¡Me
maravilla la inocencia del Primer Ministro británico!
La mayoría
de escoceses votó NO a la independencia. Con ojeras de varios días, David
Cameron se congratuló por la desaparición del problema escocés para siempre o,
al menos, hasta la próxima generación. A su entender, la generación actual sólo
abrirá la boca para dar las gracias a Londres por su disponibilidad para
concederle nuevas competencias.
¡Me
maravilla la inocencia del Primer Ministro británico! El 45% de los escoceses
que votaron SI continúan dentro y pedirán otro referéndum tan pronto tengan la
oportunidad. La historia reciente de Quebec así lo confirma. Por otra parte, la
concesión de más poderes a Edimburgo, sobre todo en temas de educación e
información, multiplicará las voces independentistas. Así lo confirma la España
de las Autonomías. El electorado escocés podría dar un vuelco tras una década de
Gobierno nacionalista centrado en lavar el cerebro de los niños en las escuelas
y de presentarse como víctimas en cada telediario.
Lo que sí
podrían aprender los británicos de España y de la mayoría de países
democráticos es la importancia de contar con una Constitución escrita que
vincula al Parlamento y al Gobierno de turno. Bajo el actual sistema jurídico,
cuando el Gobierno británico precise un puñado de votos, puede caer en la tentación
de pasar por el Parlamento otra convocatoria de referéndum para contentar a los
nacionalistas. En España esta tentación nacería muerta pues el Parlamento no
puede autorizar algo expresamente prohibido en su Ley Fundamental. A propósito,
esta es la diferencia radical entre el referéndum escocés liderado por Alex
Saldmon y la ley de consultas con la que el Artur Mas pretende iniciar el proceso
de secesión. En España este proceso debe necesariamente empezar por una reforma
constitucional que transfiera la soberanía al pueblo español para dársela a los
habitantes de sus regiones o municipios.
Sr.
Cameron, el problema escocés escocía hace unos días y seguirá escociendo hasta
que la gente se percate de que los vientos de la historia empujan hacia una
mayor integración territorial y una mayor libertad individual. Los separatistas
se resisten a ambas corrientes.
La Tribuna de Albacete (14/09/2014)