lunes, 29 de mayo de 2017

Impuestos a los robots

Impuestos que graven las rentas de capital; 
no las del trabajo que desaniman la contratación

La primera vez que un periodista me preguntó sobre la conveniencia de cargar impuestos a los robots, pensé que era una broma. Y la seguí: “¡Claro y además les reservaremos plaza en una residencia de mayores; y para los que defraudan una cárcel administrada por robots!” Con el tiempo comprendí que no es una idea desbaratada. Nuestro sistema de seguridad social (SS) adolece de problemas estructurales, de esos que ni el tiempo ni el ciclo económico solucionan.  Entre las causas económicas de índole estructural hay que resaltar el desempleo tecnológico asociado a las TIC (tecnologías de la información y comunicación) y a la robótica. La OCDE calcula que en España (donde dominan los trabajos de baja cualificación) un 12% de los actuales empleos podría desaparecer en una década.
Los responsables de la SS española habrán de coger el toro por los cuernos; ya no sirven los cataplasmas políticos. La mitad de los jubilados tendrá garantizada la pensión en base a las cuotas salariales. La otra mitad que, para su desgracia no ha trabajado suficientes horas como para poder vivir de la pensión, deberá recibir pensiones no contributivas del Estado. Algo normal en el modelo anglosajón apadrinado por Beveridge; no en el modelo continental que arranca de Bismark.  
El impuesto a los robots podía cumplir esta función. Hay que explicarlo despacio. No se trata de grabar a los robots sino a los propietarios del capital. Del capital en general pues cualquier máquina compite con el trabajo. Lo apropiado sería elevar el impuesto sobre el beneficio de sociedades que grava, precisamente, a las rentas del capital.  Uno de los aspectos más negativos del actual sistema de SS es que al focalizarse en las rentas laborales, penaliza la contratación de trabajo. El complemento que proponemos equilibraría las tornas. Los empresarios invertirán en robots si realmente son más eficientes. No por meros cálculos de ahorro fiscal.
¡Hay que ver cómo cambian los tiempos! En el siglo XIX los movimientos luditas de Manchester y Alcoy defenestraron los nuevos telares que ponían en peligro muchos puestos de trabajo. En el Siglo XXI recibiremos a los robots con los brazos abiertos. En la mano derecha, el libro de instrucciones para aprender cómo extraer de ellos el máximo beneficio. En la mano izquierda un documento fiscal que les compromete a pagar al fisco una parte de esos beneficios.

 La Tribuna de Albacete (29/05/2017)

domingo, 21 de mayo de 2017

Lecciones francesas sobre el populismo

La mejor vacuna contra el virus del populismo: repasar la historia y votar no en base a promesas sino a hechos probados

Las elecciones francesas han sorprendido por la irrupción de la extrema derecha (Le Front National de Marine Le Pen) y de la extrema izquierda (La France Insumise de Jean-Luc Mélenchon). Todavía más sorprendente ha sido comprobar la similitud de sus programas. Ambos se asientan sobre un rancio populismo alimentado por estos cuatro principios.
 Anti-sistema, en lo político. Las actuales instituciones políticas son un antro de burócratas, liderados por unos políticos tan ineptos como corruptos. ¡Es el momento de echarles a todos! Con nosotros empezará una nueva era de la humanidad donde los políticos representemos directamente al pueblo y gestionaremos generosos presupuestos públicos buscando solo el interés general.
Anti-capitalismo, en lo económico. El mercado, ese sistema basado en la iniciativa privada, no puede resolver la crisis económica ni cumplir nuestros sueños. Estamos obligados a suplantarlo y determinar por nosotros mismos qué es el bien común y cómo se consigue. Organizaremos la economía de arriba-abajo. Quienes pretendían que el mercado la organizase de abajo-arriba han fracasado.
Anti-globalización, en lo cultural y social. La “Nación” es la mayor empresa que debemos construir y lo haremos con espíritu patriótico. La globalización corroe ese espíritu. Hay que controlar lo que entra por nuestras fronteras: productos, ideas y, sobre todo, inmigrantes.  Las formas pueden cambiar y cambian, de hecho, en este punto. La extrema derecha es especialmente dura con los inmigrantes. Con ellos manipula los sentimientos de odio que necesita para medrar.
Anti-Europa, como resumen práctico. La UE es la encarnación de todos los males que acabamos de enumerar: burocratización, beneficios, mercados,  apertura al exterior. Además, las normas e instituciones comunitarias imponen una disciplina presupuestaria y monetaria que podría arruinar nuestros maravillosos planes. ¿Cómo vamos a garantizar una renta básica para todos si la Comisión Europea limita el déficit público y si el BCE detenta el monopolio de la creación de dinero? ¡Abandonemos la UE ya!
Las masas, sobre todo en épocas de recesión, son fácilmente contagiadas por el virus del populismo. La mejor vacuna consiste en repasar la historia y votar no en base a promesas sino a hechos probados. ¿Qué prefieres? ¿Una sociedad imperfecta y manifiestamente mejorable como la occidental, el paraíso comunista de Stalin, o la nación perfecta de Hitler?
 La Tribuna de Albacete (22/05/2017)

