lunes, 18 de enero de 2016

Kant en campaña

¡Lástima que la razón vaya perdiendo peso 
en la cultura postmoderna!

Las campañas electorales en España eran largas; ahora tienden a ser permanentes. Aprovechando esta circunstancia comentaré un episodio de la última campaña que se quedó en mi tintero. Se trata del debate en la Universidad Carlos III de Madrid entre los líderes emergentes: Pablo Iglesias y Albert Rivera. A la pregunta del moderador (Carlos Alsina) sobre qué texto de filosofía recomendarían a los universitarios españoles, Iglesias afirmó tajante: “Ética de la razón pura” de Kant. A Rivera le pareció bien, pero confesó que no había leído nada del filósofo prusiano.
El lado cómico del asunto es que no hay ningún libro con ese título. Immanuel Kant trata los aspectos éticos en la “Crítica a la razón práctica” y en “Fundamentos de metafísica de las costumbres”. El lado preocupante es que ni los candidatos ni los electores conozcan los aspectos positivos de los grandes filósofos. Todos tienen algo aprovechable. Las reflexiones éticas del filósofo de la modernidad podrían servir como antídoto a la desorientación a la que nos ha llevado la filosofía postmoderna.
El primero de los imperativos categóricos de la ética kantiana puede resumirse así: “Tus acciones serán moralmente correctas si responden a criterios que pueden universalizarse”. Uno puede tener la tentación de matar, robar o mentir. Pero nunca se atreverá a proponer esas conductas como reglas de conducta so pena de desintegrar la sociedad. Por la misma lógica, nadie en su sano juicio puede pretender saltarse las normas del Estado de derecho y declarar a las bravas la independencia, la república o la abolición de la propiedad privada. Si todos obraran así, el nuevo Estado independiente duraría cuatro días.
El segundo imperativo categórico nos recuerda que “las personas son fines en sí mismas; nadie puede utilizarlas como medios”. El posmodernismo actual más parece discípulo de Maquiavelo que de Kant. Nos quiere hacer creer que es posible manipular (e incluso matar) a un ser humano si detrás hay buenas intenciones. “El fin justifica los medios”, que diría el filósofo italiano.
     Una última observación. La expresión “imperativos categóricos” la utiliza Kant como contrapunto a los “imperativos hipotéticos”. Los segundos admiten una variedad de matices según las circunstancias concretas. Los imperativos categóricos obligan siempre y a todos. No los impone el legislador sino la razón. ¡Lástima que la razón vaya perdiendo peso en la cultura postmoderna!
La Tribuna de Albacete (18/01/2016)