lunes, 16 de marzo de 2015

Localizador (2): arriba-abajo

Iniciativa motora del sistema económico:
¿de arriba-abajo o de abajo-arriba?

 El segundo criterio para localizar a los partidos políticos (y a nosotros mismos) atiende al motor del sistema económico. ¿Cómo organizar los procesos que generan los bienes y servicios demandados por las personas y organizaciones? ¿De arriba-abajo como proponen los intervencionistas? ¿O de abajo-arriba como proponen los eco-liberales?
La respuesta histórica no deja de ser sorprendente. La izquierda, liberal en lo social, se vuelve intervencionista al entrar en el terreno económico. Desconfían de la iniciativa privada y de las fuerzas ciegas del mercado que llevan al “capitalismo salvaje”. Y confían plenamente en el Estado a quien encargan de domar el mercado a base de leyes y más leyes. También de prestar los bienes y servicios más importantes que acabarán siendo la mayoría.
A los economistas liberales esta confianza pueril en el Estado les parece una quimera que se paga con corrupción, despilfarro e ineficiencias de todo tipo, empezando por el desempleo. En la “sociedad abierta” en la que vivimos, ellos prefieren confiar en la mano invisible del mercado, esto es, en la iniciativa individual, basada en la propiedad privada, coordinada por el mercado y presionada por la competencia.   
Hasta aquí los que dicen los economistas. En la práctica, la izquierda y derecha tradicionales, cohabitan, a diferentes alturas, en la parte alta del eje vertical.  Llegados al poder pocos políticos se resisten a controlarlo todo. Cuanto más dinero pase por sus manos más poderosos creen ser.

La herencia cultural de cada territorio también importa. La izquierda norteamericana es más liberal en lo económico que la derecha europea. En Europa casi todos los partidos aceptan el legado del Estado del Bienestar. Las diferencias habrá que buscarlas en la gestión. Para conseguir esa enseñanza de calidad que todos deseamos, la derecha liberal insistirá en la necesidad de introducir competencia entre los centros escolares (públicos y privados). Los impuestos, con los que se costean esos servicios públicos, habrán de moderarse para no destruir el sistema productivo que los genera. La regulación del contrato laboral y del subsidio de desempleo habrá de ser lo suficientemente flexible para animar a los empresarios a contratar y a los trabajadores a buscar un nuevo trabajo tan pronto como lo pierdan. 
La Tribuna de Albacete (16/03/2014)