domingo, 22 de mayo de 2022

Tocando el fondo del aborto

En las sociedades opulentas, la brecha entre los prochoice y prolife (pro-aborto y pro-vida) sigue en aumento. Difícilmente se cerrará hasta que esos grupos y personas tengan el valor de llegar el fondo del asunto (el aborto). Para no perdernos en este camino de profundización, yo invitaría a dar una respuesta personal a tres cuestiones.

·  ¿Concedes a todos los seres humanos el derecho fundamental a la vida, base indispensable de todos nuestros derechos y libertades?

· ¿Aceptas que sean los científicos quienes estipulen cuándo empieza y termina la vida humana?

· ¿Estas dispuesto a ayudar a las mujeres con embarazos no deseados, incluyendo un sistema de adopción de los niños que finalmente no puedan ser atendidos por sus padres biológicos?

La primera cuestión ya ha sido respondida en positivo por las Constituciones de todos los países, en línea con la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948). La española reconoce el derecho a la vida en el artículo 15. El 53 aclara: “(Los derechos fundamentales) vinculan a todos los poderes públicos. Sólo por ley que en todo caso deberá respetar su contenido esencial, podrá regularse al ejercicio de tales derechos y libertades”.

 La segunda cuestión da un toque de objetividad al debate. El contenido esencial de la vida humana y el momento de su inicio, es un tema científico, no una cuestión de opinion personal, ni de programas políticos, ni siquiera de mayorías parlamentarias. Afortunadamente, la ciencia lo tiene cada día más claro. La vida empieza en el momento de la concepción. El cigoto ya reúne la información esencial de un ser que solo necesita tiempo para desarrollarse. No encontraremos en el mundo diez científicos que se pongan de acuerdo para fijar el inicio de la vida humana en otro momento diferente.

La tercera cuestión constata nuestro grado de responsabilidad, personal y colectiva. Una cosa es predicar, otra dar trigo y otra dar trigo de mi granero.

La Tribuna de Albacete (23/05/2022)