La política española necesita un
partido liberal
que fomente la libertad responsable de los individuos
Una de las cosas más decepcionantes de la campaña electoral es la coincidencia de todos los partidos políticos en un error básico: su promesa de solucionar desde arriba todos los problemas sociales, económicos y políticos. Incluso los problemas creados por la expansión irresponsable del estado se solucionarían con más estado. A esto se le llama “Estado-dependencia”
Si el
portero de la Moncloa me autorizara, colgaría en las columnas que adornan la
entrada del palacio un cartel con el siguiente texto. “Se necesita con urgencia
un partido liberal. Un partido que ame la libertad en todos sus campos, también
en el económico. Que deje a la sociedad organizarse de abajo arriba y no trate
de edificarla de arriba abajo. Que en vez de aumentar la estado-dependencia anime
a la sociedad civil a asumir su papel. Que fomente la cultura del esfuerzo y la
responsabilidad en lugar de ahogarla con subsidios. Que viva con discreción y
deje vivir”.
No es tiempo
de ñoñerías. Necesitamos un Estado fuerte, capaz de realizar con eficacia una
serie de tareas. Pero fuerte no significa grande ni, mucho menos, discrecional.
El tamaño y la discrecionalidad crean el mejor caldo de cultivo para la
ineficiencia y la corrupción. Tampoco se trata de acabar con el Estado del
bienestar que tiene muchas cosas buenas e insustituibles. Se trata más bien de
salvaguardarlo de sus entusiastas. De aquellos que lo están envenenando a base de
engordarlo y de olvidarse de los criterios más elementales de eficiencia
económica.
Me temo que
el portero de la Moncloa se reiría al leer mi cartel. De su boca saldrían estas
palabras: “¡Pero en qué mundo vive usted, buen señor! Por este palacio han
pasado muchos inquilinos. Cada uno con sus propias manías, pero todos con la
misma preocupación fundamental: prorrogar su estancia por cuatro años
adicionales. Para ello han de regar con subvenciones a los posibles votantes.
Usted los ahuyentaría con esas ideas tan liberales”.
Es
importante tocar con los pies en el suelo. Reconozco que la respuesta liberal
no es una solución mágica de alcance universal. No hay solución fácil para la
mayoría de los problemas que nos afligen. Por eso me indigno al ver que los
políticos (tanto los veteranos como los noveles) se presentan como salvadores
de la humanidad y se creen capaces de organizar desde arriba el paraíso
terrenal. La política española no necesita mas mesías sino un partido
liberal que fomente la liberad responsable de los individuos.
La Tribuna de Albacete (09/11/2015)