Casi cada día del año está destinado a recordarnos
algo. Que si el día del cáncer de colon,
que si el día del medio ambiente, que si el día del orgullo gay…
Propongo que se dedique un día al año a “Pensar bien de los demás”. Podríamos
empezar hoy, 7 del 7 del 14. Una fecha así, capaz de ser expresada en una
ecuación (7+7=14), no debiera pasar inadvertida. Os contaré mi experiencia.
Mi vecino se
ha levantado de madrugada y no se la ocurrido otra cosa que ponerse a cantar en
la ducha. “Habrá tenido una mala
noche y está tratando de ahuyentar los fantasmas” pensé después de tragar saliva. El mismo vecino acabó la jornada con
veinte minutos de conversación telefónica “a grito pelao”. “Habrá tenido un mal día”, concluí yo. Desde
aquel día me llevo mejor con mi vecino.
Mientras
cruzaba la calle para ir al garaje, un conductor sacó la cabeza para reñirme: “¿A
quién se le ocurre pasar el semáforo en ámbar?” En el mismo lugar, unos minutos
después, soy yo quien tengo que frenar para no atropellar a un peatón que grita
indignado: “¿A quién se le ocurre pasar el semáforo en ámbar?” Yo les respondo
a ambos levantando el pulgar en señal de arrepentimiento y agradeciendo la
lección.
Mientras
conduzco hacia el trabajo escucho la radio. Algunos locutores antes de contar
la noticia ya están echando las culpas al Gobierno. En un día tan especial como
hoy no puedo menos de compadecer a los ministros: “Qué difícil debe ser gobernar un país”.
Escuchando las escaramuzas internas del partido de la oposición concluyo: “Más
difícil debe ser contentar a los miembros de un grupo político cuando los
resultados electorales no acompañan”. Cierro el aparato deseando suerte a unos
y otros.
Y así paso
el día tratando de comprender y excusar a mis jefes y subalternos, a mis hijos
y a mi mujer, a quienes me dan un pisotón o me regalan una sonrisa equivocada. Por
la noche dormí de un tirón. Ni la ducha de mi vecino me despertó de madrugada.
Y es que el pensar bien ayuda a dormir mejor, a tener una visión más realista
de la humanidad, a hacer amigos y conservarlos.
La Tribuna de Albacete (07/07/2014)