domingo, 6 de mayo de 2018

Fuera de juego y fuera de campo



Hace exactamente un año, Podemos presentó la Proposición de Ley sobre igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales. Esta propuesta, elaborada por el propio colectivo LGBTI, aspira a liderar la transformación social y moral del siglo XXI en el planeta Tierra. Introduce el derecho fundamental a la “autodeterminación humana” que nos obliga a tratar a cada uno según del género con el que se identifica, género que puede variar por un cambio de sexo o un cambio de humor. Nadie, ni siquiera los padres, pueden oponerse a estas prácticas o criticar la ideología de género que hay detrás so pena de fuertes sanciones. Por todos los medios a su alcance, en especial a través del sistema educativo, los poderes públicos quedan obligados a promover esa ideología.
La semana pasada se publicó el informe preceptivo de los letrados del Congreso. ¡Devastador! Descalifica jurídicamente 37 de los 90 artículos de la Proposición LGBTI. Con la excusa de crear un nuevo derecho, dicen los letrados, se machacan otros derechos fundamentales que sí están en la Constitución: libertad de pensamiento, libertad de expresión y derecho/deber de los padres a ejercer la patria potestad y tomar decisiones en la educación moral de sus hijos. La seguridad jurídica pierde su base cuando el género queda al albur del sentimiento. Lejos de evitar discriminaciones, la ley otorga unos privilegios al colectivo LGBTI que atentan contra la igualdad. Con una ley así, ¿quién no se apuntará al colectivo LGBTI?
El informe de los letrados no es vinculante. Podemos lo ha descalificado como retrógrado y confía que la mayoría progresista del Congreso sacará adelante la propuesta LGTBI. Antes de votar, los parlamentarios habrán de preguntarse quién progresa al torpedear la Constitución desde sus cimientos, desde el artículo 1.1 que “propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. Personalmente me inclino por retirar una propuesta que los letrados han declarado en fuera de juego. “Fuera de campo”, habría que decir. Además de contrariar el ordenamiento jurídico, ignora la propia naturaleza humana. Por favor, ¡basta ya de hacer experimentos con los niños!

La Tribuna de Albacete (07/05/2018)