Como no saben ni quieren saber de límites económicos...
¿Te gustaría
tener una renta vitalicia e incondicional superior al salario mínimo, tanto
cuando estés trabajando como cuando quedes en paro o te jubiles? Esto es lo que preguntaron a los suizos hace
ocho días. El 78% votó “NO”.
La renta básica universal es una idea antigua. Algo de
bueno debe tener para que haya concitado la atención de economistas de
diferente formación teórica e ideología. Milton Friedman, liberal donde los
haya, denunció que el estado del bienestar alimentaba la cultura del subsidio,
creaba “trampas de pobreza” y destruía la eficiencia económica. ¿Qué incentivo
para buscar trabajo puede tener un parado si al encontrarlo pierde el subsidio
de desempleo? Mejor, concluyó, garantizar a todos una renta básica que les alimente
mientas estén parados y les permita reducir sus impuestos cuando logren un
empleo bien remunerado. Según sus cálculos, el esquema podría pagarse con la
parte del presupuesto que es succionada por la actual telaraña de subsidios a
empresas y particulares.
No faltan
defensores de la renta básica entre los premios Nobel más proclives al
intervencionismo estatal. James Tobin y Paul Krugman la invocan como un
instrumento para luchar contra la desigualdad creciente del capitalismo y contra
el estancamiento secular de economías con problemas de demanda efectiva. Como
son economistas, hubieron de hilar fino para no llevar al estado a la
bancarrota.
En el
terreno político, la magia de la renta básica es aireada de vez en cuando por
partidos populistas, tipo Podemos. Como no saben ni quieren saber de límites
económicos, lo tienen más fácil. El
parado podemita está de suerte, cobraría la renta básica, más el subsidio de
desempleo, más el resto de subsidios acumulados hasta la fecha. Friedman les
preguntaría: ¿Qué incentivo tendrá para buscar trabajo? Tobin añadiría: ¿Quién
pagaría la fiesta a la que, sin duda, se apuntarán todos los vagos del mundo? –Subiendo
impuestos a los ricos, es su respuesta preferida. Pero, ¿y si éstos se marchan
o dejan de invertir?
A lo
mejor, el 78% de los suizos que rehusó una renta vitalicia e incondicional, no
están locos. Prefieren conservar una economía productiva que les dé
oportunidades de trabajar y un sistema de subsidios que anime a buscar un nuevo
puesto a quien tenga la desgracia de perderlo.
La Tribuna de Albacete (13/06/2016)