domingo, 27 de noviembre de 2022

Lo que el viento se llevó

 

Lo primero que hizo Donald Trump al llegar al poder el 21/1/2017 fue anular la adhesión de B. Obama, sin previa consulta al Congreso, al acuerdo climático de Paris. Lo primero que hizo J. Biden al tomar posesión el 21/1/2021 fue anular todas y cada una de las leyes aprobadas durante la administración Trump. En un mes todo estaba listo para empezar otra oleada legislativa que, posiblemente, no será más duradera que las anteriores.

 El Gobierno de P. Sánchez pasará a los anales de la historia española como el que más ministros ha tenido y el que más propuestas legislativas ha registrado por ministro.  No piensen ustedes que se trataba de temas secundarios. Su importancia era tal que requerían una ley del Parlamento avalada por informes de Consejo de Estado, comités de ética y comisiones de especialistas. Para ahorrarse el bochorno de las críticas, el Gobierno las aprobó por decreto-ley alegando motivos de urgencia. Luego las llevó al Congreso para que las refrendara el mismo día. Un voto de diferencia era suficiente.

 Mi consejo al próximo Gobierno español es que elabore una lista de normas “sospechosas” y las presente al Parlamento para que las anule en un mes. No se trata de hacer tabula rasa de todo. Basta con derogar los decretos leyes que no respondían a la urgencia exigida por la Constitución y se saltaron los informes preceptivos.

 Con esta dinámica, ¿no acabaremos destruyendo el estado democrático de derecho? Así es y para evitarlo hemos de exigir que las instituciones básicas del Estado y los derechos fundamentales de la persona solo puedan ser reguladas mediante una ley orgánica. Y un añadido. La aprobación, modificación o derogación de esas leyes requerirá el 60% del Parlamento.  ¡Urge blindar el Estado democrático de derecho antes de que se lo lleve el viento!

La Tribuna de Albacete (28/11/2022)

lunes, 21 de noviembre de 2022

Frenos y contrapesos

El Estado Democrático de Derecho es la gran aportación de la Edad Moderna. Para que sea efectiva, se requieren unas instituciones que encarnen el poder ejecutivo, legislativo y judicial. No menos necesaria es una Constitución que garanticen la separación de poderes con un sistema de frenos y contrapesos (checks and balances, decía los Padres de la Patria americana.

Entre los enemigos del Estado democrático de Derecho, el más peligroso ha demostrado ser el propio Gobierno. Al lector incrédulo le invitamos a repasar los últimos años de la historia de los Estados Unidos o de España. El Gobierno se ha convertido en una máquina legislativa a través de Decretos-leyes. Su control de las cámaras legislativas y órganos jurisdiccionales (basta un voto de diferencia) les garantiza superar el trámite parlamentario y los posibles recursos de inconstitucionalidad.

 No podemos caer en la trampa ya anunciada por el refranero español. “Mal de mucho, consuelo de tontos”. Aprovechando la cercanía del día de la Constitución, nos atrevemos a sugerir reformas procedimentales que impidan que el estado democrático de derecho sea fagocitado por el poder ejecutivo.

 La primera reforma consistiría en diseñar un sistema estrictamente proporcional y unas elecciones a doble vuelta. ¿Alguien está en contra de que el voto de todos los ciudadanos valga lo mismo? La segunda blindaría la independencia del poder judicial. Que los jueces elijan a sus representantes. La tercera exigiría mayoría cualificada fuerte (no menos del 60%) para la aprobación, derogación y enmienda de las Leyes orgánicas, esto es, las que regulan las instituciones básicas y derechos fundamentales recogidos en la propia Constitución.

 Las reformas nos parecen lógicas y fáciles de implementar. La única condición es que en las próximas elecciones la mayoría constitucionalista consiga 2/3 de los votos.

