domingo, 5 de marzo de 2023

¡Pies quietos!

 

Hace varios años escribí en esta Tribuna una serie de artículos donde escrudiñaba los puntos débiles de las diferentes ideologías políticas. El primer punto débil del socialismo y demás movimientos intervencionistas, es su aspiración a organizarlo todo desde arriba, tanto en el plano político como en el económico o social. ¡Ingenuos! La misma ingenuidad denota la creencia en que las personas van a seguir haciendo lo mismo cuando ellos cambien las reglas del juego. Son como aquellos niños que tras coger la pelota gritan “pies quietos”, para que sus compañeros no se muevan cuando ellos lanzan la bola.

Una mañana se levanta el intervencionista de turno y dice: “En esta ciudad nadie podrá alquilar su vivienda por encima de 1000 euros”. El tiro suele salir por la culata: la oferta de alquileres se desploma y quienes realmente necesitan una vivienda habrán de alquilarla en el mercado negro a un precio muy superior. Un segundo ejemplo nos lo ha brindado el anuncio de Ferrovial de la pasada semana: “Habida cuenta de la creciente presión fiscal e inseguridad jurídica del país, vamos a a mudar la sede social de la empresa a Holanda,”. A decir verdad, la brecha fiscal entre ambos países es mínima. Lo que molesta a los empresarios es oír al Gobierno repetir que el desbocado déficit del Estado y Seguridad Social será pagado por las grandes empresas y fortunas del país.

Quienes recuerdan lo que ocurrió en Cataluña durante 2017, no descartarán la salida de más empresas españolas y la paralización de la inversión extranjera en España. Tampoco me extrañaría que algunos reputados empresarios, hartos de ser puestos en la picota por el Gobierno, decidan el cierre  definitivo de las fábricas y pasen a vivir el resto de sus días del ahorro acumulado (que ya tributó en su momento). En el fondo se oirá este estribillo: "Poneos vosotros a crear riqueza y empleo".

La Tribuna de Albacete (6/3/2023)