domingo, 22 de febrero de 2015

Cristianos perseguidos en Oriente Medio

Solo se tiran piedras al árbol con frutos (Proverbio árabe)

   El viernes pasado asistí a la conferencia de Dominik Kustra: “El calvario del siglo XXI. Cristianos perseguidos en Oriente Medio”. Su presentación estuvo decorada por unos paneles informativos que continuarán en la Catedral de Albacete durante unos días. Nos aconsejó leerlos con pausa y dejarnos interpelar por ellos. Ante el silencio de los medios de comunicación occidentales, la alternativa para enterarnos de lo que pasa en Oriente sería descargar los vídeos colgados en internet por los propios terroristas. El último reza así: “Mensaje con sangre para el pueblo de la cruz: 21 cristianos decapitados en Irak”.
Los cristianos son el principal blanco del terrorismo islámico. Les molesta que haya religiones alternativas donde es posible combinar la fe con la razón y la libertad. El segundo objetivo es la propia civilización occidental fundada en un estado democrático de derecho y comprometida a respetar los derechos y libertades fundamentales. La que más les molesta: la libertad religiosa. 
¿Cómo justificar una forma de pensar y de actuar tan fanática, irracional, inhumana? El Sr. Kustra dio alguna pista al mencionar un proverbio árabe: “Sólo se tiran piedras al árbol con frutos”. No somos responsables de estos atentados. Cierto. Pero sí deberíamos cuestionar la pasividad de nuestros políticos y medios de comunicación, además de nuestra propia indiferencia. 
Unas cuantas preguntas incómodas nos obligarán a levantarnos del asiento. ¿Cómo definir una sociedad que se rasga las vestiduras por el sacrificio de Excalibur, el perro de la única persona infectada de ébola en España, y queda indiferente ante las decenas de personas que la epidemia sigue matando cada día en África? ¿Qué decir de los políticos que no dudan en cambiar su agenda para asistir a una manifestación en París tras la muerte de los 12 periodistas de Charlie Hebdo, pero que no mueven un dedo ante la quema de iglesias repletas de feligreses? ¿Por qué ponen tantas pegas al asilo por motivos de discriminación religiosa?
Si el hambre fuera contagiosa, hace muchos años que se habrían acabado las hambrunas. Si los atentados a la libertad religiosa en Oriente restaran escaños a los partidos occidentales, hace muchos años que habríamos tomado cartas en el asunto. Como esto no pasará nunca, habremos de ser nosotros, ciudadanos de a pie, quienes nos movilicemos para asegurar el respeto de los derechos humanos, donde se incluye la libertad religiosa.

 La Tribuna de Albacete (23/02/2015)