lunes, 7 de marzo de 2022

Refundar la ONU

Unos datos para ambientar la problemática del gasto militar. Pertenecen al 2020. La primera cifra indica el gasto militar en miles de millones de dólares. La segunda el porcentaje del PIB que esa cifra representa.  USA: 778 y 3,7%. China: 252 y 1,7%. Rusia 62 y 4,3%. Arabia Saudí: 58 y 8,4%. Francia 54 y 2%. España: 17 y 1,4%. 

¿Suficiente para asegurar la defensa nacional? –No. Y lo que es peor, el problema no se soluciona aumentando el gasto militar. Esta es la gran peculiaridad del gasto en defensa. La cantidad y calidad de la sanidad y la educación de un país están positivamente relacionadas con el dinero asignado a hospitales y escuelas. La seguridad de un país contra sus potenciales invasores no depende tanto de su gasto militar, como del gasto de los vecinos. De poco servirá que España lo doble (hasta 34 Mm€), si Marruecos lo sube a 50.

Afortunadamente la solución es factible y barata. Basta con que la ONU centralice el servicio de defensa de los países que la integran. Renunciando a un ejército propio, y enviando a la ONU el 1% de su PIB, los países dispondrían de más recursos para atender el orden público interno y los servicios sociales. Con ese pequeño porcentaje de gasto y un 10% de los soldados actuales, la ONU podría disuadir cualquier invasión. Los rebeldes quedarían derrotados antes de 24 horas. 

En tiempos de paz, que previsiblemente serán la mayoría, parte de los recursos de la ONU podrían dedicarse a otros problemas globales como el desarrollo del Tercer Mundo, el cambio climático o pandemias. ¡Y basta! El descrédito actual de la ONU proviene de inmiscuirse en guerras que no le competen. Estoy pensando en su manía por implantar la nueva moral universal que le dictan las ideologías dominantes en cada momento.

La Tribuna de Albacete (7/02/2022)