domingo, 14 de mayo de 2017

Lecciones de Francia

A la segunda va la vencida ... 
si el sistema electoral ayuda

 Elecciones generales, España 2015 (20D). PP: 35% de los escaños; PSOE: 25%; Podemos: 20%; Ciudadanos: 11%. ¡Imposible formar Gobierno! Elecciones 2016 (26D): PP: 38%; PSOE: 24%; Podemos: 19%; Ciudadanos, 9. Se necesitaron 10 meses para formar gobierno, un gobierno a quien no dejan gobernar. Estamos en mayo y todavía no se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado. Para conseguir el apoyo de los 5 diputados del PNV el Gobierno ha debido pagar un peaje de 4000 millones de euros. Otro tanto habrá de hacer con el diputado independiente de Canarias que, unido a los de Ciudadanos y el PNV, daría la mayoría parlamentaria a la coalición liderada por el PP.
Elecciones Presidenciales de Francia en 2017. Primera vuelta, 24 de abril: Macron (nuevo partido de centro que muchos asemejan a Ciudadanos): 24%; Le Pen (extrema derecha): 21,3%; Fillon (derecha): 20%; Melenchon (extrema izquierda inspirada en Podemos): 19,5%. Segunda vuelta, 7 de mayo 2017: Macron: 66%; Le Pen: 34%. ¡Habemus Presidente! El problema de la gobernabilidad ha quedado resuelto hasta las próximas lecciones que darán al pueblo la posibilidad de juzgar con su voto la labor del presidente y de su gobierno.
Será por la crisis económica. Será un ramalazo de la revolución de las TIC. Lo cierto es que, en casi todos los países europeos, el voto político se ha fragmentado impidiendo la formación de mayorías estables. La diferencia estriba en las soluciones implícitas en la propia ley electoral. La francesa permite reconstruir un gobierno estable en una segunda vuelta a la que sólo se presentan los dos partidos más votados.  En el sistema español han de repetirse elecciones sin garantía alguna de conseguir una mayoría estable. Rajoy preside un puzle de Taifas en continuo movimiento.
Esta es la primera lección que nos ha enseñado Francia. Urge reformar la Constitución española para introducir un sistema electoral que asegure la gobernabilidad durante cuatro años a los cuales seguiría una rendición de cuentas ante el electorado. Con el sistema actual no es posible ni gobernar ni exigir responsabilidades al gobierno. Dentro de cuatro años, ¿de qué podrá responsabilizar la oposición al PP de Rajoy si no ha hecho otra cosa que atarle de pies y manos?

 La Tribuna de Albacete (15/05/2017)

domingo, 7 de mayo de 2017

Caldo de cultivo para la corrupción

La corrupción es proporcional al tamaño del presupuesto 
y la discrecionalidad de los políticos que lo ejecutan 

 “Todo poder tiende a corromperse y corromper, el poder absoluto lo hace absolutamente”.  El “dictum” de Lord Acton ha ganado actualidad con el paso del tiempo. El caso Lezo que salpica a la plana mayor del PP madrileño, se añade al caso 3% de la catalana CiU, al caso de los ERES del socialismo andaluz y un largo etcétera que deja un olor nauseabundo.
Mi lectura del fenómeno de la corrupción política acepta como punto de partida la conclusión de Acton y añade cuatro observaciones de sentido común. (1) La corrupción suele ser el resultado del contubernio entre el poder político y el poder económico. Aflora continuamente en las empresas y organismos públicos. También en las concesiones y contratos de obra pública. (2) La corrupción echa raíces cuando las mismas personas ocupan cargos públicos durante mucho tiempo. (3) La corrupción es proporcional al tamaño del presupuesto y a la discrecionalidad con la que se maneja. (4) El binomio “elecciones – concesiones” suministra el caldo más propicio para la corrupción. “Tú (empresa) me das dinero para financiar la campaña electoral; yo (político) te premiaré con los mejores contratos”.
Mis consejos para atajar la corrupción son tan simples como baratas. (1) Separación de poderes. ¿A quién se le ocurrió que los jueces y fiscales de los organismos supremos fueran elegidos por los propios políticos? Mejor un sorteo entre los letrados que cumplan determinadas condiciones. (2) Disminución del número de políticos y limitación de su tiempo en puestos de responsabilidad. Si las decisiones políticas se toman en el seno de los partidos entre dos o tres personas, ¿para qué necesitamos 350 diputados y 266 senadores, más sus réplicas a escala regional y local).  (3) Minimizar la financiación pública de las campañas electorales. ¿No estamos en la era de las redes sociales, libres y gratuitas? Una hora adicional en las cadenas públicas les bastaría. (4) Adelgazar los presupuestos públicos y limitar la discrecionalidad de los políticos en las concesiones y contratos de obra pública. Estos se sortearían entre las empresas habilitadas por cumplir con determinadas condiciones objetivas. (5) Asegurar que los políticos corruptos salgan de la cárcel preparados para una nueva etapa en la que ya no podrán vivir del dinero de los contribuyentes.

 La Tribuna de Albacete (8/05/2017)