lunes, 14 de diciembre de 2015

París marca el clima

Acuerdo energético de máximos 
que ha requerido y requerirá mucha energía

La noche del pasado sábado las estrellas de Paris iluminaron toda la tierra, y eso que es redonda. Demostraron que el hombre es capaz de lo peor y lo mejor. De contaminar el planeta por un puñado de beneficios a corto plazo. Y de levantar la mirada hacia las generaciones futuras aunque debamos rascarnos el bolsillo y cambiar nuestra forma de producir y consumir. En París, 196 países se comprometieron a frenar las emisiones de CO2 para evitar el calentamiento global. Ello nos obliga a sustituir la energía fósil por las energías verdes antes de mediados de siglo. Un acuerdo energético de máximos que ha requerido y requerirá mucha energía.
El objetivo concreto es que, a finales del siglo XXI, la temperatura en la superficie de la tierra no supere en 1,5 grados a la que había antes de la Revolución Industrial. Al ritmo de contaminación actual, ese umbral hubiera sido rebasado en un par de décadas y en 2100 estaríamos cuatro grados por encima de la temperatura de 1800.
Es un acuerdo vinculante. Aquí radica la diferencia con el protocolo de Kioto de 1997 del que se desmarcaron los mayores contaminantes del planeta: EE.UU. y China. Sin imponer obligaciones concretas, el Acuerdo de Paris deja claro que a partir del 2020 todos y cada uno de los países deberán explicar las medidas que están realizando para reducir emisiones.
Que nadie sueñe en un proceso sencillo. ¿Qué pasará si el Senado estadounidense se niega a ratificar el acuerdo? ¿Y si China lo ratifica pero no lo cumple? ¿Y si las empresas energéticas exigen una indemnización billonaria por las plantas que han de cerrar? ¿Y si los ecologistas no consienten la energía nuclear que otros ven como la vía de transición?
Los países en vías de desarrollo son los que tienen más motivos para quejarse. “Vuestro desarrollo (dicen mirando a Europa y Norteamérica) se basó en la quema de carbón y petróleo. ¿Por qué nos negáis a nosotros esa energía barata? Los 100.000 millones anuales que hoy nos prometéis pueden quedar en agua de borrajas cuando llegue la primera crisis económica”. Será en esas circunstancias, no en la foto de París, cuando se demuestra que el hombre es capaz de lo mejor.

La Tribuna de Albacete (14/12/2015)