lunes, 12 de septiembre de 2022

Ese aguafiestas llamado "tipo de interés"

Queridos lectores de la Tribuna de Albacete. Me llaman “tipo de interés” y me voy a tomar la licencia de contarles cómo he influido en su vida. La mía es una historia llena de sobresaltos y, a mi entender, bastante injusta.    

 La década de los ochenta se caracterizó por los altos tipos de interés. Aquello era un no-vivir. ¿Recuerdas? Tú no te atreviste a comprar una vivienda pues el  interés de los créditos hipotecarios superaba el 15%. En los noventa, los bancos centrales (BC, que son quienes  regulan el mercado monetario) apostaron por tipos bajos. Lamentablemente la caída de los tipos disparó el precio de los activos. La casa que antes de costaba cien mil euros pasó a valer tres cientos mil. ¡Ya van dos décadas sin casa propia! 

 Alguien te explicó que en la primera década del siglo XXI el negocio consistía en comprar terrenos y acciones para revenderos unos meses después con fuertes plusvalías. Y así fue. Pero cuando ibas a materializar tus plusvalías llegó la crisis de 2008 y la burbuja explotó en tus manos. Ni siquiera se libraron los bancos y gobiernos que hubieron de ser rescatados por el BC. ¡La de exámenes que suspendiste durante tu carrera universitaria por no saber que el tipo de interés no puede bajar a cero y que el BC no puede prestar de forma directa y por largo tiempo a bancos y gobiernos! Pues, mira, desde el 2014 no ha hecho otra cosa. El tipo oficial alcanzó niveles negativos.

 El aumento de liquidez parecía contentar a todos, "embriagar" sería la palabra adecuada. Pero tanto dinero en circulación acabó presionando sobre la inflación de bienes y servicios. Desde el lado de la oferta, diversos factores se coaligaron para disparar el precio de la energía. La inflación ya es de dos dígitos. Aunque mañana acabara la guerra y se desinflara el precio del gas, necesitaremos varios años para doblegar las expectativas inflacionistas.

Ayer el BCE subió el tipo de interés 0,75 puntos porcentuales, y declaró su intención de continuar subiéndolos mientras persistan las expectativas inflacionistas. Malos augurios para las familias que desean contratar un crédito hipotecario o para los gobiernos que han de refinanciar su deuda a un interés creciente.

 ¿Entienden ahora por qué me llaman el aguafiestas?

La Tribuna de Albacete (12/09/2022)