domingo, 13 de noviembre de 2022

Hermes, huida hacia arriba

 

Hoy he soñado con Hermes. En la mitología griega, Hermes es el dios del comercio, protector de aventureros y ladrones, capaz de embaucar a dioses y mortales en su huida hacia el cielo. Su símbolo es el cadúceo: dos serpientes que ascienden por un palo. El máximo poder lo conseguirá quien antes toque la esfera alada que corona el bastón de mando. Esa bola simboliza la plenitud, pero también la vanidad, la presunción y la soberbia. Nadie la ha alcanzado, y de conseguirlo se desintegraría al instante. En este mundo de mortales, la plenitud es una quimera.  

En mi subconsciente veía la serpiente Sánchez (me resisto a creer que sea la del PSOE) y la serpiente Esquerra Republicana, con tantas cabezas como pretendientes al trono. La primera iba una cabeza por delante. No le quedaba más remedio si quería mantener el liderato y demostrar que era él quien mandaba, obsequiaba a los buenos y castigaba a los malos. La segunda también parecía satisfecha. Podía escucharse: “Vale, tú mandas, pero no has de olvidar quién te sostiene”.

 El secreto de la convivencia se basaba en mantener vivo el objetivo final de la independencia y y entretener la espera con favores anuales. Lo primero que la serpiente Sánchez prometió (y concedió) fue un juicio benévolo (sedición en lugar de rebelión). Segundo, un indulto generoso. Tercero, rebajar del delito de sedición a una mera algarada política. Cuarto, autorizar un referéndum consultivo, sin trascendencia política. Quinto, proclamar de la independencia de Cataluña en base a los resultados de aquel referéndum en el que solo participaron los independentistas.

  Me desperté por el estruendo de una multitud que pedía: “Moción de censura YA; estamos hartos de huir hacia arriba”.

La Tribuna de Albacete 14/11/2022