lunes, 14 de septiembre de 2015

La "rentrée"

Más de uno aprovechará la ocasión para hacerse 
una "selfie" solidaria

Me gusta esta palabra: “rentrée”. Los franceses la utilizan para ilustrar esa mezcla de esfuerzo e ilusión que supone la vuelta a las actividades normales tras las vacaciones estivales. Los niños al cole; los padres a la rutina del trabajo con horarios normalizados; y, por la noche, todos a sus nidos. La “rentrée” más espectacular que conozco es la de Albacete donde el verano se acaba con la traca final de la Feria.  
Miles de personas están viviendo su “rentrée” de forma dramática. Aspiran a entrar en la UE, esa tierra prometida que mana leche y miel. Aunque ellos sólo pudieran relamer las gotas que caen al suelo, comerían mejor que en sus países de origen. En el Este de la UE unos 120.000 refugiados sirios llaman a la puerta de Austria y Alemania. Al ritmo que avanza el Estado Islámico el número de refugiados podría elevarse a varios millones. Por el sur sentimos la presión de la pobreza africana. En lo que va de año, unas 350.000 personas se han lanzado al Mediterráneo; 2.500 perdieron la vida en el intento. Con facilidades legales o sin ellas, la avalancha de emigrantes en un futuro próximo puede superar cualquier registro histórico.
En este drama histórico, la UE y el resto de países ricos de Occidente, tienen varios cometidos importantes. Ante todo atender con calidad humana a estas personas cuyas vidas penden de un hilo. No hay excusas que valgan: la persona humana está por encima de todo. En segundo lugar, ayudar al desarrollo de esas regiones lo que evitaría la emigración forzosa y masiva, tan difícil de digerir.  
Aquí sí que caben condiciones. Esa ayuda debiera estar vinculada a la creación de un estado democrático de derecho. La prosperidad de Occidente no se debe a un regalo del cielo ni es exclusiva de una raza y una cultura particular. Se trata de una combinación de la libre iniciativa privada (llámese “capitalismo”) y del estado democrático de derecho. Asia es el ejemplo a imitar.
Quienes viven pendientes de la fama o el voto, aprovecharán la coyuntura para hacerse una “selfie" solidaria. Lo importante es que todos trabajemos en sentar los cimientos de un nuevo orden internacional. Un sistema que permita a cada persona y a cada pueblo ganarse el pan por sí mismos.
La tribuna de Albacete (7/09/2015)