Seguimos analizando el Debate del Estado de la Nación (DEN). Hoy nos centraremos en la política de rentas como estrategia antiinflacionista propuesta por el Gobierno. La historia ha demostrado su utilidad cuando un brote inflacionista generado por el aumento del coste de la energía se propaga por aumentos salariales desvinculados de la productividad y gastos sociales financiados con dinero fácil. Los Pactos de la Moncloa (octubre 1977) suministran el mejor ejemplo de una política de rentas exitosa. Lograron atajar una espiral inflacionista que en cuatro años elevó el IPC del 5% al 24,5%. El problema de tales “pactos sociales” es que exigen muchos sacrificios a muchos grupos. No es fácil llegar a un acuerdo sensato y mantenerlo el tiempo necesario.
Levantasteis en la costa Este del país una magnífica Estatua de la Libertad. Para evitar que América se escore y hunda en el Atlántico, urge levantar en la costa Oeste la Estatua de la Responsabilidad (Viktor Frankl)
domingo, 24 de julio de 2022
DEN/2: Política de rentas
El quid de la política de rentas consiste
en convencer a los sindicatos que dejen de relacionar el aumento del salario
nominal con las últimas subidas de los precios y pasen a hacerlo con la tasa de
inflación anunciada por el Banco de España. La Sra. Yolanda Díaz, ministra de
Trabajo, tiene razón al afirmar que altos salarios son compatibles con fuerte
crecimiento. Olvida que, en las condiciones actuales, el primer paso es el
control de la inflación. A continuación debe buscarse la senda de crecimiento
estable que relacione los incrementos salariales con los incrementos de
productividad.
El sacrificio de las empresas
podría consistir en aceptar mayores tipos impositivos sobre los beneficios
extraordinarios. No una quita de tres mil o cuatro mil millones de euros, sino un incremento del
tipo impositivo sobre beneficios extraordinarios reales. Sería deseable que el
Gobierno dirija los nuevos impuestos a reducir la deuda pública, auténtica
bomba de relojería en la sala de máquinas. Lo mejor contribución del Gobierno, consiste
en predicar con el ejemplo, eliminando gastos innecesarios. En el caso de
España, el número de ministerios podría reducirse a la mitad, y la media de
consejeros por ministerio bajar de 40 a 4. A la RFA le bastan 15 ministerios para
conseguir un crecimiento fuerte y estable, suficiente para suministrar todo
tipo de servicios a una población que dobla la española. La Tribuna de Albacete (25/07/2022)