lunes, 12 de enero de 2015

Terrorismo cercano y lejano

¡Ojalá y los atentados de París nos forzaran a levantar nuestra mirada a tantas víctimas inocentes en tantos países!

Hoy (domingo) todos los periódicos abren con el atentado terrorista en París y la manifestación contra el yihadismo que ha reunido a los líderes políticos mundiales, entre ellos, el primer ministro de Israel y la autoridad Palestina. El atentado se cobró veinte muertos incluidos los dos terroristas quienes decían vengar a Mahoma por unas caricaturas infames.
Mientras leo estas noticias un flash en la pantalla de mi ordenador me informa de un atentado terrorista en  Nigeria. Está liderado por el grupo Boko Haran que en castellano significa “la educación occidental es pecado”. La cifra de muertos en la ciudad de Baga se eleva a 2000. Añádanse otros tantos heridos y varias decenas de mujeres jóvenes que han sido raptadas como esclavas sexuales.
Busco noticias conexas. No es fácil pues, al parecer, el terrorismo en esos países no es noticia. Me entero que ayer en un mercado de Madiguri una niña de 10 años se inmoló, segando la vida de otras veinte personas. ¡A saber el adoctrinamiento que habrá recibido esa niña hasta convencerse de que lo suyo era el martirio! El año 2014 se inició con la quema de una iglesia abarrotada de feligreses. Siguió la quema de 250 colegios. El último la semana pasada, 200 muertos. La cifra de asesinatos terroristas en tierras nigerianas durante el 2014 no debe ser muy inferior de 10.000.
Me parece loable el repudio generalizado de los atentados de Paris y la solidaridad de todos los mandatarios del globo. Pero, me pregunto con pena, ¿no podría llegar esa solidaridad a Nigeria y otros países del Tercer Mundo que sufren atentados recurrentes y mucho más graves? ¿Podemos desentendernos de los atentados contra los derechos humanos perpetrados en el resto del mundo? ¿Y si hubiera alguna conexión entre unos y otros?
No es fácil luchar contra el terrorismo; menos cuando nos situamos ante fanáticos que no valoran ni la vida ajena ni la propia. Algo remediaríamos si la ayuda humanitaria al Tercer Mundo fuera vinculada al compromiso de los gobiernos por respetar los derechos humanos y combatir el terrorismo local. ¡Ojalá y los atentados de Paris nos forzaran a levantar nuestra mirada a tantas víctimas inocentes en tantos países!

 La Tribuna de Albacete (12/01/2015)