lunes, 25 de julio de 2016

Tablas

Obsesionados por la estrategia 
han olvidado el problema que se les pide solucionar
  
                La teoría de juegos, una rama aplicada de las matemáticas, esclarece cuál debe ser mi comportamiento hoy para que mi rival esté obligado a comportarse mañana como me interesa a mí. Se empezó a utilizar a mediados del siglo pasado, para estudiar las mejores estrategias en mercados oligopolistas. A finales de siglo fue adoptada por la sociología, la politología y el resto de ciencias sociales cuya espina dorsal pasa por la negociación.
Hoy día cualquier sindicalista, político o representante de un deportista de élite ha recibido uno o varios cursos de teoría de juegos. “Estupendo, pensará el lector, el resultado será mejor y llegará antes”. Pues no. Cuando todos los participantes en la mesa de negociaciones han formulado su “estrategia vencedora” lo que menos importa es buscar la mejor solución o la solución menos mala. Lo normal es que los juegos acaben en tablas o que se ahoguen todos esperando que el rival sea el primero en salir de la piscina.
El bloqueo que sufre la política española tiene mucho que ver con la aplicación inadecuada de la teoría de juegos. Todos temen unas terceras elecciones pues en las segundas sólo el PP ganó escaños respecto a las primeras. Pero, a la vez, todos temen que su apoyo al PP (por activa o pasiva) les penalice a medio plazo. Ciudadanos pide la abstención del PSOE para que la continuidad del PP sea cosa de tres. El PSOE se desmarca echando el balón a los nacionalistas. Estos aseguran que el PP hace tiempo que voló los puentes de comunicación. Podemos busca votos en los caladeros socialistas criticando al PSOE por abstenerse en segunda votación (siendo que ni siquiera ha tenido lugar la primera). Rajoy amenaza con convocar unas tercereas elecciones avanzando que los culpables son los otros.
Saber una cosa a medias puede ser peor que no saber nada. Los líderes de las 12 formaciones presentes en el Congreso, han aprendido la teoría de juegos a medias. Obsesionados por la estrategia, han olvidado el problema que se les pide solucionar. Lo que está en juego es la democracia y el buen funcionamiento de nuestro Estado común.  

La Tribuna de Albacete (25/07/2016)

jueves, 21 de julio de 2016

El espejismo de Quebec

... o la emoción de empezar la casa por el tejado 

              Los independentistas catalanes están fascinados por la “vía de Quebec”. El PSC unas veces dice digo y otras diego. ¿Saben lo que dicen y la confusión que traería?
           El Partido de Quebec (PQ) surgió en los años sesenta. Cuando en 1980 consigue el gobierno de la provincia, organiza un referéndum unilateral de secesión que pierde por 10 puntos. En 1995 organiza un segundo referéndum con una pregunta que necesitó tres renglones para engañar a incautos. Vuelven a perderlo pero esta vez por menos de un punto.
               Fue necesario un susto así para que se despertara el resto del país. ¿Existe el derecho a la secesión en el Estado Federal de Canadá? Preguntaron a la Corte Constitucional. Su respuesta, (materializada el año 2000 en la “Ley de Claridad”) puede resumirse así: (1) Ni en Canadá ni en ningún otro estado federal, existe el derecho unilateral a la secesión. (2) La secesión requiere un cambio constitucional que puede empezarse por diferentes puntos. Por ejemplo, con un acuerdo del Parlamento canadiense que le vincularía a cambiar la Constitución si la gran mayoría de la población de Quebec optara por la independencia. (3) La pregunta del referéndum ha de ser clara: salir o quedarse en el Estado de Canadá. (4) Debería también aclararse (en el Parlamento) el porcentaje de votos requerido para la independencia; no tiene sentido admitir un cambio tan trascendental con el 50% más 1 de los votos. (5) No menos importante es delimitar las circunscripciones electorales de manera que si en alguna de ellas triunfara el NO, estaría en su derecho a permanecer en Canadá. 
Con estas condiciones, el PQ no se ha atrevido a lanzar el tercer referéndum. Si llegara plantearía serios problemas jurídicos y sociales. Los propios de empezar una casa por el tejado. La Constitución española es más cauta y obliga a empezar la casa por los cimientos. El artículo 167 de la CE recuerda que una reforma constitucional que autorizara la secesión ha de ser aprobada por el 60% de ambas cámaras y, a continuación, un referéndum nacional. El último paso sería el referéndum particular de la comunidad autónoma. No necesita España ley de claridad; está en la Constitución. Otra cosa es que no sea del agrado de quienes disfrutan empezando la casa por el tejado.


