domingo, 14 de mayo de 2017

Lecciones de Francia

A la segunda va la vencida ... 
si el sistema electoral ayuda

 Elecciones generales, España 2015 (20D). PP: 35% de los escaños; PSOE: 25%; Podemos: 20%; Ciudadanos: 11%. ¡Imposible formar Gobierno! Elecciones 2016 (26D): PP: 38%; PSOE: 24%; Podemos: 19%; Ciudadanos, 9. Se necesitaron 10 meses para formar gobierno, un gobierno a quien no dejan gobernar. Estamos en mayo y todavía no se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado. Para conseguir el apoyo de los 5 diputados del PNV el Gobierno ha debido pagar un peaje de 4000 millones de euros. Otro tanto habrá de hacer con el diputado independiente de Canarias que, unido a los de Ciudadanos y el PNV, daría la mayoría parlamentaria a la coalición liderada por el PP.
Elecciones Presidenciales de Francia en 2017. Primera vuelta, 24 de abril: Macron (nuevo partido de centro que muchos asemejan a Ciudadanos): 24%; Le Pen (extrema derecha): 21,3%; Fillon (derecha): 20%; Melenchon (extrema izquierda inspirada en Podemos): 19,5%. Segunda vuelta, 7 de mayo 2017: Macron: 66%; Le Pen: 34%. ¡Habemus Presidente! El problema de la gobernabilidad ha quedado resuelto hasta las próximas lecciones que darán al pueblo la posibilidad de juzgar con su voto la labor del presidente y de su gobierno.
Será por la crisis económica. Será un ramalazo de la revolución de las TIC. Lo cierto es que, en casi todos los países europeos, el voto político se ha fragmentado impidiendo la formación de mayorías estables. La diferencia estriba en las soluciones implícitas en la propia ley electoral. La francesa permite reconstruir un gobierno estable en una segunda vuelta a la que sólo se presentan los dos partidos más votados.  En el sistema español han de repetirse elecciones sin garantía alguna de conseguir una mayoría estable. Rajoy preside un puzle de Taifas en continuo movimiento.
Esta es la primera lección que nos ha enseñado Francia. Urge reformar la Constitución española para introducir un sistema electoral que asegure la gobernabilidad durante cuatro años a los cuales seguiría una rendición de cuentas ante el electorado. Con el sistema actual no es posible ni gobernar ni exigir responsabilidades al gobierno. Dentro de cuatro años, ¿de qué podrá responsabilizar la oposición al PP de Rajoy si no ha hecho otra cosa que atarle de pies y manos?

 La Tribuna de Albacete (15/05/2017)