A la segunda va la vencida ...
si el sistema electoral ayuda
Elecciones generales, España 2015 (20D). PP:
35% de los escaños; PSOE: 25%; Podemos: 20%; Ciudadanos: 11%. ¡Imposible formar
Gobierno! Elecciones 2016 (26D): PP: 38%; PSOE: 24%; Podemos: 19%; Ciudadanos,
9. Se necesitaron 10 meses para formar gobierno, un gobierno a quien no dejan
gobernar. Estamos en mayo y todavía no se han aprobado los Presupuestos
Generales del Estado. Para conseguir el apoyo de los 5 diputados del PNV el
Gobierno ha debido pagar un peaje de 4000 millones de euros. Otro tanto habrá
de hacer con el diputado independiente de Canarias que, unido a los de
Ciudadanos y el PNV, daría la mayoría parlamentaria a la coalición liderada por
el PP.
Elecciones
Presidenciales de Francia en 2017. Primera vuelta, 24 de abril: Macron (nuevo
partido de centro que muchos asemejan a Ciudadanos): 24%; Le Pen (extrema
derecha): 21,3%; Fillon (derecha): 20%; Melenchon (extrema izquierda inspirada en
Podemos): 19,5%. Segunda vuelta, 7 de mayo 2017: Macron: 66%; Le Pen: 34%. ¡Habemus
Presidente! El problema de la gobernabilidad ha quedado resuelto hasta las
próximas lecciones que darán al pueblo la posibilidad de juzgar con su voto la
labor del presidente y de su gobierno.
Será por la
crisis económica. Será un ramalazo de la revolución de las TIC. Lo cierto es
que, en casi todos los países europeos, el voto político se ha fragmentado
impidiendo la formación de mayorías estables. La diferencia estriba en las
soluciones implícitas en la propia ley electoral. La francesa permite
reconstruir un gobierno estable en una segunda vuelta a la que sólo se
presentan los dos partidos más votados.
En el sistema español han de repetirse elecciones sin garantía alguna de
conseguir una mayoría estable. Rajoy preside un puzle de Taifas en continuo
movimiento.
Esta es la
primera lección que nos ha enseñado Francia. Urge reformar la Constitución española
para introducir un sistema electoral que asegure la gobernabilidad durante
cuatro años a los cuales seguiría una rendición de cuentas ante el electorado.
Con el sistema actual no es posible ni gobernar ni exigir responsabilidades al
gobierno. Dentro de cuatro años, ¿de qué podrá responsabilizar la oposición al
PP de Rajoy si no ha hecho otra cosa que atarle de pies y manos?
La Tribuna de Albacete (15/05/2017)