 La Tribuna de Albacete (18/07/2016)

lunes, 11 de julio de 2016

El aguafiestas

Para estimular la responsabilidad presupuestaria de los políticos 
es preferible el sistema “palo-zanahoria"

Mientras usted lee estas líneas, la Comisión Europea está deliberando si multa a España por reiterado incumplimiento de sus compromisos de déficit público. La multa puede llegar al 2% del PIB, unos 2.000 millones. El superávit presupuestario previo a la crisis (2% del PIB en 2007) se convirtió dos años después en un déficit del 11%. La caída de la recaudación fiscal y muchos kilómetros de aceras explican el salto. El plan de reducción escalonada pactado entre Madrid y Bruselas nunca llegó a cumplirse. Los recortes del gasto no lograron superar la caída de la recaudación que toda recesión trae consigo. Pero lo que más molesta a los técnicos de Bruselas es que la brecha ha subido un punto adicional en el 2015 y 2016, precisamente cuando la economía se estaba recuperando. ¡Eso es lo que tienen los años electorales!
La Comisión Europea está obligada a buscar fórmulas que faciliten la política macroeconómica anticíclica al tiempo que frenan a los políticos manirrotos y a los que se dedican a comprar votos con déficit. Cuando la demanda privada se deprime, lo peor que podemos hacer es forzar una reducción de la demanda pública. De ahí la utilidad de los estabilizadores automáticos como el subsidio de desempleo y otros gastos sociales que la crisis trae consigo. También ayudan a mantener el tono muscular la continuidad de las tres grandes partidas presupuestarias (pensiones, educación y sanidad). La brecha generada por la caída de la recaudación, podría ser cubierta con deuda pública avalada por el BCE. Las sanciones recaerían exclusivamente sobre el déficit asociado al aumento de los gastos discrecionales, sobre todo los generados en años electorales.
            A lo mejor, tampoco es conveniente que la UE se especialice en sancionar y en perdonar sanciones. Para estimular la responsabilidad presupuestaria de los políticos es preferible el sistema “palo-zanahoria”. La habilidad de centrar el gasto en los servicios públicos genuinos y el esfuerzo por prestarlos de la forma más eficiente, debería ser premiada con más fondos europeos. Esas ayudas son las que perderían los gobiernos manirrotos. La eficiencia en la gestión pública siempre es buena por más que ningún político se atreva a hablar de ella. 

La Tribuna de Albacete (11/07/2016)

domingo, 3 de julio de 2016

Miedos razonables

Hay miedos irracionales que nos impiden avanzar 
y miedos racionales que nos libran del precipicio


        Los de Podemos atribuyen su batacazo electoral a un ataque de miedo. “Pero el miedo es irracional y pasajero. Acabarán votándonos”, concluyen. ¡O no! Hay miedos profundamente racionales y razonables. Los antecedentes ideológicos y prácticos de los líderes de Podemos son suficientes para amedrentar hasta a los más indignados.
          Sus raíces ideológicas se hunden en el marxismo-comunismo. Desde esas premisas asesoraron al presidente venezolano, Hugo Chávez, con los resultados que hoy tanto nos duelen al conectar el telediario: hambre, corrupción y represión. Podemos debe ser el único partido en el mundo que no se atreve a criticar al régimen venezolano. Teme que se despierte la lengua de Maduro y empiece a proferir verdades comprometedoras. A más de un español le debió aterrar la idea de que su futuro Presidente pudiera acabar procesado por el inminente gobierno democrático de Venezuela.
          Podemos se abrió paso denunciando la corrupción de la casta política española. No le faltaban datos. Sí profundidad y perspicacia para comprender que la corrupción de los políticos guarda relación directa con la cantidad de recursos que manejan y la discrecionalidad permitida. Progres como son, desean solucionar todos los problemas con más estado, más dinero y más discrecionalidad. Y dan por supuesto de que sus hombres sabrán nadar sin mojarse. Un argumento tan pueril como peligroso que la mayoría de los españoles ha detectado a tiempo.
         El mayor caladero de votos de la formación morada radica en Cataluña y el País Vasco a quienes prometieron sendos plebiscitos de autodeterminación. Sus líderes madrileños confían que el pueblo votaría NO y se acabarían para siempre el problema del independentismo (cerrando los ojos a lo que ha ocurrido en Quebec y Escocia). José Mota preguntaría ¿y si SÍ? Dos días de Brexit fueron suficientes para despertar a algunos electores del sinsentido de un referéndum separatista, a estas alturas de la historia.
            Tras las elecciones de diciembre 2015, cuando los líderes de Podemos comprobaron que tenían posibilidades de formar gobierno, se pusieron la piel de cordero. Ya no eran comunistas sino socialdemócratas. Su referencia pasó a ser la rica Suecia en vez de la pobre Venezuela. La ocupación de propiedades ajenas y los escraches, que han dado vida a muchos militantes, nunca jamás serían necesarios… La nueva estrategia alimentó ciertas suspicacias sobre el Gobierno revolucionario. ¿Qué podemos esperar de un partido que se cambia de chaqueta con tanta facilidad? Además de cambiar el nombre de las calles, ¿aportaría alguna novedad sustancial sobre los programas de los dos partidos mayoritarios?
          Hay miedos irracionales y miedos racionales y razonables. Miedos que nos bloquean e impiden avanzar y miedos que nos libran del precipicio. ¡Ojalá encontremos una sociedad profunda capaz de discernir unos y otros.
La Tribuna de Albacete (04/07/2016)