domingo, 30 de diciembre de 2018

Consejos de Baltasar Gracián para segurar un feliz año nuevo

Hoy, 31 de diciembre, todos nos desearemos lo mejor para el nuevo año. Los objetivos están más o menos claros: felicidad, prosperidad, paz… De los medios casi nadie habla. Alguna pista podemos inferior del libro de Baltasar Gracián “El Arte de la Prudencia” (1648). Seguro que, si tratamos de cumplir alguna de sus 300 máximas, el año 2019 será efectivamente nuevo y mejor para nosotros y los que nos rodean
Reflexiona, no te precipites. “Observa con rigor, piensa sutilmente, infiere con juicio”. “Algunos hacen y después piensan: buscan excusas más que consecuencias. Otros no piensan ni antes ni después. Toda la vida debe consistir en pesar para acertar el rumbo”. “Sopesa las cosas y otorga más importancia a las que más importan. Los necios hacen mucho caso de lo que importa poco y poco de lo que importa mucho”.
Conócete. “El que se conoce ayuda a su debilidad con reflexión”. “Hay que conocer y cultivar la cualidad más relevante y ayudar a los demás. La mayoría violenta su capacidad y por eso no destaca en nada”. “Conoce tu peor defecto para que no te domine como un tirano. Hay que declararle la guerra”.
Domínate. “No hay mayor señorío que el de sí mismo, de las propias pasiones”. “Quien no está en sus cabales no debe actuar: la pasión siempre destierra la razón”. “El ánimo es como la espada: debe ir siempre envainado en su prudencia hasta la ocasión oportuna”.
Aprende a convivir. “Atajo para ser una buena persona: saber relacionarse, aprendiendo de todos”. “Acostúmbrate a las malas condiciones de quienes te rodean; igual que te has acostumbrado a las caras feas”. “No seas cansino: lo bueno si breve dos veces bueno”.
           “En una palabra: sé una persona virtuosa. La virtud es la cadena de todas las perfecciones y el centro de la felicidad”.

La Tribuna de Albacete (31/12/2018)

domingo, 23 de diciembre de 2018

Concierto de Navidad



               Uno de los mejores violinistas del mundo fue invitado a interpretar un par de conciertos en Nueva York. A pesar de los elevados precios, el Carnegie Hall se llenó a rebosar. Todos escucharon en silencio reverente las notas que salían del Stradivarius y ovacionaron al violinista durante largos minutos. Al despedirse, el preguntó al empresario para cuándo estaba planeado su segundo concierto. “Para mañana a la misma hora –le respondió– y si no le importa lo tocará en la estación de metro Gran Central Terminal, vestido de harapos, como un mendigo más”.
               Así lo hizo. Repitió las mismas piezas, con el mismo violín y el mismo entusiasmo. Nadie se enteró de lo que allí estaba pasando. Los más generosos le arrojaron unos céntimos. Pararse a escuchar, lo que se dice pararse, solo lo hicieron tres personas y ninguna de ellas aguantó más de tres minutos.
               Lo que le sucedió a nuestro violinista es más común de lo que se cree. La mayoría de nosotros vivimos entre maravillas sin percatarnos de ellas. La Navidad es la maravilla de las maravillas. Dios se hace hombre y, para colmo, niño. Hace dos mil años, solo unos pocos pastores y tres enigmáticos extranjeros, apreciaron el misterio de la Navidad. En el siglo XXI, la proporción no debe de ser mucho mayor. Las luces de neón ocultan a la estrella de Belén. El ruido ahoga el susurro de Dios. Las prisas nos impiden pararnos a pensar. Ni nos asombramos por el misterio de la Navidad, ni lo valoramos, ni dejamos que nos interpele.
               Pero el misterio más grande de la historia de la humanidad está allí. El niño-Dios nos espera para llenarnos de su gracia.

La Tribuna de Albacete (24/12/2018)

domingo, 16 de diciembre de 2018

A un Señor de estos reinos



Las sesiones parlamentarias debieran retransmitirse fuera del horario infantil y marcadas con tres asteriscos para advertir que lo que allí se dice y, sobre todo, la manera de decirlo, es lo contrario de lo que a niños y adultos les conviene aprender. Nuestro paisano San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia universal, dirigió a mediados del siglo XVI una carta “A un Señor de estos reinos”. Reproduzco algunos párrafos por si sirviera de ayuda a los políticos del siglo XXI, obcecados como están por sus intereses personales, el orgullo y la ira.
“Mire y remire el que gobierna república si tiene esta fortaleza de amor, que, como fuerte vino, le embriague y saque de sí y de sus intereses y pase a ser padre de muchos con el amor y esclavo de ellos con el trabajo”.
“Ser el gobernador amigo de su parecer es cosa muy peligrosa y contraria a la prudencia, como en otra cualquier persona; y antes se ha de escoger un hombre que sepa menos, si conoce su falta y la remedia con el consejo de los más sabios, que otro que sepa más y está confiado que es él el que acierta y los otros no”.
“Un filósofo dijo, y con mucha razón, que la ira y la aceleración en los negocios son enemigos del buen consejo; y así conviene mucho mirar que el que ha de ser lumbre de los otros no tenga él su ojo ciego con la ira”.
“Y particularmente debe huir de palabras injuriosas y mal criadas, porque éstas antes suelen dañar que enmendar (…) Justo ha de ser el gobernador, y si fuere menester, riguroso en sus obras, mas en las palabras blando y muy comedido”

La Tribuna de Albacete (17/12/2018)

domingo, 9 de diciembre de 2018

Un terremoto para poner a prueba la solidez de la Constitución

De “terremoto político” se ha calificado al resultado las elecciones andaluzas. Posiblemente se quedará en un “temblor”. Terremoto o temblor, será una oportunidad para valorar la solidez de la Constitución española de 1978. De hecho, la prueba empezó hace varios años. La crisis económica de 2008 ha radicalizado los planteamientos políticos y ha catapultado nuevos partidos a la izquierda de la izquierda (Podemos) y a la derecha de la derecha (Vox). Asimilarlos a los comunistas de Stalin o a los nazis de Hitler sería un insulto injustificado. Tacharlos de inconstitucionales antes de que empiecen a andar, parece precipitado. 
La esencia de nuestra Constitución se resume en el artículo 1. “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. La soberanía nacional reside en el pueblo español”. A continuación. enuncia sus dos instituciones básicas: la forma política es la Monarquía parlamentaria; la forma territorial, el Estado de autonomías.
                ¿Cabe en esta Constitución un partido republicano? Pues sí, siempre que tenga la paciencia y la responsabilidad de reunir los 2/3 de los escaños requeridos para iniciar el proceso de reforma constitucional. ¿Son constitucionales los partidos independentistas o un partido como Vox que pretende suprimir las autonomías? Pues también, bajo las mismas condiciones.
                Los únicos partidos que quedan fuera de nuestra Constitución son los que rehúyen los compromisos del Estado de Derecho (en particular, el procedimiento de reforma constitucional); los que no aceptan el pluralismo político y las elecciones democráticas; los que inculcan la igualdad, la libertad y el resto de derechos fundamentales del ser humano. No es admisible un partido que discrimine abiertamente por razones de raza, sexo u orientación sexual. Tampoco un partido que imponga una ideología determinada y prohíba la crítica a la misma. ¡Aunque sea la ideología de género!
La Tribuna de Albacete (19/12/2018)