Reiniciamos el curso escolar con normalidad, ¡excelente noticia!
La plena normalización de la enseñanza no se conseguirá hasta que los expertos
lleguen a un consenso mínimo sobre los objetivos, metodologías y contenidos de cada
etapa educativa. Estoy hablando de expertos educativos, no de políticos; de
metodologías didácticas, no de estrategias políticas e instrumentos de
ideologización. Desde mi modesta perspectiva de profesor daré mi opinión sobre tres
temas que son una fuente permanente de confusión. Este artículo bien podría titularse “carta de
un viejo profesor a las últimas declaraciones del Ministro de Universidades”.
Memoria. Cada
una de las ocho leyes educativas de los últimos cuarenta años, empieza por
condenar la enseñanza memorística. Es evidente que aprender no es memorizar. No
menos cierto es que la memoria es una de las potencias constituyentes del ser
humano; ayuda en muchos quehaceres, incluido el aprendizaje. La clave está en
combinar memoria y práctica. Expliquemos al alumno los diferentes tipos de
oraciones gramaticales y pidamos que resuma lo explicado con sus propias palabras
y ejemplos.
Internet. Las
nuevas tecnologías cumplen un papel fundamental en la enseñanza. Nadie lo pone
en duda. Pero sería un error concluir que no vale la pena explicar lo que el
alumno puede encontrar en internet. En internet está todo, pero hay que saber
entender lo que allí se escribe y discriminar lo bueno de lo malo. Para eso se
necesita mucho estudio en el aula y en clase. Internet será una maldición si desplaza
el estudio y la reflexión personal.
Exigencia. La vida
es muy exigente. La exigencia en los estudios ayudará a nuestros alumnos a
afrontarla con éxito. Su inteligencia y voluntad crecerá con el esfuerzo. Quienes
desean eliminar el fracaso escolar eliminando los suspensos o los
exámenes de recuperación, están labrando el fracaso vital de esos niños
y jóvenes.
La Tribuna de Albacete (13/09/2021)