domingo, 18 de septiembre de 2016

Subirse al ciruelo

"Realidad virtual”, 
es la expresión que emplean para cuadrar el círculo

                Anteayer asistí a la fiesta de graduación de una de mis hijas. De todos los discursos solo recuerdo la frase que pronunció el representante de los estudiantes: “Hay dos fechas claves en nuestra historia personal: cuando naces a la vida y cuando descubres el sentido de la vida que te han regalado”.
                Estas palabras rememoraron el libro de Francesc Torralba que leí este verano: “Por qué Pierre Anthon debería bajar del ciruelo”. El protagonista es un estudiante que, de buenas a primeras, decide subirse al ciruelo y pasar de todo, absolutamente de todo. No estamos ante la acción desesperada de un fracasado en los estudios o en el amor, comenta el autor. Al contrario, Pierre Anthon es uno de los estudiantes más brillantes de su clase y goza del cariño y apoyo incondicional de su familia. Su problema es que no encuentra sentido a la vida de los adultos que le rodean y que él parece abocado a continuar. Sin haber leído a Nietzsche ha caído presa del nihilismo postmoderno: nada tiene sentido en el gran teatro del mundo donde nos han lanzado sin pedirnos permiso.   
                 En la segunda parte del libro, Torralba desgrana siete razones, a modo de invitaciones para bajar del ciruelo. Las resumiremos en tres. Invitación a la interioridad: tomar conciencia de que mi vida es única e irrepetible y que yo puedo contribuir a mejorar el entorno donde me ha tocado vivir. Invitación a prepararse para cumplir mejor esa vocación, preparación que empieza por el dominio propio y por la seriedad en los estudios. Invitación a experimentar la satisfacción de ayudar a los demás, empezando por los de casa.

                La verdad es que yo no conozco muchos niños filósofos que hayan decidido subirse al ciruelo. Sí me tropiezo cada día con legiones de niños, jóvenes y adultos que se suben a la nube de internet para desconectar de la vida real. “Realidad virtual”, es la expresión que emplean para cuadrar el círculo. Me temo que también ellos pueden acabar presas del nihilismo postmoderno. El mejor remedio vuelve a consistir en experimentar la riqueza de la vida interior y la satisfacción de compartirla con los demás.
La Tribuna de Albacete (19/09/2016)