El Premio Nobel
de Economía ha recaído este año en Ben Bernanke, Doublas Diamond y Philip Dybrig
por sus estudios sobre “el papel de los bancos en la economía, especialmente en
contexto de crisis”.
Desde sus
inicios, el papel de la banca en la economía ha estado envuelto en
controversia. ¿Cómo autorizar esas instituciones mágicas, llamadas bancos, que crean dinero de la nada? El
dinero bancario (que hoy día representa el 95% de los medios de pago), se crea
por el mero hecho de conceder un crédito que al instante se materializa en
depósitos. El problema de la banca de depósito reside en su vulnerabilidad a
los “rumores”. ¿Qué pasa si los depositantes no se fían del banco A y acuden en
masa a retirar sus depósitos? Pues un pánico financiero a semejanza de los que asolaron
nuestras economías em los dos últimos siglos. En la década de 1980, los
economistas Diamond y Dybrig propusieron obligar a la banca a pagar un seguro
de depósitos. ¡Y acertaron! Los pánicos financieros desaparecieron como por
ensalmo.
Por las
mismas fechas, Ben Bernanke resolvió otro problema no menos grave. ¿Cómo evitar
la insolvencia de los bancos cuando el valor de sus activos financieros se
hunde por la desconfianza que genera cualquier crisis? -Utilizar el
Banco Central como “salvador en última instancia”. Esto es lo que hizo Bernanke
en la crisis de 2008 siendo director de la Reserva Federal de los EE.UU. Compró
todos los activos tóxicos de la banca y les dio, a un interés cero el crédito
que le pidieron.
Lo único que Bernanke
no consiguió fue que los nuevos créditos se dirigieran a inversiones productivas
en lugar de especulativas. El economista que canalice el crédito bancario hacia
la inversión productiva bien merece el próximo premio Nobel de economía. ¡Aquí
no hay magia que valga!
La Tribuna de Albacete (18/10/2022)