El médico de urgencias no dispensa del cirujano,
ni a la inversa
Cuando un
enfermo visita al médico lo normal es que éste le recete algún antiinflamatorio
para controlar la fiebre, el dolor y demás síntomas molestos. Luego vendrá el
antibiótico, la cirugía o lo que haga falta para atacar el foco de la
enfermedad. El cirujano que desprecie los antiinflamatorios como drogas
incapaces de curar el problema en su raíz, corre el riesgo de perder al
paciente antes de que llegue al quirófano.
Ante la gran
recesión de 2008 las autoridades económicas de los EE.UU. reaccionaron como
médicos de urgencia; las europeas como cirujanos. La Fed se olvidó del libro de
buenas prácticas y puso todo su arsenal para solucionar los problemas de
iliquidez e insolvencia derivados de la crisis financiera y que amenazaban con
derribar todo el edificio económico por el efecto dominó. El BCE, más papista
que el papa, exigió un esfuerzo financiero adicional a unos pacientes que apenas
tenían fuerzas para mantenerse en pie. Con 40 de fiebre fueron llevados
directamente al quirófano de las reformas financieras, fiscales y laborales.
El plan de
expansión monetaria anunciado por el Sr. Draghi el jueves pasado supone un
cambio radical de estrategia. El BCE pondrá sobre la mesa un importe similar
al PIB español para la compra directa de bonos. En principio el plan se
extenderá durante 19 meses a razón de 60.000 euros por mes; dos tercios irán
destinados a comprar deuda soberana; el tercio restante, deuda de bancos y
grandes empresas. Vamos, que el rescate de los gobiernos griego, portugués e
irlandés, y el rescate de la banca española hubiera salido gratis para los
contribuyentes europeos.
Esperemos
que el Plan Draghi sirva para reanimar la economía europea donde al
estancamiento se añade ahora el problema de la deflación. Recordaremos, no
obstante, que estos estímulos monetarios no bastan para solucionar las causas últimas
de la crisis. Es más, si el BCE no actúa con prudencia corre el riesgo de
ahondar en los problemas de una economía financializada, especializada en la
creación de burbujas inmobiliarias y bursátiles que desvían el crédito de la
inversión productiva a la especulativa. E incentivar unas finanzas públicas tan
irresponsables como insostenibles, incapaces de cuadrar el presupuesto en
condiciones económicas normales. El médico de urgencias no dispensa del
cirujano, ni a la inversa.
La Tribuna de Albacete (26/01/2015)