Este verano, mientras en el Oriente Medio sonaban
tambores de guerra, he releído el libro autobiográfico de Joseph Fadelle, “El precio a pagar” (Rialp, 2012). El verdadero
nombre del autor es Mohamed Al-Sayid. Nació en Irak en 1964 en la dinastía
chiita de los Moussaoui, una de las más
influyentes del Islam. A los 14 años dejó de estudiar para centrarse en las
funciones genuinas de un líder religioso: mandar a diestra y siniestra, combatir
a los sunitas y perseguir a los cristianos.
En la dictadura de Hussein, hasta
los líderes religiosos debían realizar un campamento de tres meses para
librarse del servicio militar. El compañero de habitación de Fadelle resultó
ser un cristiano que pronto le cautivó por su amabilidad. En lugar de entrar en
discusiones teológicas, recomendó a Fadelle leer el Corán pensando críticamente
en las máximas propuestas por Mahoma y en las consecuencias de aplicarlas al
pie de la letra. A continuación, le invitó a leer y practicar el Evangelio que comienza con el nacimiento de Jesús en Belén y acaba con su muerte en la cruz,
perdonando a sus enemigos. Fadelle se convirtió al cristianismo y atrajo, a su
esposa Anouar utilizando el método de Jesús: amar al prójimo como Él nos había amado.
La reacción chiita no se hizo
esperar. Sus hermanos le persiguieron a muerte por Irak y Jordania. No le quedó
más remedio que exiliarse a Francia. Hoy Joseph vive en París con su familia.
Preguntado por lo que más le había costado en su proceso de conversión, no dudó
en afirmar: El perdón a mis propios hermanos; fue el precio que Dios me pidió
para cimentar el respeto mutuo entre las grandes religiones monoteístas de la
humanidad.
La Tribuna de Albacete, 02/09/2024