La VIII
Jornada Universitas-UCLM versó sobre los tesoros de cultura y vida que encierra
la Biblia. José Alberto Garijo, Doctor en Sagrada Escritura por la Pontificia
Universidad Gregoriana, explicó que la Biblia contiene verdades teológicas,
pero no es una colección de dogmas. Tampoco es un recetario de máximas para una
vida buena, feliz y pacífica. La manera escogida por Dios para comunicarnos su
sabiduría se materializa en historias, parábolas y poesías. Son textos cargados
de simbolismo, capaces de iluminar y mover a los hombres de todos los tiempos y
latitudes. Algunos encierran, además, un valor literario que nos invita a leer
y releer.
Las historias
narradas en la Biblia siempre desconciertan. Un héroe como David acaba cayendo
en los vicios más abyectos, pero luego se arrepiente y, en su humildad, se
convierte en un héroe verdadero. San
Pablo explica su experiencia con estas palabras: “Llevamos este tesoro en
vasijas de barro para que entendamos que el poder es de Dios, no nuestro”. Dios
respeta la libertad del ser humano para escribir su propia historia. En cada
momento ha de elegir entre lo malo, lo bueno y lo mejor. Cada decisión tiene
sus consecuencias y le obliga a responsabilizarse de ellas. En el juicio final,
la última palabra la tiene Él y la pronunciará para hacer justicia.
La Biblia ha
inspirado la literatura, el arte y la arquitectura de todos los tiempos. Europa,
en particular, es un museo bíblico. Si enterráramos esta herencia, el viejo
mundo se convertiría en un erial cultural. Jerónimo José Martín, crítico
cinematográfico, ilustró el influjo de la Biblia en el cine contemporáneo. Es
una prueba de la sed de trascendencia que siente el ser humano y de la
capacidad de convertir esa sed en una obra de arte. ¡Parece mentira, pero hasta
los directores más ateos se pasan el día hablando de Dios!
La Tribuna de Albacete (14/10/2019)