lunes, 19 de octubre de 2015

Premio Nobel a la clase media

Sólo cuando la clase media vuelva a crecer 
podremos hablar de una recuperación económica bien asentada

El 12 de octubre del 2015 Angus Deaton ganó el Nobel de Economía por sus estudios sobre la influencia de la distribución de la renta en el consumo, el crecimiento y el bienestar. No voy a entrar en sus aportaciones que tienen detrás muchos datos y tecnicismos. Pero no desaprovecharé la oportunidad de retomar uno de los temas clásicos de las ciencias sociales: la relación entre distribución y crecimiento.
Un hecho resulta incuestionable: desde 1990 la distribución de la renta y la riqueza en Occidente ha empeorado. Los ricos son más ricos y los pobres más pobres. No podemos concluir que la pobreza sea un efecto necesario del crecimiento pues encontraríamos abundantes ejemplos de signo contrario. La más alta y duradera expansión económica (la ocurrida tras la Segunda Guerra Mundial) mejoró la distribución de la renta, alumbrando una potente clase media. La creciente desigualdad de los últimos 25 años parece más bien relacionada con la financialización de la economía. Me refiero a la expansión de crédito para la compra de activos cuyo resultado ha sido la multiplicación de las burbujas bursátiles e inmobiliarias. De ahí, que no de la universidad, emergen los nuevos ricos.
El impacto de la distribución de la renta en el crecimiento todavía resulta más difícil de analizar. Una mayor concentración de la renta y el ahorro posibilita mayores tasas de crecimiento a costa de una mayor inestabilidad. Las economías latinoamericanas suministran el mejor ejemplo. Cuando los perceptores de rentas del capital se toman un respiro en la reinversión de sus ahorros o los desvían al extranjero, la economía nacional se hunde estrepitosamente
Una distribución más equilibrada favorecería la estabilidad económica aunque restara algún punto a la tasa potencial de crecimiento. Es lo que estábamos acostumbrados a ver en Occidente. Hablo en pasado pues la crisis financiera de 2007 se encubó en los Estados Unidos y se llevó a bancos y empresas americanas y europeas.

Conjugar la equidad distributiva con el desarrollo, he aquí nuestro reto actual. Quien desee un progreso sostenido y una democracia bien asentada deberá devolver el protagonismo a la clase media. Sólo cuando la clase media vuelva a crecer podremos hablar de una recuperación económica bien asentada.

La Tribuna de Albacete (19/10/2015)