domingo, 19 de junio de 2016

Referéndum, elecciones y Estado de Derecho

El referéndum de Podemos supone un golpe al Estado de Derecho 
tan grave como la declaración unilateral de independencia

               Dos hechos marcan la agenda europea de la semana que iniciamos: el referéndum británico y las elecciones generales en España. Los dos tienen un elemento común (la desafección de una parte de la población con las instituciones vigentes) y otro diferencial (el respeto o la falta de respeto al Estado de Derecho).
               Mucha chicha para un solo párrafo. Lo explicaremos más despacio. El referéndum del día 23 ha sido un órdago del Primer Ministro, David Cameron, a los euroescépticos británicos, mayoría en su propio partido. “Si me votáis, les dijo, os prometo un referéndum vinculante sobre la permanencia en la UE”. Sin entrar a valorar el fondo del asunto, hay que reconocer que las formas son correctas. En una confederación como la UE, es legítimo un referéndum  local por la escisión.
               Un problema de separatismo planea también sobre las elecciones españolas. Posiblemente sea el principal problema que ha impedido la formación de Gobierno. No es un problema baladí. Está en jaque la pieza clave de la civilización occidental: el respeto a los principios del Estado de Derecho. En España, como en cualquier estado democrático de derecho, existe el derecho a decidir y la obligación de decidir conforme a derecho. Ya en el primer artículo de la Constitución queda claro que un cambio en la organización territorial (central, autonómico, federal o confederal) y en la forma de estado (monarquía o república) requiere una reforma constitucional aprobada (por mayoría cualificada) en el Parlamento y en un referéndum nacional. No hay atajos posibles.

En el RU, Cameron ha promulgado un referéndum por el Brexit, matizando que él votará NO. Podemos promete lo mismo: un referéndum en Cataluña donde sus afiliados votarán NO a la escisión. La diferencia radica en que en el primer caso el referéndum es legítimo, en el segundo no, al faltar esa reforma constitucional previa que compete a todos los españoles. El referéndum de Podemos supone un golpe al Estado de Derecho tan grave como la declaración unilateral de independencia por un gobierno o parlamento regional. Algunos lo interpretarán como un golpe de estado del que hay que defenderse con todo el arsenal de medios previstos por la propia Constitución. 
La Tribuna de Albacete (20/06/2016)