La Tribuna de Albacete (21/11/2022)

domingo, 13 de noviembre de 2022

Hermes, huida hacia arriba

 

Hoy he soñado con Hermes. En la mitología griega, Hermes es el dios del comercio, protector de aventureros y ladrones, capaz de embaucar a dioses y mortales en su huida hacia el cielo. Su símbolo es el cadúceo: dos serpientes que ascienden por un palo. El máximo poder lo conseguirá quien antes toque la esfera alada que corona el bastón de mando. Esa bola simboliza la plenitud, pero también la vanidad, la presunción y la soberbia. Nadie la ha alcanzado, y de conseguirlo se desintegraría al instante. En este mundo de mortales, la plenitud es una quimera.  

En mi subconsciente veía la serpiente Sánchez (me resisto a creer que sea la del PSOE) y la serpiente Esquerra Republicana, con tantas cabezas como pretendientes al trono. La primera iba una cabeza por delante. No le quedaba más remedio si quería mantener el liderato y demostrar que era él quien mandaba, obsequiaba a los buenos y castigaba a los malos. La segunda también parecía satisfecha. Podía escucharse: “Vale, tú mandas, pero no has de olvidar quién te sostiene”.

 El secreto de la convivencia se basaba en mantener vivo el objetivo final de la independencia y y entretener la espera con favores anuales. Lo primero que la serpiente Sánchez prometió (y concedió) fue un juicio benévolo (sedición en lugar de rebelión). Segundo, un indulto generoso. Tercero, rebajar del delito de sedición a una mera algarada política. Cuarto, autorizar un referéndum consultivo, sin trascendencia política. Quinto, proclamar de la independencia de Cataluña en base a los resultados de aquel referéndum en el que solo participaron los independentistas.

  Me desperté por el estruendo de una multitud que pedía: “Moción de censura YA; estamos hartos de huir hacia arriba”.

La Tribuna de Albacete 14/11/2022

domingo, 6 de noviembre de 2022

El BCE lee la cartilla

 

El Banco Central Europeo (BCE) acaba de advertir al Gobierno español de las irregularidades y consecuencias de un gravamen discrecional de 3000 millones de euros a los grandes bancos españoles. Al gobierno le faltó tiempo para condenar el documento como maniobra política del PP. La verdad es que el documento firmado por la presidenta del BCE, Sra. Legarde, se limita a leer la cartilla básica de la Unión Europea (UE) y la Unión Monetaria Europea (UME). Un documento similar le fue enviado al Gobierno de Lituania en 2019. A los avisos que siguen deben añadirse las objeciones que puedan poner los juristas españoles. ¿Autoriza la Constitución española gravámenes discrecionales a unos cuantos bancos para cuadrar las cuentas presupuestarias o redistribuir la riqueza?

 El primer artículo de esta cartilla recuerda que la UE es una economía de mercado en régimen competitivo. ¿Puede un estado miembro crear empresas públicas (o bancos)? Sí, tantas como quiera, con una sola condición: no podrán recibir de su gobierno ni subvenciones ni ventajas fiscales, para no poner en desventaja a las empresas y bancos europeos. Por la misma razón, el Gobierno español no puede imponer gravámenes discrecionales a unos cuantos bancos; quedarían en desventaja con respecto a sus competidores españoles y europeos. Si los bancos españoles no son capaces de trasladar a sus clientes estos gravámenes, es muy posible que se vean abocados a cambiar su sede geográfica o cerrar.

 El segundo artículo de la cartilla recuerda que el BCE tiene encomendado gestionar la política monetaria antiinflacionista, asegurar el flujo ininterrumpido de dinero-crédito y controlar la solvencia-liquidez de la banca privada. La propuesta española, insiste el BCE, impide el cumplimiento de estas tres funciones.

 Mi opinión: “Zapatero a tus zapatos”. Las actuaciones económicas de los gobiernos mejor que se centren en crear las condiciones que facilitan la inversión privada y la financiación de esas inversiones. Del incremento de renta resultante, saldrán los impuestos que permitirán al Gobierno cumplir sus funciones sociales.

La Tribuna de Albacete (07/11/2022)