domingo, 25 de diciembre de 2022

Navidades que marcaron vidas

La Navidad está llena de historias que marcaron un antes y un después en la vida de muchas personas. Los Reyes Magos llegaron al portal de Belén por un camino y salieron por otro bien distinto. La historia se ha repetido muchas veces. En la Nochebuena de 1886, Paul Claudel, un joven ateo de 18 años, experimentó una poderosa certidumbre de la cercanía de Dios que le empujaba a cambiar la dirección de su vida.

Así nos cuenta su conversión este eximio poeta y diplomático francés. “Fui a Notre Dame de París, para asistir a los oficios de Navidad. Yo no creía en nada, pero me parecía que en las ceremonias católicas encontraría inspiración para escribir algo. Los niños del coro vestidos de blanco estaban cantando lo que después supe que era el Magnificat. Entonces fue cuando se produjo el acontecimiento que ha dominado toda mi vida. En un instante mi corazón fue tocado y creí. […] ¡Dios existe, está ahí!  ¡Es alguien, es un ser tan personal como yo! ¡Me ama! ¡Me llama! La misma noche de ese memorable día de Navidad tomé una Biblia y por primera vez escuché el acento de esa voz tan dulce y a la vez tan inflexible de la Sagrada Escritura que ya nunca ha dejado de resonar en mi corazón”.

Años después, Paul Claudel pidió la admisión en un convento de Benedictinos. Con buen criterio, los monjes la hicieron comprender que Cristo le llamaba a recorrer junto a él el camino de la política y la cultura. A seguir difundiendo en sus discursos y poesías ese mensaje de paz que  brotaba de una corazón en paz.

La Tribuna de Albacete (26/12/2022)

domingo, 18 de diciembre de 2022

Silencio sobre lo esencial

 

El cardenal Sarah ha denunciado a la sociedad actual como “dictadura del ruido”. Molesta el silencio y hemos perdido la capacidad de reflexión, concluye. En un texto más antiguo, “Silencio sobre lo esencial”, Jean Guitton advirtió que el griterío de las calles y los corazones, avanza paralelo al silencio sobre las cuestiones más importantes que debiera plantearse cada persona y la sociedad en su conjunto.

Es esencial preguntarse por la “verdad”; y no una sino muchas veces. En este mundo tan relativista y subjetivista, parece absurdo preguntarse por la verdad. Pero existe. Respetarla o vulnerarla tiene sus consecuencias.

La primera gran verdad es que el ser humano está dotado de una dignidad intrínseca de donde emanan unos derechos fundamentales. Estos derechos pueden ser respaldados por las leyes fundamentales de cada país, pero que no arrumbados por esa retahíla de derechos de quita y pon que inventa el gobierno de turno. Estoy pensando en el derecho a la vida, base y soporte de todos los demás. Me temo lo peor, si no se respeta.

Resulta esencial preguntarse por la naturaleza del ser humano. ¿Quién soy yo, criatura o creador? ¿Un individuo autónomo o una persona que necesita de los demás? Amar y ser amado, lo necesitan las personas tanto como el aire que respiran.

Resulta esencial preguntarse por el sentido de la vida. ¿Qué debo hacer y cómo necesito vivir para que mi vida tenga sentido para mí y sea útil a los demás?

Navidad, 2022. La mejor ocasión para reflexionar sobre las cuestiones esenciales.

La Tribuna de Albacete (19/12/2022)

lunes, 12 de diciembre de 2022

Pedro y el lobo

 No hace falta presentar este cuento para niños con una clara moraleja para mayores: Quien engaña a sus vecinos gritando “que viene el lobo”, acaba devorado por un lobo de verdad.  Sí conviene aclarar a qué Pedro me estoy refiriendo. ¿A Pedro Castillo, presidente de Perú y hoy presidiario? ¿O a Pedro Sánchez, presidente de España recluido en la Moncloa para evitar los abucheos de la calle? A los dos.

 Pedro Castillo dio un golpe de Estado el 8 de diciembre al disolver el Parlamento y anunciar la dictadura del decreto-ley. No sabía que en aquellos momentos el Parlamento estaba votando su destitución por “permanente incapacidad moral”. Dos horas después entraba en la cárcel donde le esperara el expresidente Pedro Alberto Fujimori, aquel temible golpista de derechas.

 Pedro Sánchez aprovechó el puente de la Constitución para asaltar la cúpula del poder judicial. La nueva ley le permitirá nombrar a la mayoría de los magistrados del Tribunal Constitucional, la única institución que, a día de hoy, podía pararle los pies. Lo hizo, eso sí, con la sonrisa en los labios, requisito para que un golpe de estado sea considerado como “desórdenes públicos”. Justificó lo injustificable sacando pecho, algo habitual en él: “Europa aplaudirá nuestra valentía para desbloquear la Constitución española de 1978”.

 La trama de estas dos historietas puede discurrir por varios derroteros. El final sí lo veo claro. Todos los pedros acaban devorados por el lobo que han alimentado con mentiras y traiciones.

La Tribuna de Albacete (12/12/2022)

domingo, 4 de diciembre de 2022

Una Constitución con muchas vidas

 

 Tal día como hoy, hace 44 años, se aprobó la Constitución española de 1978 con la finalidad de asentar los fundamentos de un estado democrático de derecho. En lo político, una monarquía parlamentaria con plena separación de poderes. En lo territorial, estado de las autonomías. En lo socioeconómico unos una economía social de mercado. Durante cuatro largas décadas, la CE ha conseguido estabilizar el poder político, consolidar el progreso económico y pacificar la convivencia social. Lamentablemente no todos aguantan tantos años de bienestar y tranquilidad.  Desde muy pronto hubo intentos de acabar con el orden constitucional. Aunque difieran en las formas, todos ellos han buscado cambiar las instituciones básicas de la CE sin respetar los cauces establecidos por ella misma.

 Febrero de 1981: golpe militar a la antigua usanza pero chapucero. Le falló la adhesión del Rey. Octubre de 2017: golpe con urnas y sonrisas de los partidos políticos que se decían representar a los auténticos catalanes. Le faltó el apoyo internacional que solo vio una pantomima y el de las empresas (huyeron más de doscientas). El art. 155 de la CE actuó como muro de contención.

 Lo que se está cociendo a fuego lento en los últimos cuatro años, es un golpe constitucional bajo. En vez de atreverse a reformar los preceptos que les incomodan, el Gobierno trata de desactivarlos a través de fraudes constitucionales recurrentes. Al paso que vamos, el Gobierno aceptará pronto referendos sobre la independencia de cualquier Comunidad Autónoma. Se dirá que solo son consultivos y acudirán a votar solo los independentistas. El día que consigan la mayoría de los votos, ¿quién osará oponer el estado de derecho al estado democrático? No lo harán, desde luego, los miembros del Tribunal Constitucional nombrados por el gobierno que autorizó el referéndum.

 CE de 1978, ¡es el momento de demostrar tu fortaleza y perspicacia! No permitas que disuelvan tus fundamentos institucionales.

La Tribuna de Albacete (5/12/2022)