domingo, 5 de julio de 2020

Unplanned



       Anteayer se estrenó en los cines españoles la película “Unplanned”. Está basada en la historia real de Abby Jonhson que ella misma narró en un libro. Un repaso de sus protagonistas mostrará los roles que podemos jugar en uno de los grandes dramas de la sociedad actual, por no decir el primero.
             Abby es la ingenua activista pro-choice que vive instalada en la irreflexión y la mentira. Trata de justificar los valores transmitidos por su familia católica con el mantra feminista: el derecho sagrado de la mujer para disponer de su propio cuerpo, el feto como un conglomerado de células que no sufre, el aborto como una breve intervención quirúrgica que no deja huella en la mujer... En su etapa universitaria, Abby tuvo dos abortos voluntarios en Planned Parenthood, la mayor multinacional abortista del mundo, y se animó a trabajar con ella. Tanto se identificó con el mantra feminista y tan buena era engatusando a sus clientas (22.000 contó), que pronto fue ascendida a directora de la clínica. Así hasta el día que no aguantó más sus propias mentiras y se atrevió a hacer una pregunta a su jefa.
              Ésta, Cheril, le reprendió por haberle hecho en público una pregunta que delataba su tremenda ingenuidad. “Por supuesto que los estatutos justifican nuestra actividad como asociación sin ánimo de lucro para la salud reproductiva. Pero eso se escribe para el fisco. El beneficio ha de salir de alguna parte. En nuestro caso de los abortos que hemos de duplicar para seguir en el mercado”.
             Marilysa y Shawn son activistas pro-life. Rezan al otro lado de la reja que protege la clínica y ofrecen a las mujeres alternativas al aborto. A ellos se une Abby tras presenciar por primera vez un aborto por aspiración y tomarse el tiempo para reflexionar sobre lo que había visto.
            Datos complementarios para el lector pensante. La empresa denunció, sin éxito, a Abby por traición profesional. Más adelante esa clínica local quebró y Planned Parenthood fue condenada por la venta de órganos de los bebés abortados. La publicidad de la película fue vetada en las cadenas más progresistas de Norteamérica. La asociación cinematográfica de Estados Unidos, la calificó como “Restringida” por el mal gusto de grabar abortos en vivo. Los directores de la película (Konzelman y Solomon) no pudieron menos que manifestar su sorpresa: “Una chica norteamericana de 15 años puede abortar sin que sus padres se enteren, pero necesita ir acompañada de ellos para ver una película sobre el aborto”.
La Tribuna de Albacete (06/07/2020)