambiental. España, con una quita de 300.000 euros, sería el país más beneficiado. El PSOE y UP le han dado pleno apoyo.

     Los problemas advertidos en el propio manifiesto son despachados con respuestas optimistas. Las reproduzco aquí. Confío que el lector reflexivo advertirá por sí mismo la debilidad de tales argumentos y el deseo de introducir por la puerta de atrás un cambio de régimen económico y político.

       Primer problema: El BCE no puede condonar ni comprar directamente la deuda soberana. Respuesta del manifiesto: la política está por encima de las leyes. Luego matizan: Por supuesto, el BCE no puede imponer condición alguna; tampoco hemos de fiarnos de esos políticos irresponsables que temen gastar y endeudarse, y que se afanan por amortizar la deuda en tiempo y forma.

   Segundo problema: Ese dinero ya está gastado. Respuesta: evidente, se trata de pedir otro crédito similar a interés cero. Luego se ampliará hasta los 2,5 billones de euros. Mis dudas: ¿Por qué hablan de préstamos si lo que desean son subvenciones incondicionadas? ¿Qué impide generalizar este sistema para financiar cualquier necesidad social, por ejemplo, una renta básica universal e incondicional?

          Tercer problema: ¿y si las medidas propuestas generan una crisis económica? Respuesta: La experiencia histórica demuestra lo contrario. En 1953 la quita de 2/3 de la deuda alemana posibilitó el milagro económico de la RFA de la postguerra. Mi contrarréplica: No explican que esa deuda empezó a acumularse durante la República de Weimar, ni de la hiperinflación y desempleo masivo que su monetización trajo consigo. Tampoco reconocen que el milagro alemán surgió de la iniciativa privada amparada por ese régimen liberal y ortodoxo que Adenauer denominó “economía social de mercado”.

La Tribuna de Albacete (15/03/2021)

lunes, 8 de marzo de 2021

El cielo de Ur

 

El sábado 6 de marzo tuvo lugar un “Encuentro interreligioso” presidido por el Papa Francisco y los representantes de las diferentes religiones que conviven en Irak. El lugar no podía ser más apropiado: la llanura de Ur de los Caldeos donde nació Abraham hace 4000 años. De él descienden las tres grandes religiones monoteístas. Tanto el Judaísmo, como el Cristianismo y el Islam lo veneran como su padre en la fe, el primero de los patriarcas.

                El Papa Francisco se arrancó con las palabras de Dios a Abraham: “Mira las estrellas del cielo”. Mirar al cielo es la actitud común de los creyentes de donde se siguen tres principios vitales: (1) Creo y espero en Dios, creador y padre; (2) Me reconozco como criatura que necesita amar y ser amada. (3) Trato a los demás como hermanos, poniéndome a su servicio. Quien no levanta su mirada a Dios y a los demás, con esta humildad y caridad, fácilmente se convierte dominador de los demás y esclavo de sí mismo. Justificará su odio y atrocidades por los argumentos más peregrinos, incluyendo los religiosos y los humanistas. Las guerras religiosas de antaño y los actuales ataques terroristas “en nombre de Dios”, son los ejemplos más sangrantes.

                El objetivo del viaje del Papa a Irak era desenmascarar tamaña hipocresía. Odiar y matar por ideas religiosas es una contraditio in terminis, la mayor afrenta que se puede hacer a una religión. A las palabras de Francisco, podemos añadir las de Mahatma Gandhi, un buen hinduista (1927): “Existen muchas causas por las cuales estoy dispuesto a morir, pero ninguna por la cual pueda matar”. En la última década, los mártires cristianos de Irak han mostrado cómo es posible morir en defensa de su fe y libertad religiosa y, además, morir perdonando. ¡Nuevas estrellas de esperanza en el cielo de Ur!

La Tribuna de Albacete (8/03/2021)

lunes, 1 de marzo de 2021

El cementerio de la deuda pública

 

Empiezan a publicarse los datos financieros del 2020. ¡Peor de lo que se esperaba! El Tratado de Maastricht limitó el déficit y deuda pública al 3% y al 60% del PIB. Tras una década tratando de conseguir esos niveles, en 2020 se han disparado al 6,5% y el 120% respectivamente. ¡Un incremento del 27% respecto a la deuda de 2019! ¡Hasta la Guerra de Cuba hemos de remontarnos para encontrar una subida similar! Aunque la pandemia remitiera pronto, los planes fiscales del Gobierno para el 2021, más la caída del 13% que se prevé para el PIB, hacen temer una réplica del seísmo financiero.

                El primer consuelo (consuelo de tontos) es que todos los países del mundo adolecen de la misma pandemia sanitaria y financiera. El segundo consuelo (consuelo de los afortunados) es que el servicio de la deuda no está resultando excesivamente oneroso pues los bonos soberanos se colocan a un interés cercano a cero. De ahí la cara de felicidad que todavía luce en nuestros gobernantes. La explicación de este enigma hay que buscarla en la política de relajación monetaria que aplican los bancos centrales. El BCE ha comprado TODA la deuda emitida por el Gobierno español en 2020. ¡He ahí el cementerio de la deuda pública!

                La creación de dinero, ¡qué manera más bonita, fácil y barata de solucionar una crisis!  ¿No tendrá efectos secundarios? ¿No podría ser que la medicina resultara peor que la enfermedad? Depende. La medicina monetaria puede funcionar si el BCE y todo el mundo entiende que es una situación excepcional; si la economía europea recobra su fortaleza habitual y los gobiernos aprovechan los mayores impuestos para amortizar la deuda. Ahora bien, si la economía no acaba de recuperarse y los gobiernos reciclan su deuda una y otra vez en un BCE “relajado” … En ese escenario hemos de temer una hiperinflación y una crisis cambiaria semejante a la de Venezuela. ¡Cuidado con la paz del cementerio!

La Tribuna de Albacete (1/03/2021)