Solo con normas claras y rigurosas sobre el "exit" y el "enter"
evitaremos que Europa retroceda a la Edad Media
Democracia
se contrapone a “dedocracia”. También a “plebiscitocracia”. No es más democrático
el país que más referéndums realiza sino el que mejor se ajusta a las leyes,
las cuales, a su vez, están sometidas a una Constitución aprobada por mayoría
muy cualificada. En la era de las TIC, donde las tecnologías de la información
y comunicación tienen tanto poder de manipulación, el referéndum es la baza de
los movimientos populistas.
Lo acabamos
de ver en el referéndum del día 23 de junio en el RU. Han ganado el Bréxit por
cuatro puntos porcentuales. Se me antoja una diferencia insuficiente para
cambiar el terreno de juego y decidir la suerte de los jóvenes que
mayoritariamente apoyaban la permanencia en la UE. Si se repitiera el mes que viene es posible
que cambiaran las tornas. Pero, por una extraña norma nunca escrita, el derecho a repetir un referéndum pertenece
en exclusiva a los separatistas.
Su argumento
es tan simple como falaz: “Fuera seguiremos disfrutando de los mismos derechos
y ganaremos otros nuevos”. Este tipo de engaños es el que ha de evitar la UE aclarando
las consecuencias del “exit”. El artículo 50 del Tratado de Lisboa habla de un
límite de dos años para que se produzca la desconexión. Se trata, por supuesto,
de un límite superior que el Parlamento europeo puede reducir a un año o seis
meses, para despejar incertidumbres. A
partir de ese momento deberán pactar, con la regla de la reciprocidad, las
nuevas condiciones de acceso a los mercados de bienes, servicios, capitales y
trabajo. Si los ingleses quieren un libre mercado como el que disfrutan los
suizos y noruegos, también habrán de aceptar la libre circulación de personas.
Lamentablemente, el triunfo del Brexit se ha centrado en el ataque a la libre circulación
de personas.
La ley siempre
por delante. No hagamos leña del árbol
caído favoreciendo a unos y castigando a otros. A los escoceses que votaron
mayoritariamente contra el Brexit y quieren dejar el RU, les recordaremos que
para integrarse en la UE deben conseguir la independencia respetando la
legislación británica. Si se independizan a las bravas tendrán cerrada la UE
para siempre. Solo con normas claras y rigurosas sobre el “exit” y el “enter” evitaremos que
Europa retroceda a la Edad Media.
La Tribuna de Albacete (27/06/2016)