Pasen, pasen ustedes, vean,
participen y mejoren el “reality show”
donde nos ha tocado vivir
“Pasen, pasen ustedes,
vean y participen en el mejor “reality show” de su vida. Están ustedes en el
gran teatro del mundo”.
La
concepción de la vida como una gran tragicomedia de la que todos somos actores,
fue tema recurrente en el Siglo de Oro español. Alcanzó su máxima expresión en
el auto sacramental de Calderón de la Barca titulado “El gran teatro del
mundo”. Tanto en aquel Siglo de Oro como en este siglo del oropel, para la
mayoría de los adultos la vida se reduce a trabajar para comer y comer para
poder seguir trabajando. En la adolescencia, cuando las hormonas se alborotan, gozas
de una patente de corso para rebelarte contra las costumbres de los mayores.
Pero para comer no te queda más remedio que trabajar y la disciplina del
trabajo te reconduce al carril. ¡El ciclo de la vida continúa!
En el gran
teatro del mundo, unos pocos elegidos tienen derecho a subirse al balcón y
desde allí criticar a diestra y siniestra; o proponer reformas que solo
funcionan en sus mentes. Los políticos dominan, mejor que nadie, el arte de
fingir para conseguir los votos que requiere su continuidad en el balcón. La
parodia que hemos visto recientemente en el Parlamento español, así lo
atestigua.
Por fortuna,
dentro del drama general, caben algunos interludios jocosos. La feria de
Albacete, es uno de ellos. Marta Torres empezó su pregón de Feria con una provocación.
–¿Albaceteños, que preferís, Gobierno o feria? – ¡Feria, feria…!, respondió un
público ávido de desconectar de sus actividades ordinarias y del esperpento
político.
El símil del
“gran teatro del mundo” tiene, no obstante, un par de puntos débiles que nos
obligan a buscar otro mejor. Primero, no deja espacio a la libertad personal. La
verdad es que ninguno de nosotros está obligado a seguir un guion prefijado por
no se sabe quién. Segundo, niega la capacidad de estas personas libres para
dejar el mundo un poco mejor de cómo lo encontraron. El ciclo de la vida no es
una órbita cerrada. Podemos convertirlo en una espiral ascendente superando su
tendencia natural a la entropía.
Pasen, pasen
ustedes, vean, participen y mejoren
el “reality show” donde nos ha tocado vivir.
La Tribuna de Albacete (12/09/2016)