lunes, 20 de noviembre de 2017

Libertad responsable, el binomio imprescindible

       Somos personas: individuos sociales. Individuos que necesitamos de los demás y que solo nos realizamos plenamente cuando contribuimos al bienestar social, empezando por el de las personas que tenemos al lado. Unas ideologías ponen el acento en el individuo. Otras, en la sociedad. Estas diferencias son inevitables. Serán compatibles si comparten el binomio “libertad responsable”. Es la piedra que cierra el arco de bóveda de una sociedad cada día más compleja. Debemos colocarla en su sitio para evitar que el edificio se nos caiga encima.   
El marxismo, el nacionalismo excluyente y los movimientos populistas contemporáneos  ponen el acento en la sociedad y las instituciones. El problema surge cuando el individuo se diluye en ellas y lo único que cuenta es el pueblo, la nación o la clase social. Los problemas políticos serían conflictos de intereses entre pueblos, naciones o clases. Se solucionarán automáticamente si damos todo el poder al pueblo bueno, a la nación buena o a la clase social buena. Responsabilidad del individuo, ninguna.
              El liberalismo pone el acento en el individuo y su libertad. Suena bien. Lamentablemente, algunos liberales olvidan que la sociedad también existe y que es algo más que la suma de los individuos. Uno y uno suman más de dos si la pareja se armoniza y cada uno asume sus responsabilidades. Menos de dos, en caso contrario. No podemos presuponer que los individuos actuarán responsablemente y que el mercado llevará a un equilibrio de poderes. Se necesitan instituciones que fomenten esa responsabilidad y castiguen a los que abusan del poder.    
                La crisis económica ha proporcionado el caldo de cultivo para la irrupción de nuevos movimientos populistas en el siglo XXI. Los partidos tradicionales los critican duramente pero acaban copiando sus estrategias irresponsables.  A unos y otros les gusta prometer cosas imposibles, confiando que el Estado las proporcionará desde arriba y a coste cero. Ni unos ni otros confían en el potencial de la libertad individual, ni se atreven a recordar a los votantes sus responsabilidades. 
La Tribuna de Albacete (20/11/2017)